Rubén Soto Rivera: "Glosas al poemario de Marcos Reyes Dávila ...

Rubén Soto Rivera: "Glosas al poemario de Marcos Reyes Dávila ... Rubén Soto Rivera: "Glosas al poemario de Marcos Reyes Dávila ...

www1.uprh.edu
from www1.uprh.edu More from this publisher
19.05.2013 Views

Una lluvia tan grande de campanas Rubén Soto Rivera: "Glosas al poemario de Marcos Reyes Dávila": Una lluvia tan grande de campanas (Poesía completa hasta ayer), Universidad de Puerto Rico en Humacao: Editorial Museo Casa Roig, 2002, 251 pp.) "Era un viento fuerte de campana" (p. 242 "En la borrasca de instante sobrellevando el sambenito inmarcesible que me has dicho, poesía el carimbo que portara don Quijote" (p. 137) Una lluvia tan grande de campanas no es sólo el título del poemario, sino un estribillo de un poema (p. 246). Para Marcos Reyes Dávila, hay, en su imagen de campana, hay una denotación polémica contra cierto posmodernismo, cuando aquél dice: "¿Tendré que disculpar aquí, en plena marejada posmoderna, el campanear de La Alhambra?" (p. 15). Erige, como un bastión-simbolo, este alcázar árabe-granadino contra el neoimperialismo globalizador y sus corifeos posmodernos. Reminiscencia de las formas geométricas y de la escritura hecha no sólo lección sino además ornato: […] "la lecería de La Alhambra que fueran nidos de esa lluvia de campanas invisibles que te cuento y señal de muchas otras cosas imposibles que no tienen término. Así, pues, como puede verse, nada de posmoderno al uso, porque contra la homogenización occidental del planeta, lo posmoderno en mí, en todo caso, es una inversión de aquel imperialismo: asumir y recuperar la riqueza y la diversidad de un mundo de arenas" (p. 16). Como las de los desiertos en ciertos países musulmanes, o como las arenas del mar. También, a aquéllos, los llama "judas", o "popmodernos (p. 249). Lo de "judas" es sinónimo de traición. Para el poeta glosado, la campana es una especie de alarma contra la homogenización occidental del planeta, cuyos adalides homogeneizadores no escatiman ni siquiera en usar el Manifiesto http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_grande_campanas.htm Page 1 of 11 12/14/2003

Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

<strong>Rubén</strong> <strong>Soto</strong> <strong>Rivera</strong>:<br />

"<strong>Glosas</strong> <strong>al</strong> <strong>poemario</strong> <strong>de</strong> <strong>Marcos</strong> <strong>Reyes</strong> <strong>Dávila</strong>":<br />

Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

(Poesía completa hasta ayer), Universidad <strong>de</strong> Puerto Rico en Humacao: Editori<strong>al</strong><br />

Museo Casa Roig, 2002, 251 pp.)<br />

"Era un viento fuerte<br />

<strong>de</strong> campana" (p. 242<br />

"En la borrasca <strong>de</strong> instante<br />

sobrellevando el sambenito inmarcesible<br />

que me has dicho, poesía<br />

el carimbo que portara don Quijote" (p. 137)<br />

Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas no es sólo el título <strong>de</strong>l<br />

<strong>poemario</strong>, sino un estribillo <strong>de</strong> un poema (p. 246). Para <strong>Marcos</strong><br />

<strong>Reyes</strong> <strong>Dávila</strong>, hay, en su imagen <strong>de</strong> campana, hay una <strong>de</strong>notación<br />

polémica contra cierto posmo<strong>de</strong>rnismo, cuando aquél dice: "¿Tendré<br />

que disculpar aquí, en plena marejada posmo<strong>de</strong>rna, el campanear<br />

<strong>de</strong> La Alhambra?" (p. 15). Erige, como un bastión-simbolo, este<br />

<strong>al</strong>cázar árabe-granadino contra el neoimperi<strong>al</strong>ismo glob<strong>al</strong>izador y<br />

sus corifeos posmo<strong>de</strong>rnos. Reminiscencia <strong>de</strong> las formas geométricas<br />

y <strong>de</strong> la escritura hecha no sólo lección sino a<strong>de</strong>más ornato: […] "la<br />

lecería <strong>de</strong> La Alhambra que fueran nidos <strong>de</strong> esa lluvia <strong>de</strong> campanas<br />

invisibles que te cuento y señ<strong>al</strong> <strong>de</strong> muchas otras cosas imposibles<br />

que no tienen término. Así, pues, como pue<strong>de</strong> verse, nada <strong>de</strong><br />

posmo<strong>de</strong>rno <strong>al</strong> uso, porque contra la homogenización occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong>l<br />

planeta, lo posmo<strong>de</strong>rno en mí, en todo caso, es una inversión <strong>de</strong><br />

aquel imperi<strong>al</strong>ismo: asumir y recuperar la riqueza y la diversidad <strong>de</strong><br />

un mundo <strong>de</strong> arenas" (p. 16). Como las <strong>de</strong> los <strong>de</strong>siertos en ciertos<br />

países musulmanes, o como las arenas <strong>de</strong>l mar. También, a<br />

aquéllos, los llama "judas", o "popmo<strong>de</strong>rnos (p. 249). Lo <strong>de</strong> "judas"<br />

es sinónimo <strong>de</strong> traición.<br />

Para el poeta glosado, la campana es una especie <strong>de</strong> <strong>al</strong>arma<br />

contra la homogenización occi<strong>de</strong>nt<strong>al</strong> <strong>de</strong>l planeta, cuyos ad<strong>al</strong>i<strong>de</strong>s<br />

homogeneizadores no escatiman ni siquiera en usar el Manifiesto<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 1 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

Comunista, <strong>de</strong> K. Marx y F. Engels, para justificarla, a pesar <strong>de</strong> que<br />

se <strong>de</strong>sdicen <strong>de</strong>l marxismo. No obstante, M. <strong>Reyes</strong> <strong>Dávila</strong> recoge la<br />

di<strong>al</strong>éctica y la revolución marxistas, en sus imágenes marinas:<br />

"Existe / la réplica <strong>de</strong> las espigas. / La di<strong>al</strong>éctica fluvi<strong>al</strong> / <strong>de</strong>l agua<br />

en el camino" (p. 47). O: "Y el amar <strong>de</strong> la revolución" (p. 34). O, en<br />

otro verso: "Su revolución permanente" (p. 48). El poeta manifiesta<br />

que: "El arte revolucionario se transforma en revolución <strong>de</strong>l arte y<br />

<strong>de</strong>rivaba hacia el arte que es yugular <strong>de</strong>l arte posmo<strong>de</strong>rno" (p. 15).<br />

Así, en su concepto <strong>de</strong> una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas, hay una<br />

nost<strong>al</strong>gia por la utopía, es <strong>de</strong>cir, por los v<strong>al</strong>ores e i<strong>de</strong><strong>al</strong>es <strong>de</strong> una <strong>al</strong>ta<br />

cultura, como lo fue la árabe creadora <strong>de</strong> la Alhambra.<br />

Ese utopismo se expresa veladamente en la imagen <strong>de</strong> la novia.<br />

Sí, <strong>Reyes</strong> <strong>Dávila</strong> canta: "Novia <strong>de</strong> la campanada / que aún no<br />

llega / y que anuncia" (p. 54). En otros versos, dice lo mismo: "Son<br />

hoy campanas <strong>de</strong> un réquiem enamorado, / <strong>de</strong> una vida necesaria<br />

que espera, / vaticinio inexpugnable / <strong>de</strong> un sol amanecido en la<br />

impaciencia" (p. 137). Como el famoso soneto amoroso <strong>de</strong> Quevedo,<br />

ese "réquiem enamorado" connota el "polvo enamorado", <strong>de</strong>l "Amor<br />

más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> la Muerte". En efecto, hay campanadas anunciantes <strong>de</strong><br />

matrimonios y funer<strong>al</strong>es. No en b<strong>al</strong><strong>de</strong>, en el folclore <strong>de</strong> muchos<br />

pueblos, la muerte se homologa a una boda o el matrimonio a una<br />

muerte: en fin, ritos <strong>de</strong> pasaje. Éstos podríamos subsumirlos<br />

dubitativamente en este cuestionario: "(¿metafísica?) / ¿Que más<br />

<strong>al</strong>lá / no, mar? / … ¿Más acá? / ¿Mucho acá? / ¿Mucho más<br />

acá?" (p. 51) Nuestro poeta trascien<strong>de</strong> los límites <strong>de</strong> lo físico, pero a<br />

partir <strong>de</strong> lo físico mismo; h<strong>al</strong>la lo metafísico en lo endofísico. El<br />

poeta <strong>Reyes</strong> concibe una poética, o metapoética, <strong>de</strong>l pensamiento<br />

creador: "Tú, poesía, eres perpetuo crear. / Y en la historia,<br />

presencia eterna. / La di<strong>al</strong>éctica materi<strong>al</strong>ista / me dice que no<br />

tienes tú historia. / Has sido, eres, corazón <strong>de</strong> todo tiempo, / sol <strong>de</strong><br />

todo espacio" (p. 134). Asi que, lo que torna esta poética en una<br />

metapoética consiste en que es: "Una preceptiva / siempre / en<br />

fuga, inabarcable en su vastedad" (p. 135). La metafisica como<br />

ontologia prescribe que: "Todo lo que es / es" (p. 225), pero la<br />

metapoética sugiere que todo lo que es, es otro que sí mismo. Si la<br />

metafísica ha s<strong>al</strong>ido a la arena <strong>de</strong> esta fiesta brava <strong>de</strong> conceptos,<br />

espiguemos qué piensa el poeta borinqueño en cuanto a teología.<br />

El Dios <strong>de</strong>l <strong>poemario</strong> Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas, <strong>de</strong><br />

<strong>Marcos</strong> <strong>Reyes</strong> <strong>Dávila</strong>, suena, o se le oye, en el repicar <strong>de</strong> las<br />

campanas, como el murmurante ir-y-venir <strong>de</strong> las olas <strong>de</strong>l mar:<br />

“Vienes y vas, mar, / casi dios, por mi vida. / Atravesándola / en mi<br />

fluir / voluble por lo voluble, / que es lo eterno” (p. 51). El Mar es<br />

un: “Difícil tránsito <strong>de</strong> transiciones” (p. 43), como dijimos antes, un<br />

rito <strong>de</strong> pasaje. Así como nos parece oír el tumultuoso mar, <strong>al</strong><br />

colocar una oreja nuestra a la entrada <strong>de</strong>l hueco <strong>de</strong> un caracol, por<br />

ejemplo, <strong>de</strong> carrucho, semejantemente suena el repicar <strong>de</strong> las<br />

pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la campana golpeadas por el badajo. El poeta pregunta:<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 2 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

“¿Me escuchas / hasta el fondo <strong>de</strong> tu caracol?” (p. 79) No en<br />

b<strong>al</strong><strong>de</strong>, la estructura anatómica <strong>de</strong>l oído se asemeja <strong>al</strong> <strong>de</strong> una<br />

campana, o caracol, y el tímpano, con el badajo. <strong>Reyes</strong> dice: “El<br />

caracol en el oído. / Y el pulpo en la mujer” (p. 42). El concepto<br />

"pulpo <strong>de</strong> la mujer" parece incorporarse en la imagen <strong>de</strong>l nautilus,<br />

un molusco <strong>de</strong> la clase <strong>de</strong> los cef<strong>al</strong>opodos, relacionado con el pulpo<br />

y el c<strong>al</strong>amar. Es el único cef<strong>al</strong>opodo con una concha. A<strong>de</strong>más, el<br />

pulpo <strong>de</strong> la mujer sugiere la imagen <strong>de</strong> las v<strong>al</strong>vas, o mejillones (<strong>de</strong>l<br />

latín v<strong>al</strong>vae: “batientes <strong>de</strong> una puerta”, “hojas <strong>de</strong> puerta”, o con la<br />

vulva, en latín: “vulva, matriz”, “vientre <strong>de</strong> cerda [plato muy<br />

apreciado])”, “volva [envoltura <strong>de</strong> los hongos y <strong>de</strong> ciertos frutos]”<br />

<strong>Reyes</strong> cita el título <strong>de</strong> un poema <strong>de</strong> Luis P<strong>al</strong>és Matos: "Puerta <strong>al</strong><br />

tiempo en tres voces" (p. 103), y habla <strong>de</strong>: "La puerta / que me invita<br />

a incursionar / <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dos puntas <strong>de</strong> sol / me cosen <strong>al</strong> carbón / <strong>de</strong><br />

un gran h<strong>al</strong>lazgo" (p. 106). Esa Anima, o Mujer arquetípica es una<br />

imagen <strong>de</strong> la POESÍA, plato muy apreciado como el vientre <strong>de</strong> cerda.<br />

Nautilus<br />

Mar es un dios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>venir: “Vienes y vas, / mar, casi dios, /<br />

por lo otro que es lo mío, / en fluir tropezado” (p. 52). Un Poseidón,<br />

o Neptuno: “Vas, marydios, regidios” (p. 53). Estamos, sin duda<br />

"Frente <strong>al</strong> mar / <strong>de</strong> las religaciones" (p. 40). Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> lo que se ha<br />

pensado en Occi<strong>de</strong>nte, con el vocablo "religio". Su esenci<strong>al</strong> flui<strong>de</strong>z<br />

contrae necesariamente su inestabilidad. Templamos ante la<br />

efimeridad <strong>de</strong> nuestra existencia, o ante el: “Dios <strong>de</strong>l temblor” (p<br />

125). "¡Y este temblor / <strong>de</strong> no volver a ser el mismo. / Este temblor<br />

<strong>de</strong> renacer / en la frontera <strong>de</strong> un hechizo" (p. 126). O: "Y estar en<br />

ti. / Así, ante ti, / en medio <strong>de</strong> tu luz / como un temblor" (p. 126)<br />

El Dios veterotestamentario, Yahvéh, es el Dios <strong>de</strong> los Ejércitos, un<br />

Dios <strong>de</strong> temor y temblor, pero el <strong>de</strong> nuestro poeta glosado, un<br />

“Diosico <strong>de</strong> las resistencias: / siempre es la lucha / y la<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 3 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

resistencia” (p. 32). El Marydios, o Regidios, sería Dios <strong>de</strong> las<br />

Resistencias, quien siempre lucha y presenta resistencias contra la<br />

Injusticia <strong>de</strong> la no-flui<strong>de</strong>z, o inflexibilidad como la <strong>de</strong> un rigor mortis<br />

El Dios-Mar, sin duda, nos hace temblar, pero porque Él mismo es<br />

temblor y, por an<strong>al</strong>ogía, temor: “Tiembla dios / en medio <strong>de</strong> la luz, /<br />

tus ojos en medio, / ¿o es que están en medio / las estrellas?” (p<br />

124). En su personificación, o <strong>de</strong>ificación, <strong>de</strong>l mar, el poeta le<br />

adjudica temblor como una reacción <strong>de</strong> un Mar enamorado <strong>de</strong><br />

Estrellas, Ojos <strong>de</strong> la amable Noche. <strong>Reyes</strong> dice: “No habrá dios que<br />

impida / el <strong>de</strong>rrotero <strong>de</strong> esta luna” (p. 224). Esta Selene, o Tricorne<br />

Hécate, influye en las mareas <strong>de</strong>l Marydios. El poeta piensa que: "La<br />

luna / era una c<strong>al</strong>avera" (p. 80). Parónimamente, pensaríamos que<br />

la luna era también una carabela, para la cu<strong>al</strong> no habrá dios que<br />

impida el <strong>de</strong>rrotero suyo. La Luna está: “Acaracolada en la arena” (p<br />

56), como el "puño ap<strong>al</strong>abrado / <strong>de</strong> Pedro Albizu Campos" (p. 244)<br />

La imagen <strong>de</strong>l Dios Todopo<strong>de</strong>roso ju<strong>de</strong>o-cristiano se ahoga,<br />

reflejado, en el espejo <strong>de</strong> la Luna. A tenor con esto, el poeta<br />

comentado con sus propios versos, nos advierte <strong>de</strong>l: "Mar<br />

hechicero" (p. 66): "Y el mar, / hosco homicida" (p. 68). Cuidado, -<br />

grita el poeta-, con: "Un <strong>al</strong>etazo <strong>de</strong> mar" (p. 127). E, ilusos, nos<br />

refugiamos en tierra a<strong>de</strong>ntro.<br />

A veces, pensamos que la Tierra contiene los mares, pero<br />

pocas veces pensamos que sea <strong>al</strong> revés, es <strong>de</strong>cir, que: “Del<br />

continente incontenible que eres / criatura <strong>de</strong> una locura <strong>de</strong><br />

embocaduras, / dios que se hace p<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> rocíos” (p. 246). El<br />

s<strong>al</strong>ado rocío <strong>de</strong> la espuma <strong>de</strong> las olas cuando rompen en la orilla <strong>de</strong><br />

la playa, o en las rocas <strong>de</strong> un rompeolas, se dispersa hasta hacerse<br />

una leve llovizna, y ésta, para <strong>Reyes</strong>, es una imagen <strong>de</strong> la p<strong>al</strong>abra.<br />

Como la s<strong>al</strong>, la p<strong>al</strong>abra sazona. Con la p<strong>al</strong>abra, se razona. Como la<br />

s<strong>al</strong>, la p<strong>al</strong>abra preserva, o conserva, la memoria <strong>de</strong> lo vivido por<br />

generaciones, sin <strong>de</strong>scartar el cambio en esa ap<strong>al</strong>abrada conserva<br />

O, como dice el poeta: “Mar, / revolución <strong>de</strong> las respuestas. / Yo te<br />

agra<strong>de</strong>zco / tu campanada recia <strong>de</strong> s<strong>al</strong> / que me preserva. / Eres,<br />

mar, / s<strong>al</strong>vación ineluctable, / <strong>de</strong> la vida” (p. 61). O su: "Poesía<br />

mar: amor" (p. 56). Porque amar es como ir a(l)-mar, y su recuento,<br />

como poesía. Mas como la mar, la p<strong>al</strong>abra es tan benéfica como<br />

peligrosa. No obstante: "La p<strong>al</strong>abra tenía que ser más que una<br />

p<strong>al</strong>abra" (p. 133). Como Antonio Machado <strong>de</strong>finió la poesia: "P<strong>al</strong>abra<br />

en el tiempo" (p. 135).<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 4 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

Hay momentos poéticos que son poéticas <strong>de</strong>l momento, o<br />

poética <strong>de</strong> momentos, o instantes. Para el poeta, el instante se<br />

expresa en imágenes <strong>de</strong> luz: “¿para qué me diste entonces, / <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el fondo <strong>de</strong> tus ojos, / el dulce instante / <strong>de</strong> lo hermoso?” (p. 97)<br />

Ese instante luminoso se hace un abrir-y-cerrar-<strong>de</strong>-ojos, en un<br />

instante, o en un abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos. Cuando los Ojos-Estrellas <strong>de</strong><br />

la amable Noche se cierran, entonces el poeta confiesa: “Yo sé que<br />

te perdí, / tras las cortinas <strong>de</strong>l instante” (p. 121). Noche instante, o<br />

Instante-Noche: una instancia en una fulgurante Oscuridad. Ante<br />

t<strong>al</strong> espectáculo, <strong>Reyes</strong> se queja y no sin razón: “¿para qué me diste<br />

entonces, / <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong> tus ojos, / el dulce instante / <strong>de</strong> lo<br />

hermoso?” (p. 97) El dulce instante <strong>de</strong> lo hermoso figura la pupila<br />

<strong>de</strong>l OJO que se contempla a si mismo, "Ciego <strong>de</strong> medianía / y<br />

horizonte" (p. 105).<br />

Nuestro poeta expresa: “Pupila <strong>de</strong> caracol pendiente” (p. 58).<br />

Sí, pendiente como una campana pen<strong>de</strong>. Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

campanas repican: "A fuerza <strong>de</strong> pupila / y pupilazos" (p. 184) <strong>de</strong>:<br />

"Pupila en la sirena. / Pupila guerrera" (p. 60), en: "El mito <strong>de</strong> la<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 5 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

luz / y las sirenas" (p. 104). Se pregunta <strong>Reyes</strong>: “¿Y se cae <strong>al</strong><br />

fondo / más oscuro <strong>de</strong> tu caracol?” (p. 90) El fondo <strong>de</strong> tus ojos<br />

correspon<strong>de</strong> a el fondo más oscuro <strong>de</strong> tu caracol. "Cada momento /<br />

estoy llegando hasta tu encuentro." Canta <strong>Reyes</strong>. "Que no es<br />

encuentro. / Es un estrellarse fabuloso / en medio <strong>de</strong>l negror, / <strong>de</strong>l<br />

pozo negro" (p. 124). Ante t<strong>al</strong> disyuntiva: "¿Tu liturgia viene <strong>de</strong>l<br />

fondo / o eres el fondo <strong>de</strong> la liturgia?" (p. 115), sólo nos queda la<br />

inclusión: "COMO RELÁMPAGO INSCRIBE SU VERSO EN EL<br />

ESPACIO" (p. 212). Ya Heráclito había dicho que el Rayo gobierna<br />

(es <strong>de</strong>cir, tiene el timón <strong>de</strong>) todos los entes.<br />

El Instante <strong>de</strong>viene concretamente el Marydios, o Regidios,<br />

gracias a la correspon<strong>de</strong>ncia entre la orilla, como límite, y el<br />

instante, también como otro límite. El poeta dice: “La concha <strong>de</strong> la<br />

luz. / Ya no hay que esperar. / La orilla / ya aorillará” (p. 43). Este<br />

ingenioso neologismo: “La orilla ya aorillará”, exprime la siguiente<br />

correspon<strong>de</strong>ncia: “aorillará” reúne sazonadamente dos p<strong>al</strong>abras:<br />

“ahora” y “orilla” como conceptos que expresan “límite”. El Ojo se<br />

caracola, o se encampana. La campana como caracol se hace un<br />

fotograma, cuyas orillas se temporifican en ondas, o fotones, <strong>de</strong><br />

ahoras, o instantes. Luego, el Marydios, o Regidios, como Instante<br />

<strong>de</strong>sdice <strong>de</strong>l Nunc Stans, o Instante Eterno. El dulce instante <strong>de</strong> lo<br />

hermoso se escon<strong>de</strong> tras las cortinas <strong>de</strong>l instante. Lo hermoso es<br />

efímero, y lo efímero se torna en efeméri<strong>de</strong>s, días <strong>de</strong> fiesta y asueto<br />

<strong>de</strong> la labor as<strong>al</strong>ariada y medida cronotópicamente por el reloj <strong>de</strong>l<br />

t<strong>al</strong>ler <strong>de</strong> trabajo. ¿Acaso no estamos justificados <strong>de</strong> <strong>al</strong>gún modo en<br />

leer las siguientes líneas en semejante tenor: "La óptica<br />

“exteriorista” entroncaba y provenía a la vez <strong>de</strong> la convicción <strong>de</strong> que<br />

la poesía era brazo fundament<strong>al</strong> <strong>de</strong> la tarea más honradamente<br />

humana: la forja <strong>de</strong> un <strong>de</strong>stino colectivo más libre y justo. Y <strong>de</strong>ntro<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 6 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

<strong>de</strong> esta urgencia, la poesía “tenía” que ser trabajo no <strong>al</strong>ienado,<br />

sujeto <strong>al</strong> imperativo rector <strong>de</strong> una verdad <strong>de</strong> clase" (p. 26).<br />

Pensemos en un trabajo análogo <strong>al</strong> <strong>de</strong> la poesía. <strong>Reyes</strong> evoca<br />

la imagen <strong>de</strong>l estambre en el telar: “Cuán fino estambre, amor, / tu<br />

íntegra consecuencia!” (p. 19) El concepto <strong>de</strong> “aorilla” se trasmuta<br />

sutilmente en dicha imagen textil: “Un estambre <strong>de</strong> sol / sobre la<br />

arena, un caracol <strong>de</strong> vida que se queda / en un acaracolar / que<br />

crea en la frontera” (p. 30). <strong>Reyes</strong> se pregunta: "Si te llamase Sol,<br />

¿compren<strong>de</strong>rías?" (p. 200). Macrobio y Gracián piensan que los<br />

antiguos latinos le llamaron "Sol", porque estaba "Solo", en su<br />

gran<strong>de</strong>za. Sin duda, que si le llamásemos "Sol" <strong>de</strong> Soledad, no<br />

compren<strong>de</strong>ríamos poéticamente qué eclosión <strong>de</strong>nota y, por<br />

consiguiente, sus connotaciones se per<strong>de</strong>rían, se harían perdidizas,<br />

en otro sentido que éste: "Y te ayudó a hacerte perdidizo / como un<br />

San Juan <strong>de</strong> la Cruz?" (p. 250). O como: "Su aquelarre <strong>de</strong> monjes<br />

ver<strong>de</strong>s / que la niebla encubre. / Sólo la <strong>de</strong>lgadísima luz<br />

inadvertida / pue<strong>de</strong> tomar la huella <strong>de</strong> tu huida / la mudanza<br />

repentina <strong>de</strong> las cosas que se / ocultan / se disfrazan, perdidizas, /<br />

<strong>de</strong> las cosas que se enmascaran / célebres y exactas / seas el frío<br />

<strong>al</strong>iento <strong>de</strong> crist<strong>al</strong> <strong>de</strong> las mañanas (p. 227). Como Me<strong>de</strong>a, una hija<br />

<strong>de</strong>l Sol, la poesia es hechicera y guardiana <strong>de</strong>l Vellocino <strong>de</strong> Oro <strong>de</strong><br />

la interplurirrefenci<strong>al</strong>idad, un solar inmenso. ¿Acaso no dice el poeta<br />

nuestro que: "Ese sol es / el corazón <strong>de</strong> la poesía verda<strong>de</strong>ra. / Por<br />

esta eterna faena nuestra / <strong>de</strong> la liberación / sé que la poesía es /<br />

el corazón solar / <strong>de</strong> los esfuerzos humanos" (p. 136). El Sol, como<br />

el Marydios, es Libertador. Helios sería como un telar, y sus rayos,<br />

como hilos <strong>de</strong> la estambre, y ésta misma, luz. [1] Así, los instantes se<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 7 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

tornan en ocasiones <strong>de</strong> crear en la frontera, o límite, entre<br />

disciplinas con sus respectivos rigores, pero sin negar dichas<br />

fronteras ni sus coimplicados metodológicos rigores. Por el<br />

contrario, el concepto <strong>de</strong> instante como hilo se aorilla en la v<strong>al</strong>i<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> las variadas disciplinas que convoca a co-operar (con) el<br />

pensamiento. El mundo es como una: "Red / <strong>de</strong> perspectivas<br />

nuevas / que extien<strong>de</strong>n a su vez la red" (p. 29). Es <strong>de</strong>cir, una<br />

variopinta tautologia. Al tiempo, tampoco le <strong>de</strong>scuadra semejante<br />

imagen: "Los siglos / no fueron todos / <strong>de</strong> la misma tela" (p. 30), a<br />

pesar <strong>de</strong> que los siglos han seguido: "La ruta <strong>de</strong> la red" (p. 37), la<br />

cu<strong>al</strong> está: "Envuelta en tela increíble" (p. 45). Esta red, como las<br />

re<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pescador, son un producto textil, <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l telar y<br />

su finísimo hilo <strong>de</strong> estambre. Mas esto es una perogrullada;<br />

oigamos mejor <strong>al</strong> poeta: "¡Al hijo que teje la canción [...]!" (p. 44).<br />

Su canción está acompañada <strong>de</strong>l sonido <strong>de</strong>l caracol, como <strong>de</strong><br />

una caribeña zampoña en boca <strong>de</strong> un taíno Polifemo. La imagen <strong>de</strong>l<br />

caracol le sirve, a <strong>Reyes</strong>, para expresar el flujo y reflujo <strong>de</strong>l tiempo:<br />

“Aún es hoy. / El tiempo recircula / sobre su eje / como las<br />

manecillas <strong>de</strong> un caracol” (p. 72). Andamos con o sin duda: "Por el<br />

mar <strong>de</strong>l tiempo" (p. 73). La eternidad se hace transtempor<strong>al</strong>idad;<br />

nunca está el Eterno Presente atempor<strong>al</strong>, o Nunc Stans: "Vienes y<br />

vas, mar, / casi dios, por mi vida. / Atravesándola / en mi fluir /<br />

voluble por lo voluble, / que es lo eterno" (p. 51). En otros versos, el<br />

poeta dice: “Volver a ver / si el caracol / vuelve a s<strong>al</strong>ir. / Y ver<br />

recircular otra vez / su distancia <strong>al</strong> tiempo” (p. 78). O, en estos<br />

otros: "Y si el espacio / y el tiempo / no son rectos, como dicen, /<br />

t<strong>al</strong> vez la línea curva / que voy trazando (a ciegas) / sea la más<br />

corta / hasta tu mundo" (p. 122). El Tempus rerum edax está<br />

pensado en su caracterización <strong>de</strong>l tiempo como caracol. De acuerdo<br />

con el poeta implicado: “Como lo hace / un caracol hambriento” (p.<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 8 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

73). Resurge el mitema <strong>de</strong>l Krónos caníb<strong>al</strong> <strong>de</strong> sus propios<br />

hijos, o <strong>de</strong>l tiempo consumidor <strong>de</strong> sus propios instantes: “Anotar<br />

que hay noches / en que un caracol enorme / se come todos los<br />

huesos / y en lugar <strong>de</strong> pichones / tendremos gusanos nuevos” (p<br />

94).<br />

Este concepto <strong>de</strong> la autofagia se transmuta, en <strong>al</strong>química<br />

transubstanciación <strong>de</strong> conceptos, en el <strong>de</strong>l <strong>al</strong>etargamiento. El tiempo<br />

se sazona en su conservarse y gastarse. A la vez que se oculta, se<br />

manifiesta. Ese “a la vez” es su morada y (<strong>de</strong>)mora: “Huyó a la<br />

<strong>al</strong>coba / <strong>de</strong> su caracol”, -versa el poeta (p. 74). ¿Por qué? Porque<br />

“Caracol / tenía el sueño” (p. 75). Mas ¿cuál sueño? Para tener<br />

sueños, o soñar, se precisa dormir, o caer en ese letargo onírico. Se<br />

oculta en el sueño y, a la vez, se manifiesta en sueños. Sí, un<br />

"Sueño invertido" (p. 35). Mas el letargo es t<strong>al</strong> que, en sus sueños, el<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 9 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

tiempo: “Que se está haciendo / caracol <strong>de</strong> un sueño” (p. 91)<br />

Pero, hay una s<strong>al</strong>ida <strong>de</strong> t<strong>al</strong> <strong>al</strong>etargamiento. El poeta dice: "Sueña. /<br />

Y estáte <strong>al</strong>erta" (p. 33), pero a<strong>de</strong>más canta: "Esta ansia <strong>de</strong> seguir<br />

soñando" (p. 46). Esta paradoja se repite en los siguientes versos:<br />

"Vuelo que es toda la vida, / el sueño más <strong>de</strong>spierto / que todo lo<br />

<strong>de</strong>spierto" (p. 84). <strong>Reyes</strong> nos interpela con una serie <strong>de</strong><br />

interrogaciones más agudas que las <strong>de</strong> un teólogo, o filósofo: "Dime:<br />

¿son re<strong>al</strong>idad los sueños? Yo no sé si todo lo pasado fue pasado<br />

verda<strong>de</strong>ro, si todo ¿tu sueño o mi sueño? fue re<strong>al</strong> / -¿sabes tú qué<br />

es lo re<strong>al</strong>?-, si fue un repliegue en el / tiempo, / un fenómeno <strong>de</strong> luz<br />

y espejo o reconstrucción <strong>de</strong> una / soledad <strong>de</strong>scascarada que no<br />

quiso continuar. Pero he / aquí, que aún y / vez no existiese nunca,<br />

continúas en el ir y venir <strong>de</strong>l mar como cuando fuimos entre pájaros<br />

sorpren<strong>de</strong>ntes por el mar, por la luna, / por el sueño" (p. 65).<br />

Nuestro poeta se pregunta: "¿Era piel <strong>de</strong> sueño / o era sueño <strong>de</strong><br />

piel?" Para contestar: "Yo aún no lo sé" (p. 69). A peasr <strong>de</strong>l pindárico<br />

hombre es el sueño <strong>de</strong> una sombra hasta La vida es sueño, <strong>de</strong><br />

C<strong>al</strong><strong>de</strong>rón, y "los sueños, sueños son", <strong>de</strong>l fin<strong>al</strong> <strong>de</strong>l monólogo <strong>de</strong> su<br />

Segismundo, Chuantzé se sigue preguntando si era un ser humano<br />

que soñó que era una mariposa que volaba, o una mariposa que<br />

soñaba que era un ser humano. Ante lo vivido, dicha duda es<br />

legítima.<br />

No en b<strong>al</strong><strong>de</strong>, <strong>Reyes</strong> evoca el protagonista c<strong>al</strong><strong>de</strong>roniano, <strong>al</strong> <strong>de</strong>cir<br />

condicion<strong>al</strong>mente: "Si este segismundo espatapájaros" (p. 98). Mas<br />

según otros versos: “Y un caracol extraño / espantó luego / los<br />

sueños y las lunas” (p. 88). ¿Hacia dón<strong>de</strong> las espantó? A la<br />

quijotesca Sansueña, mas con un agudo Sancho como gobernador.<br />

Mas ¿cuál será aquel caracol extraño? Nos parece i<strong>de</strong>ntificarlo en<br />

este verso: “Caracaracol” (p. 196). Este caracol tenía el sueño <strong>de</strong>l<br />

dios taíno Deminan Caracaracol, según la Relación <strong>de</strong> las<br />

antigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los Indios, <strong>de</strong> Fray Ramón Pané. "Para hacerte un<br />

mito eterno / y verda<strong>de</strong>ro" (p. 87). Aquel Gemelo divino y<br />

cosmogónico es: "La misma cifra <strong>de</strong>l origen" (p. 75), a saber: "Surje<br />

un principio" (p. 91), pero: "Un principio <strong>de</strong> soledad" (p. 91). <strong>Reyes</strong><br />

se pregunta "(Cómo te explico / esta soledad sin nombre / este<br />

<strong>de</strong>semparo…)" [p. 224]. Más a<strong>de</strong>lante contesta: "Para saber / cómo<br />

es la soledad, / para saber / qué quiere <strong>de</strong>cir / la soledad, / asomo<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 10 of 11<br />

12/14/2003


Una lluvia tan gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas<br />

otra vez / a la ventana" (pp. 86-87), para <strong>de</strong>finir: "La soledad<br />

presente. La soledad / no es la muerte / que la muerte / es lo que<br />

<strong>de</strong>saparece / y se olvida. / La soledad es presencia / y es vida. / Y<br />

sin embargo / en su contorno / todo se enfría" (p. 90). Sí, fría es no<br />

la muerte, sino el morir. Por tanto: "Cómo <strong>de</strong>cirle muerte / si hasta<br />

sus hermanos <strong>de</strong> luz" (p. 245). Los hermanos gemelos <strong>de</strong> Deminan.<br />

Como la sangre: "Rojo es el juego / a vida o muerte / <strong>de</strong> tu muerte<br />

vida" (p. 203). "Estoy ojeando mi fin / como un principio. / Estoy<br />

planteando la muerte / como una forma <strong>de</strong> vida" (p. 226), para<br />

hacerte, oh tú Una lluvia gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> campanas, "un mito eterno / y<br />

verda<strong>de</strong>ro" (p. 87).<br />

"Effigy Vessel/Vaso efigie. Deminán Caracaracol, Taíno,<br />

Dominican Republic, A.D. 1200-1500.<br />

Ceramic, 40.6 cm high Collection of Nation<strong>al</strong> Museum of the American Indian,<br />

Smithsonian Institution.<br />

/Photograph/David He<strong>al</strong>d" (www.nyboricua.com/ comnovpg04.htm).<br />

[1]<br />

Para Gracián, el ingenio es como el sol, la agu<strong>de</strong>za, como la luz, y los<br />

conceptos, como sus rayos.<br />

http://cuhwww.upr.clu.edu/~rsoto/lluvia_tan_gran<strong>de</strong>_campanas.htm<br />

Page 11 of 11<br />

12/14/2003

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!