Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da tu pan al<br />
hambriento y de tus vestidos al desnudo. Busca el <strong>con</strong>sejo de los<br />
prudentes y no desprecies ningún aviso saludable. Bendice al<br />
Señor en toda circunstancia, y pídele que sean rectos todos tus<br />
caminos, y que llegue a buen fin todas tus sendas y proyectos”.<br />
Tb.4,16.<br />
Única medida: ama a los demás, como te amas a ti<br />
mismo. Pero ámate de verdad, para que puedas amar<br />
de verdad a los demás. Y si amas, compartirás lo que<br />
eres y lo que tienes, porque todo es del único<br />
“ Dueño” .<br />
Pero también, acepta que otros te ayuden a caminar<br />
por el camino del bien: <strong>con</strong>sejos, correcciones, etc. Y<br />
agradece a Dios que te haya dado <strong>la</strong> capacidad de<br />
amar y compartir <strong>con</strong> los demás, tu amor y tus cosas,<br />
y recibir de ellos ayuda, para que no te desvíes del<br />
camino del bien.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
MIERCOLES I<br />
“Queridos hermanos: llevad a <strong>la</strong> práctica <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra y no os limitéis<br />
a escuchar<strong>la</strong>, engañándoos a vosotros mismos. Pues el que<br />
escucha <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra y no <strong>la</strong> pone en práctica se parece aquel que se<br />
miraba al espejo, y apenas se miraba, daba media vuelta, y se olvidaba<br />
cómo era. Pero el que se <strong>con</strong>centra en <strong>la</strong> Ley perfecta, y es<br />
<strong>con</strong>stante, no como oyente olvidadizo, sino para poner<strong>la</strong> por obra,<br />
éste en<strong>con</strong>trará <strong>la</strong> felicidad en practicar<strong>la</strong>”. St.1,22.<br />
No podemos dividir nuestra persona. Nuestras <strong>con</strong>vicciones<br />
deben coincidir <strong>con</strong> nuestras acciones.<br />
Toda ruptura es un ataque a nosotros mismos.<br />
Haríamos de nuestra vida una farsa. La incoherencia<br />
de vida, nos haría despreciables.<br />
Nuestro mundo necesita de personas coherentes y<br />
comprometidas <strong>con</strong> <strong>la</strong> verdad. Nosotros nos hemos<br />
comprometido a serlo. No podemos ofrecerle apariencias<br />
que es<strong>con</strong>den un engaño. Le haríamos un mal<br />
servicio.<br />
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