Los siete compromisos de un precursor

CONSUMIDOS CON CELO: TRANSFORMANDO CORAZONES, IGLESIAS Y NACIONES – MIKE BICKLE
Los siete compromisos de un precursor Página 7
VIII. DAR CON GENEROSIDAD: EL GOZO DE ENCUENTROS DE PODER EN LAS FINANZAS
A. Uno de los compromisos precursores es dar al reino generosamente, especialmente para las obras
de justicia que surgen de la oración. Esto implica dar más allá de nuestro diezmo. Lo que
hacemos con nuestro dinero es una medida de nuestro amor por Jesús, y nuestro compromiso con
la justicia.
B. El diezmar es confiarle a Dios directamente el 10% de nuestro dinero para darlo a Su reino. Dios
desatará bendición financiera sobre todos los que diezman. Cuando le damos un 10% de nuestro
ingreso a Dios, descubrimos que el 90% con la bendición de Dios producirá más que el 100% sin
la bendición de Dios. Algunos dicen que diezmar es muy costoso para ellos. La verdad es que es
más costoso no diezmar.
Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en
esto--dice el SEÑOR de los ejércitos-- si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para
vosotros bendición hasta que sobreabunde. (Mal. 3:10)
C. Hay gran gozo en dar financieramente estando consientes de que los ojos de Dios están sobre
nosotros con deleite. Hay una dinámica de causa y efecto que Dios desea que entendamos. Su
poder es manifiesto tanto en las finanzas como en la sanidad de un enfermo. El desea que le
creamos por un derramamiento divino de finanzas así como para sanidad divina.
Pero tú, cuando des limosna…4…tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (Mt. 6:3-4)
D. Cuando tenía 18 años me comprometí a vivir un estilo de vida simple para dar al reino
generosamente. Cuando tenía 22 años, mi esposa Diane y yo nos comprometimos a dar doble
diezmo y a buscar aumentar el porciento de nuestras ofrendas. Nos comprometimos a reducir
nuestro estilo de vida antes que reducir el porciento de nuestras ofrendas. Determinamos tener
una casa más pequeña antes que dar una cantidad más pequeña. Yo no acepto el ideal del «sueño
americano» que dice que debo tener más, mientras doy menos.
E. Fijamos nuestro corazón para contentarnos con comida y ropa y a vivir un estilo de vida simple.
La simplicidad del Reino no se trata de escasez financiera, sino de dar generosamente. No
vivimos con menos porque tengamos menos, sino porque damos más. Hay una gran diferencia
entre un espíritu de pobreza y un espíritu de generosidad. La pobreza es una maldición y la
generosidad una virtud.
Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos… (1 Tm. 6:8)
F. Cuando tenía 27 años, formalicé mis compromisos financieros en Cairo, Egipto, en Septiembre
de 1982. Por razón de igualdad, sembramos nuestras finanzas en aquellos que trabajan en el
reino en países pobres.
…en el momento actual vuestra abundancia suple la necesidad de ellos, para que también la
abundancia de ellos supla vuestra necesidad, de modo que haya igualdad. (2 Co. 8:14)
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