Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Cuando Cristo entró en el mundo, dijo: “Tú nos quieres sacrificios<br />
ni ofrendas. Pero me has preparado un cuerpo. No aceptas<br />
holocaustos, ni víctimas expiatorias. Entonces, yo dije lo que está<br />
escrito en el libro: “aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”.<br />
Hb.10.<br />
Jesucristo, en su persona, todo lo ha plenificado, y<br />
sustituido, “ ofrendas y sacrificios” materiales, por<br />
ser él mismo “ ofrenda y sacrificio” . El es el puente, el<br />
“ encuentro” <strong>con</strong> Dios, más profundo y más real, que<br />
podíamos esperar. Ya nada nos separará de Dios.<br />
Con Cristo y en Cristo, quedamos misteriosamente<br />
unidos, a Dios.<br />
Esta es <strong>la</strong> “ voluntad del Padre” , su p<strong>la</strong>n de salvación<br />
proyectado desde siempre. La presencia de<br />
Cristo, su entrega, su misterio pascual, lo están realizando.<br />
El será el Sumo Sacerdote que se ofrece y nos<br />
ofrece, en sacrificio siempre agradable al Padre.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
“Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de <strong>la</strong><br />
sangre de Jesús, <strong>con</strong>tando <strong>con</strong> el camino nuevo y vivo, que él ha<br />
inaugurado para nosotros, a través de <strong>la</strong> cortina, o sea, de su<br />
carne… acerquémonos <strong>con</strong> corazón sincero y lleno de fe… Mantengámonos<br />
firmes en <strong>la</strong> esperanza que profesamos, porque es fiel<br />
quien hizo <strong>la</strong> promesa”. Hb.10.<br />
Ya no hay puertas cerradas para en<strong>con</strong>trarnos <strong>con</strong><br />
Dios. Tenemos una única puerta que siempre está<br />
abierta: Cristo Jesús. El es, “ el camino nuevo y vivo” ,<br />
que ha sido “ inaugurado” , para nosotros. El es <strong>la</strong><br />
“ máxima <strong>con</strong>fianza y <strong>la</strong> mayor esperanza” , que nos<br />
iluminará el camino.<br />
Nada de miedos, ni de temores, en nuestras re<strong>la</strong>ciones<br />
<strong>con</strong> Dios. Es el amor del Padre, <strong>con</strong> sus brazos<br />
abiertos, en Cristo Jesús, el que siempre nos espera.<br />
Somos los hijos en espera del abrazo del Padre, que<br />
nos está dando en el Hijo. Dejémosle, que nos abrace.<br />
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