Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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ASCENSION DEL SEÑOR<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio.<br />
Está sentado a <strong>la</strong> derecha de Dios, y espera el tiempo que<br />
falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus<br />
pies. Con una so<strong>la</strong> ofrenda ha perfeccionado para siempre a los<br />
que van a ser <strong>con</strong>sagrados”. Hb.10.<br />
Por que lo ofreció todo, porque todo él se hizo<br />
ofrenda, ya no tiene más para ofrecer. En un “ solo<br />
sacrificio” , <strong>con</strong>sumó <strong>la</strong> ofrenda de su amor total. Con<br />
justicia ha merecido “ sentarse a <strong>la</strong> derecha del<br />
Padre” , después de realizar <strong>la</strong> “ gran obra que le había<br />
<strong>con</strong>fiado” .<br />
Obra que comenzó, y que sigue perpetuándose en<br />
nosotros, en <strong>la</strong> medida en que “ vamos siendo <strong>con</strong>sagrados”<br />
. En nosotros, va derrotando “ a sus enemigos”<br />
, <strong>la</strong> muerte y el pecado. Nuestra vida es, pues, un<br />
seguir siendo victoria de Cristo, hasta que haga nuestro<br />
el misterio de su Ascensión.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde II<br />
“Cristo murió por los pecados para siempre. El inocente por los<br />
culpables, para <strong>con</strong>ducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron.<br />
Pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a <strong>la</strong> vida. Y habiendo ido<br />
al cielo a <strong>la</strong> derecha del Padre, y le están sometidos los ángeles, <strong>la</strong>s<br />
dominaciones y <strong>la</strong>s potestades, está sentado a <strong>la</strong> derecha de Dios.”<br />
1P.3.<br />
El precio de romper distancias entre Dios y<br />
nosotros, ha sido <strong>la</strong> muerte de Cristo. En el<strong>la</strong> realizó<br />
su entrega total. Como no tiene más que entregar, por<br />
eso, no tiene que repetir<strong>la</strong>. Cada día, él sigue siendo<br />
ofrenda que se ofrece ininterrumpidamente, actualizando<br />
su primera y única entrega.<br />
Ascendido y sentado a <strong>la</strong> derecha del Padre, todo le<br />
ha sido sometido. Su humanidad, resucitada y vivificada<br />
por el Espíritu, es “ el lugar de encuentro” de<br />
Dios <strong>con</strong> cada uno de nosotros. En el<strong>la</strong> fuimos salvados,<br />
y en el<strong>la</strong> hemos ascendido ya, a <strong>la</strong> derecha del<br />
Padre<br />
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