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aldazabal, jose - do..

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194<br />

Los apóstoles, testigos<br />

Leyen<strong>do</strong>, desde hoy, el libro de los Hechos de los Apóstoles durante el<br />

Tiempo Pascual, se nos propone el ejemplo de aquella comunidad que dio<br />

testimonio de su fe en Cristo Jesús y se dejó guiar por su Espíritu en su<br />

expansión al mun<strong>do</strong> conoci<strong>do</strong>.<br />

Las primeras "evangeliza<strong>do</strong>ras" fueron las mujeres. En el evangelio de la<br />

noche, son las mujeres que acudieron al sepulcro las que oyeron de labios<br />

del ángel la noticia: "no está aquí, ha resucita<strong>do</strong>". En el evangelio de Juan<br />

es Magdalena la que va al sepulcro, lo ve vacío y corre a anunciarlo a los<br />

apóstoles.<br />

Para los discípulos de Emaús fue aquel "viajero peregrino", Cristo mismo,<br />

a quien de momento no supieron reconocer, quien les explicó las Escrituras<br />

y les aseguró la verdad de su resurrección. Luego serán los apóstoles, los<br />

ministros de la comunidad, los anuncia<strong>do</strong>res oficiales de la Pascua. Pedro,<br />

en casa de Cornelio, es consciente de este encargo: "nos lo hizo ver, no<br />

a to<strong>do</strong> el pueblo, sino a los testigos que él había designa<strong>do</strong>, a nosotros,<br />

que hemos comi<strong>do</strong> y bebi<strong>do</strong> con él después de la resurrección". E insiste:<br />

"nosotros somos testigos... nos encargó predicar al pueblo, dan<strong>do</strong> solemne<br />

testimonio de que Dios lo ha nombra<strong>do</strong> juez de vivos y muertos". En<br />

verdad los apóstoles dieron con valentía este testimonio.<br />

El libro de los Hechos nos recuerda que la historia continúa. Se puede<br />

decir que no tiene último capítulo: nosotros mismos, a inicios del siglo<br />

XXI, seguimos escribien<strong>do</strong> estos "hechos". En el rito copto, que celebran<br />

sobre to<strong>do</strong> los cristianos de Egipto, cuan<strong>do</strong> se proclama este libro en Misa,<br />

el lector dice al final, a mo<strong>do</strong> de aclamación: "Y la Palabra de Dios sigue<br />

crecien<strong>do</strong>, en esta Iglesia y en todas las Iglesias".<br />

Ahora somos nosotros los que nos comprometemos a anunciar a Cristo a<br />

este mun<strong>do</strong>, a nuestra familia, a la sociedad. Los cristianos no sólo debemos<br />

ser buenas personas, sino además "testigos", con nuestra palabra y nuestra<br />

conducta, de que Cristo ha resucita<strong>do</strong> y es el Salva<strong>do</strong>r. Eso en casa de<br />

Cornelio, un pagano, o en medio de una sociedad también paganizada, en<br />

nuestra familia, en el mun<strong>do</strong> de educación, en el cuida<strong>do</strong> de los ancianos y<br />

enfermos, en la actividad profesional, en los medios de comunicación.<br />

Cincuentena Pascual 195<br />

Vida pascual<br />

Pascua es algo más que una fiesta o un "tiempo litúrgico". Pascua es un<br />

estilo de vida, una mentalidad que mueve nuestras palabras y nuestras<br />

obras. La Pascua de Cristo debe contagiarnos y convertirse en Pascua<br />

nuestra, de mo<strong>do</strong> que imitemos su vida nueva.<br />

Es lo que le preocupa a Pablo. En su carta a los Colosenses les invita<br />

a que, ya que en el orden del ser -ortológicamente-, han recibi<strong>do</strong> la<br />

vida de Cristo en el Bautismo, ahora se trata de que en la práctica vivan<br />

pascualmente. Para Pablo eso significa vivir como resucita<strong>do</strong>s, "buscar los<br />

bienes de allá arriba", "aspirar a los bienes de arriba, no a los de la tierra".<br />

Si celebramos bien la Pascua, también nosotros debemos morir a lo viejo<br />

y resucitar a lo nuevo, morir al peca<strong>do</strong> y vivir con Cristo la novedad de su<br />

vida. Al final resucitaremos corporalmente, pero ya ahora vivimos como<br />

resucita<strong>do</strong>s, alimenta<strong>do</strong>s con la Eucaristía, que nos hace participar de la<br />

vida ya definitiva del Señor.<br />

Vivimos en este mun<strong>do</strong>, y es serio nuestro compromiso con la tarea que<br />

aquí tenemos encomendada, pero los cristianos "buscamos los bienes<br />

de allá arriba", porque estamos en camino y somos ciudadanos de otro<br />

mun<strong>do</strong>, el mun<strong>do</strong> en el que ya ha entra<strong>do</strong> Cristo Resucita<strong>do</strong>.<br />

(También en la otra carta alternativa, a los Corintios, Pablo nos invita a<br />

que eliminemos de nuestra comunidad toda levadura vieja, toda malicia y<br />

corrupción, y vivamos una vida nueva, en la sinceridad y la verdad).<br />

Una instrucción que se publicó en 1964, ínter Oecumenici, para la recta<br />

aplicación de la reforma litúrgica, daba una feliz definición de lo que es<br />

una liturgia bien celebrada, sobre to<strong>do</strong> de la liturgia pascual: "ut Mysterium<br />

Paschale viven<strong>do</strong> exprimatur", que el misterio pascual lo expresemos con<br />

nuestra vida, con nuestra alegría, nuestra entrega por los demás, nuestra<br />

energía para el bien, nuestra valentía en la lucha contra el mal y contra toda<br />

injusticia, nuestra esperanza y novedad de vida.

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