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Isaías 62,1-5. El Señor te prefiere a ti<br />
El profeta más leí<strong>do</strong> en el Adviento, Isaías, nos anuncia la inminencia de la<br />
fiesta. Los últimos capítulos -que probablemente no son del primer Isaías,<br />
sino del segun<strong>do</strong> o del tercero- son claramente optimistas.<br />
La de hoy es una lectura muy apropiada para la vigilia de la Navidad. El<br />
profeta no callará "hasta que rompa la aurora de su justicia", y anima a su<br />
pueblo a confiar en Dios que es su Salva<strong>do</strong>r: "los pueblos verán tu justicia";<br />
"serás corona fúlgida en la mano del Señor... ya no te llamarán aban<strong>do</strong>nada,<br />
sino mi favorita".<br />
La iniciativa la tiene Dios, que sigue aman<strong>do</strong> a su pueblo: "el Señor te<br />
prefiere a ti... Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te<br />
construyó". La comparación entre Dios y su pueblo como esposo y esposa es<br />
muy repetida en los profetas, y en el NT se aplica a Cristo y a su Iglesia.<br />
El salmo 88 expresa la alegría de los salva<strong>do</strong>s: "cantaré eternamente las<br />
misericordias del Señor". También se alude a David, de cuya descendencia<br />
viene Jesús, según la promesa de Dios: "te fundaré un linaje perpetuo".<br />
Hechos de los Apóstoles 13,16-17. 22-25. Testimonio de Pablo<br />
sobre Cristo, Hijo de David<br />
En el discurso que predicó en Antioquía de Pisidia, en la actual Turquía,<br />
precisamente en la sinagoga, a Pablo le interesa sobre to<strong>do</strong> resaltar que Jesús,<br />
el Mesías, proviene de la dinastía de David: "de su descendencia sacó Dios<br />
un Salva<strong>do</strong>r para Israel, Jesús".<br />
También nombra a Juan el Bautista, personaje muy aprecia<strong>do</strong> por los judíos,<br />
que señaló a Jesús de Nazaret como el Mesías: "detrás de mí viene uno...".<br />
Los <strong>do</strong>s personajes, David y el Bautista, muestran claramente a Cristo Jesús<br />
como la respuesta de Dios a la humanidad.<br />
Navidad 61<br />
Mateo 1,1-25. Genealogía de Jesucristo, Hijo de David<br />
Leemos hoy el comienzo del evangelio de Mateo, con la genealogía de<br />
Jesús. Ciertamente ni él ni Lucas -que también presenta otra lista genealógica-<br />
pretenden seguir una estricta meto<strong>do</strong>logía histórica. Mateo organiza<br />
los antepasa<strong>do</strong>s de Jesús en tres grupos, encabeza<strong>do</strong>s por Abrahán, David y<br />
Jeconías: este por ser el primero después del destierro de Babilonia.<br />
A continuación describe Mateo el diálogo del ángel con José, resolvien<strong>do</strong><br />
las dudas que este tenía sobre si era digno de entrar en el terreno del misterio<br />
que estaba sucedien<strong>do</strong> en su prometida, María. José, como siempre, "hizo<br />
lo que le había manda<strong>do</strong> el ángel del Señor": acogió a María como esposa<br />
y luego puso al hijo el nombre de Jesús, que significa "Dios salva".<br />
-II-<br />
Cristo pertenece a nuestra familia humana<br />
La lista genealógica de Mateo tiene una intención inmediata: demostrar que<br />
Jesús pertenecía a la casa de David, por parte de José.<br />
Pero tiene también una intención más profunda que nos ayuda a entender el<br />
misterio del Dios-con-nosotros. El Mesías espera<strong>do</strong>, el Hijo de Dios, se ha<br />
encarna<strong>do</strong> plenamente en la historia humana y está arraiga<strong>do</strong> en un pueblo<br />
concreto, el de Israel. No es un extraterrestre o un ángel sin raíces aquí abajo.<br />
Pertenece con pleno derecho a la familia humana.<br />
Los nombres de esta genealogía, <strong>do</strong>nde hay personas famosas y otras desconocidas,<br />
no son precisamente una letanía de santos: hay en ella hombres y<br />
muj eres que tienen una vida recomendable, y otros que no son nada modélicos.<br />
En el primer aparta<strong>do</strong> de los patriarcas, la promesa mesiánica no empieza<br />
con Ismael, el hijo mayor de Abrahán, sino con Isaac. No sigue con el hijo<br />
mayor de Isaac, que era Esaú, sino con el segun<strong>do</strong>, Jacob, que arrancó con<br />
trampas a su hermano el derecho de primogenitura. No con el hijo preferi<strong>do</strong><br />
de Jacob, el justo José, sino con Judá, que había vendi<strong>do</strong> a su hermano.