Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“El Dios de nuestros padres, resucitó a Jesús, a quien vosotros<br />
matásteis colgándolo de un madero. La diestra de Dios le exaltó<br />
haciéndole jefe y salvador, para otorgarle a Israel <strong>la</strong> <strong>con</strong>versión <strong>con</strong><br />
el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el<br />
Espíritu Santo que Dios da a quienes le obedecen”. Hch.5.<br />
El miedo, <strong>la</strong> cobardía, se transforman en seguridad<br />
y valentía, cuando interviene <strong>la</strong> fuerza del Espíritu. Lo<br />
negaron, lo abandonaron, se sintieron defraudados.<br />
Vino sobre ellos <strong>la</strong> fuerza del Espíritu, y no solo se<br />
enfrentan, sino que se dec<strong>la</strong>ran testigos y discípulos<br />
del que han ejecutado, Cristo Jesús.<br />
Así es el Espíritu cuando se le deja actuar. Y así<br />
cambia <strong>la</strong>s vidas, cuando nos dejamos invadir por su<br />
fuerza. Este es su cometido, y para eso ha escogido<br />
morar en nosotros, como en su casa: cambiar, fortalecer,<br />
dar Vida<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
VIERNES VII DE PASCUA<br />
“Andad según el Espíritu, y no realicéis los deseos de <strong>la</strong> carne.<br />
El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad,<br />
bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Si vivimos por el<br />
Espíritu, marcharemos tras el Espíritu”. Gal.5.<br />
Somos humanos, y somos divinos. Dos realidades<br />
<strong>con</strong> sus exigencias. Exigencias que tienen que <strong>con</strong>verger<br />
en <strong>la</strong> plena realización de <strong>la</strong> persona. Toda<br />
oposición, es destrucción. Moradores del Espíritu, es<br />
su luz <strong>la</strong> que debe iluminar nuestro camino. Y es su<br />
fuerza <strong>la</strong> que tiene que mover nuestro actuar.<br />
Y los frutos del Espíritu son paz, alegría dominio de<br />
sí mismo… que producen equilibrio y serenidad interior…<br />
y amor, comprensión, amabilidad… que posibilitan<br />
nuestras re<strong>la</strong>ciones <strong>con</strong> los demás. El Espíritu, es<br />
el motor de todo nuestro ser y de nuestro quehacer.<br />
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