Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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DOMINGO V DE PASCUA<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Dios resucitó a Jesús al tercer día, y nos lo hizo ver, no a todo<br />
el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros,<br />
que hemos comido y bebido <strong>con</strong> él, después de <strong>la</strong> resurrección.<br />
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que<br />
Dios lo había nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de<br />
los profetas, es unánime: que los que creen en él, reciben, por su<br />
nombre, el perdón de los pecados”. Hch.10.<br />
Cristo, ha resucitado. Es <strong>la</strong> “ noticia” . Lo fue para el<br />
pueblo, y lo fue para los que él había escogido.<br />
Noticia transformante, renovadora. Los “ suyos” ya no<br />
serán como antes. El Resucitado los ha cambiado.<br />
Desde ahora, vivirán desde <strong>la</strong> fuerza del Espíritu del<br />
Resucitado, y sus vidas serán una anuncio de su persona.<br />
Miles de hombres y de mujeres, han recibido este<br />
anuncio, lo han vivido, y han seguido anunciándolo<br />
hasta nosotros. Somos hoy, los “ testigos designados”<br />
para que ese anuncio, no se pierda en el tiempo.<br />
Sentido de nuestra vida como cristianos: dejar que el<br />
Resucitado viva en nosotros, para ser el anuncio de<br />
que Cristo vive.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde II<br />
“Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio.<br />
Está sentado a <strong>la</strong> derecha de Dios, y espera el tiempo que<br />
falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus<br />
pies. Con una so<strong>la</strong> ofrenda ha perfeccionado para siempre a los<br />
que van a ser <strong>con</strong>sagrados”. Hb.10.<br />
Cristo, se ofreció por nosotros. Y lo hizo en ofrenda<br />
total. Todo él se hizo ofrenda. No se reservó nada. Por<br />
eso, en “ una so<strong>la</strong> ofrenda y para siempre” , en él y <strong>con</strong><br />
él, hemos sido ofrecidos, “ <strong>con</strong>sagrados” , todos.<br />
Desde ese momento, Cristo Resucitado, es vencedor<br />
de <strong>la</strong> muerte y del mal. Lo realizó en sí mismo, y <strong>con</strong>tinúa<br />
realizándolo en nosotros, por <strong>la</strong> fuerza del<br />
Espíritu.<br />
Ese es el dinamismo de nuestra vida de resucitados:<br />
Cristo, <strong>con</strong>tinúa en nosotros su quehacer de<br />
Resucitado, re-novándonos, y siendo fuerza reno-<br />
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