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En la lista de los reyes, junto a David, que es una mezcla de santo y peca<strong>do</strong>r,<br />
aparecen, antes del destierro, unos reyes claramente impresentables. Aparte<br />
de Ezequías y Josías, los demás son idólatras, asesinos y disolutos. Después<br />
del destierro, apenas hay nadie que se distinga por sus valores humanos y<br />
religiosos. Hasta llegar a los <strong>do</strong>s últimos nombres, José y María.<br />
Aparecen en este árbol genealógico cinco mujeres. Las cuatro primeras no<br />
son como para estar orgullosos de ellas. Rut es buena y religiosa, pero es<br />
extranjera, lo que para los israelitas es un inconveniente grave. Raab es una<br />
prostituta, aunque de buen corazón. Tamar, una tramposa que engaña a su<br />
suegro Judá para tener descendencia. Betsabé, una que ha cometi<strong>do</strong> adulterio<br />
con David. La quinta sí: es María, la esposa de José, la madre de Jesús.<br />
Entre los ascendientes de Jesús hay peca<strong>do</strong>res y santos. En verdad, los<br />
pensamientos de Dios no son como los nuestros. Él cuenta con to<strong>do</strong>s y así<br />
va construyen<strong>do</strong> la historia. Jesús se ha hecho solidario de esta humanidad<br />
concreta, débil y peca<strong>do</strong>ra, no de una ideal y angélica. Luego se pondrá en<br />
fila entre los que reciben el bautismo de Juan en el Jordán: él es santo, pero<br />
no desdeña mostrarse en compañía de los peca<strong>do</strong>res. Ha entra<strong>do</strong> en nuestra<br />
familia, no en la de los ángeles. No excluye a nadie de su Reino.<br />
Navidad con un corazón abierto a to<strong>do</strong>s<br />
Es una lección para que también nosotros miremos a las personas con ojos<br />
generosos, sin menospreciar a nadie. Nadie es incapaz de salvación. La<br />
comunidad eclesial puede no gustarnos, porque la vemos débil y frágil en<br />
su testimonio. La sociedad nos puede parecer corrompida, y algunas personas<br />
indeseables, y las más cercanas, llenas de defectos. Pero Jesús viene<br />
precisamente a curar a los enfermos, no a felicitar a los sanos; a salvar a los<br />
peca<strong>do</strong>res, no a canonizar a los buenos.<br />
La salvación es para to<strong>do</strong>s. Jesús no renegó de su árbol genealógico porque<br />
en él hubiera personas peca<strong>do</strong>ras. Nosotros no debemos renegar de la generación<br />
en que nos ha toca<strong>do</strong> vivir. En esta Navidad deberíamos crecer en<br />
una visión más optimista de las personas y de los acontecimientos, sabien<strong>do</strong><br />
dar un margen de confianza a las capacidades de cada persona ante la gracia<br />
salva<strong>do</strong>ra de Dios.<br />
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR<br />
25 de diciembre<br />
"Hoy" nos ha naci<strong>do</strong> el Salva<strong>do</strong>r<br />
-I-<br />
En estas fiestas de Navidad oímos repetidas veces la palabra "hoy": "yo te<br />
he engendra<strong>do</strong> hoy", "hoy, desde el cielo, ha descendi<strong>do</strong> la paz sobre nosotros",<br />
"has ilumina<strong>do</strong> esta noche santa con el nacimiento de Cristo", "hoy<br />
nos ha naci<strong>do</strong> un Salva<strong>do</strong>r", "hoy brillará una luz sobre nosotros", "hoy<br />
una gran luz ha llega<strong>do</strong> a la tierra", "hoy nos ha naci<strong>do</strong> el Salva<strong>do</strong>r". Lo<br />
mismo pasará en la Epifanía: "hoy se nos ha manifesta<strong>do</strong>", "hoy la estrella<br />
condujo a los magos".<br />
Este "hoy" quiere significar que lo que celebramos en la Navidad no es un<br />
aniversario, sino un "sacramento", o sea, una actualización sacramental del<br />
hecho salvífico del nacimiento humano del Hijo de Dios. En la fiesta de la<br />
Navidad Dios nos comunica la gracia de un "nuevo nacimiento" como hijos<br />
en la familia de Dios. La Navidad es la condensación del "ayer" de Belén<br />
y del "mañana" de la última venida del Señor en el "hoy" de la celebración<br />
de este año, que es un acontecimiento siempre nuevo, no sólo un recuer<strong>do</strong><br />
pedagógico de hechos pasa<strong>do</strong>s.<br />
Las lecturas bíblicas de las tres misas de la Navidad (noche, aurora, día)<br />
son intercambiables entre sí. Más aún, también se pueden utilizar en la misa<br />
vigiliar del 24 las lecturas de las tres misas de la fiesta. Hay que tener en<br />
cuenta que la misa más importante, para muchos la única, es la del día.