Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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DOMINGO DE PENTECOSTES<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“El Dios de nuestros padres, resucitó a Jesús, a quien vosotros<br />
matásteis colgándolo de un madero. La diestra de Dios le exaltó<br />
haciéndole jefe y salvador, para otorgarle a Israel <strong>la</strong> <strong>con</strong>versión <strong>con</strong><br />
el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el<br />
Espíritu Santo que Dios da a quienes le obedecen”. Hch.5.<br />
El Espíritu Santo es transformación, es fuerza para<br />
quienes se abren a su acción. Unos hombres<br />
cobardes, se vuelven valientes ante <strong>la</strong> influencia del<br />
Espíritu, y son capaces de echar en cara, el crimen<br />
cometido. Es más: <strong>con</strong>fiesan abiertamente que el<br />
Jesús, a quien ellos ajusticiaron, está vivo: “ Dios lo<br />
ha resucitado… nosotros y el Espíritu Santo, somos<br />
testigos” .<br />
Siempre el Espíritu es fortaleza en <strong>la</strong> debilidad. Su<br />
estar en nosotros, es vida, es dinamismo permanente,<br />
cuando le facilitamos su quehacer. Está para <strong>la</strong><br />
“ acción” , si le dejamos hacer.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde II<br />
“Esforzaos en mantener <strong>la</strong> unidad del Espíritu Santo, <strong>con</strong> el vínculo<br />
de <strong>la</strong> paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una so<strong>la</strong> es<br />
<strong>la</strong> meta de <strong>la</strong> esperanza en <strong>la</strong> vocación a <strong>la</strong> que habéis sido <strong>con</strong>vocados.<br />
Un solo Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo,<br />
que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo”. Ef.4.<br />
Todos distintos, pero todos l<strong>la</strong>mados a vivir <strong>la</strong><br />
unidad del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. En<br />
Cristo resucitado, somos un solo cuerpo, <strong>con</strong> un solo<br />
Padre, y ungidos por el mismo Espíritu. El bautismo<br />
nos ha unificado en <strong>la</strong> misma Vida, para que vivamos<br />
en <strong>la</strong> unidad Trinitaria.<br />
Un cristiano, nunca vive en solitario. Sería una <strong>con</strong>tradicción,<br />
<strong>con</strong> lo que significa ser cristiano: vivir en<br />
Cristo por <strong>la</strong> fuerza del Espíritu. El es el artífice de<br />
nuestra unidad, en <strong>la</strong> Iglesia. El es, siempre, el impulso<br />
para romper separatismos, que destruyen <strong>la</strong><br />
unidad y <strong>la</strong> paz.<br />
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