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del Misal, que toma la cita de este pasaje: "para que no vivamos ya para<br />
nosotros mismos, sino para él que por nosotros murió y resucitó".<br />
Además, para Pablo el acontecimiento Cristo debe suponer para nosotros<br />
un cambio radical. Cristo es la novedad total: "el que es de Cristo es una<br />
criatura nueva. Lo antiguo ha pasa<strong>do</strong>, lo nuevo ha comenza<strong>do</strong>". Así como<br />
la resurrección de Cristo transformó la vida de los primeros discípulos,<br />
debe transformar también la nuestra.<br />
Las preguntas son obligatorias. Ante to<strong>do</strong>, ¿de veras Cristo Jesús es el<br />
centro de nuestra vida, y la razón de ser de nuestra fe y de nuestro mo<strong>do</strong><br />
de actuar? ¿es él el motor de nuestra existencia? Después de comulgar con<br />
Cristo, en la Eucaristía, ¿se nos nota que le hemos recibi<strong>do</strong>? ¿nos dejamos<br />
"apremiar" por su amor a lo largo de la jornada o de la semana?<br />
Segunda pregunta: ¿de veras estamos dispuestos a aceptar su novedad, o<br />
nos sigue gustan<strong>do</strong> lo viejo, lo conoci<strong>do</strong>, lo habitual? Cristo rompió moldes<br />
de mentalidad y de estilo de vida. El Concilio Vaticano ha impulsa<strong>do</strong> a la<br />
Iglesia entera a abrir nuevas fronteras, sacudien<strong>do</strong> un posible inmovilismo.<br />
Lo nuevo siempre resulta incómo<strong>do</strong>. En la escena evangélica de hoy los<br />
apóstoles se ponen en marcha al oír la palabra de Jesús: "vamos a la otra<br />
orilla". Si se hubieran queda<strong>do</strong> en la que estaban, no hubieran pasa<strong>do</strong> lo<br />
que pasaron. La presencia de Cristo compensó ese peligro. No tendríamos<br />
que merecer su reproche: ¡hombres de poca fe!<br />
DOMINGO 13 DEL TIEMPO ORDINARIO<br />
-I-<br />
La fuerza salva<strong>do</strong>ra de Dios está actuan<strong>do</strong><br />
Siguen los milagros con los que Jesús revela progresivamente su condición<br />
divina. Si antes era la tempestad del lago la que calmaba, hoy aparece<br />
como señor de la enfermedad y de la muerte.<br />
El Reino de Dios está ya presente y va actuan<strong>do</strong> en nuestro mun<strong>do</strong>. El<br />
proyecto de Dios es proyecto de vida, no de enfermedad ni de muerte. Eso<br />
se ve en el poder libera<strong>do</strong>r que muestra Jesús, su Hijo. Si en <strong>do</strong>mingos<br />
anteriores aparecía como "el más fuerte" que lucha contra las fuerzas<br />
del mal, y como <strong>do</strong>mina<strong>do</strong>r de las fuerzas de la naturaleza, hoy quiere<br />
comunicarnos, también a los cristianos del siglo XXI, su poder libera<strong>do</strong>r<br />
sobre la enfermedad y la muerte.<br />
Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24. La muerte entró en el mun<strong>do</strong><br />
por la envidia del diablo<br />
El libro de la Sabiduría, que es un canto a la sabiduría verdadera según<br />
la mentalidad de Dios, nos ofrece hoy una página sobre la razón de ser<br />
de la muerte, uno de los interrogantes -junto con la existencia del mal en<br />
el mun<strong>do</strong>- que siempre ha preocupa<strong>do</strong> a la humanidad. El tema ha si<strong>do</strong><br />
escogi<strong>do</strong> hoy como primera lectura, para preparar el gran milagro de Jesús<br />
que resucita a la hija de Jairo.