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actualmente, son incapaces de comprender que la información es un recurso, un valor o un activo igual que cualquier otro y que como recurso tiene características que lo hacen similar o diferente a los demás, o sea, que se adquiere a un costo, posee valores, requiere del control de sus costos, tiene un ciclo de vida, puede procesarse y existen sustitutos para informaciones específicas (Quiroga, 2002). Empresas con aplicación intermedia Las empresas que se pueden enmarcar dentro de este grupo son aquellas que llevan registro histórico de los proyectos ejecutados, cuentan con bases de datos de proveedores y clientes, y documentan los procesos organizacionales (no constructivos), pero todo esto hace parte del trabajo para haber lo-grado certificarse en gestión de calidad bajo la norma ISO 9000. Si bien es cierto que hacer gestión de calidad esté relacionado con la gestión de conocimiento, ya que comparten un mismo fin que es el mejoramiento continuo, no son dependientes pero si complementarias. Estas empresas no conocen el tema de Gestión de Conocimiento y/o Capital Intelectual, están limitadas a los estándares que su sistema de gestión de calidad les dicta. Empresas con aplicación consciente y sistemática Estas empresas además de contar con certificación de calidad bajo la norma ISO 9000, que demuestra su preocupación por el mejoramiento continuo, son conscientes de lo que la gestión del conocimiento puede otorgarles: una ventaja competitiva, la cual para que lo sea debe cumplir con que sea valiosa, rara, costosa de imitar, y difícilmente sustituible. 5.3.7 Modelos de la Gestión del Conocimiento Debido a los cambios que se han producido en el mundo en el último decenio, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación e información, han facilitado a las organizaciones una mayor competencia y eficiencia para gerencia su capital intelectual, así como para generar nuevos servicios, productos, patentes, tecnologías y proyectos, entre otros, la gestión del conocimiento y, en particular, del capital intelectual. La gestión del conocimiento y el capital intelectual, sin duda, están cambiando la forma en que se maneja hoy la economía de las organizaciones en un mundo globalizado; lógicamente no todos los países tienen las mismas oportunidades de introducir esta filosofía, basada en la gerencia de los activos intangibles, con el fin de socializar el conocimiento y elevar la competencia y valor en el mercado de las organizaciones. 35

Está claro que existe un capital sobre el cual se comienza a tener interés por medir y del que pocos informan dentro de la organización, pero que, sin lugar a dudas, tiene un valor real. Identificar y medir el capital intelectual (activos intangibles) tiene como propósito convertir en visible un activo que genera valor en las organizaciones. Una gran inquietud en las organizaciones es implementar modelos de medición para los activos intangibles, denominados habitualmente modelos de medición del capital intelectual. El problema de estos modelos es que dichos intangibles no pueden valorarse mediante unidades de medida uniformes y, por lo tanto, no puede presentarse una contabilidad de intangibles propiamente dicha. No obstante, la medición del capital intelectual, permite crear una imagen aproximada del valor de los intangibles de una organización. El capital intelectual puede medirse. Una de las empresas pioneras en este campo es Skandia 49 una compañía sueca de seguros y servicios financieros que con la intención de diseñar técnicas y herramientas para medir el capital intelectual humano (CIH), comenzó a mediados de la década pasada a medir el capital humano con el llamado Skandia Navigator 50 . Dicho sistema utilizaba, en principio, dos índices: 1) el índice de liderazgo y 2) el índice de motivación. Estos dos indicadores conformaban un sistema de medidas: el índice FLINK, creado por esta empresa. • Skandia Navigator El FLINK Se compone de aquellos elementos que cualquier organización considera que contribuyen más con los factores claves del éxito (FCE) tales como: a) clientes y trabajadores satisfechos; c) personal motivado y competente y c) gerentes calificados y eficientes. Entonces, en cada una de estas áreas, se formulan metas y objetivos estratégicos organizacionales. Se diseña un instrumento y se entrevista a los trabajadores. Sobre la base de los resultados de dichas entrevistas, Skandia pudo establecer la calidad de la gerencia y el nivel de motivación de los trabajadores en relación con las metas y los objetivos estratégicos formulados: 3) el índice de trabajadores facultados. Para la implantación de este indicador, Skandia contrató los servicios externos del Instituto Sueco de Investigación de Opinión Pública, que realizó la encuesta a los trabajadores. Los factores estudiados fueron los siguientes: a) motivación; b) apoyo dentro de la organización; c) responsabilidad y autoridad para actuar y d) competencia. Y se incorporaron entonces: 4) Número de trabajadores, 5) Número de 49 Skandia Navigator. Modelo. Disponible en: http://www.gestiondelconocimiento.com/_modelo navigator de Skandia.htm. Acceso: 13 de enero del 2007. 50 STEWART, T. La nueva riqueza de las organizaciones: El capital intelectual. Buenos Aires: Granica, 1998. 36

Está claro que existe un capital sobre el cual se comienza a tener interés por<br />

medir y <strong>de</strong>l que pocos informan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la organización, pero que, sin lugar a<br />

dudas, tiene un valor real. I<strong>de</strong>ntificar y medir el capital intelectual (activos<br />

intangibles) tiene como propósito convertir en visible un activo que genera valor en<br />

las organizaciones.<br />

Una gran inquietud en las organizaciones es implementar mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> medición<br />

para los activos intangibles, <strong>de</strong>nominados habitualmente mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> medición <strong>de</strong>l<br />

capital intelectual. El problema <strong>de</strong> estos mo<strong>de</strong>los es que dichos intangibles no<br />

pue<strong>de</strong>n valorarse mediante unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> medida uniformes y, por lo tanto, no<br />

pue<strong>de</strong> presentarse una contabilidad <strong>de</strong> intangibles propiamente dicha. No<br />

obstante, la medición <strong>de</strong>l capital intelectual, permite crear una imagen aproximada<br />

<strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> los intangibles <strong>de</strong> una organización.<br />

El capital intelectual pue<strong>de</strong> medirse. Una <strong>de</strong> las empresas pioneras en este campo<br />

es Skandia 49 una compañía sueca <strong>de</strong> seguros y servicios financieros que con la<br />

intención <strong>de</strong> diseñar técnicas y herramientas para medir el capital intelectual<br />

humano (CIH), comenzó a mediados <strong>de</strong> la década pasada a medir el capital<br />

humano con el llamado Skandia Navigator 50 . Dicho sistema utilizaba, en principio,<br />

dos índices: 1) el índice <strong>de</strong> li<strong>de</strong>razgo y 2) el índice <strong>de</strong> motivación. Estos dos<br />

indicadores conformaban un sistema <strong>de</strong> medidas: el índice FLINK, creado por esta<br />

empresa.<br />

• Skandia Navigator El FLINK<br />

Se compone <strong>de</strong> aquellos elementos que cualquier organización consi<strong>de</strong>ra que<br />

contribuyen más con los factores claves <strong>de</strong>l éxito (FCE) tales como: a) clientes y<br />

trabajadores satisfechos; c) personal motivado y competente y c) gerentes<br />

calificados y eficientes. Entonces, en cada una <strong>de</strong> estas áreas, se formulan metas<br />

y objetivos estratégicos organizacionales. Se diseña un instrumento y se entrevista<br />

a los trabajadores. Sobre la base <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> dichas entrevistas, Skandia<br />

pudo establecer la calidad <strong>de</strong> la gerencia y el nivel <strong>de</strong> motivación <strong>de</strong> los<br />

trabajadores en relación con las metas y los objetivos estratégicos formulados: 3)<br />

el índice <strong>de</strong> trabajadores facultados. Para la implantación <strong>de</strong> este indicador,<br />

Skandia contrató los servicios externos <strong>de</strong>l Instituto Sueco <strong>de</strong> Investigación <strong>de</strong><br />

Opinión Pública, que realizó la encuesta a los trabajadores. Los factores<br />

estudiados fueron los siguientes: a) motivación; b) apoyo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

organización; c) responsabilidad y autoridad para actuar y d) competencia. Y se<br />

incorporaron entonces: 4) Número <strong>de</strong> trabajadores, 5) Número <strong>de</strong><br />

49 Skandia Navigator. Mo<strong>de</strong>lo. Disponible en: http://www.gestion<strong>de</strong>lconocimiento.com/_mo<strong>de</strong>lo<br />

navigator <strong>de</strong> Skandia.htm. Acceso: 13 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l 2007.<br />

50 STEWART, T. <strong>La</strong> nueva riqueza <strong>de</strong> las organizaciones: El capital intelectual. Buenos<br />

Aires: Granica, 1998.<br />

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