aldazabal, jose - do..

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18.05.2013 Views

192 -II- "Este es el día en que actuó el Señor". ¡Aleluya! Naturalmente, el mensaje de este día de Pascua es la resurrección de Cristo: la noticia mejor de todo el año para los cristianos. La que cambió la vida de los primeros discípulos. La que proclamó con valentía Pedro, en su catequesis en casa de Cornelio: que a ese Jesús, el Ungido por el Espíritu, "a quien mataron colgándolo de un madero, Dios lo resucitó al tercer día y lo nombró Juez de vivos y muertos". Contagiándonos de su entusiasmo cantamos en el salmo nuestra alegría: "este es el día en que actuó el Señor". Vale la pena que resuene, también en las misas de este domingo, el anuncio gozoso del ángel a las mujeres (según el evangelio de la noche): "¡No está aquí: ha resucitado!". Es bueno detenernos en esta convicción -"Cristo es el que vive"-, porque nos hace falta para seguir con más ánimos nuestro camino cristiano. Lo mismo que, si leemos el evangelio de Emaús, la tarde del domingo, nos tenemos que dejar convencer también nosotros y llegar a "reconocer" al Resucitado en su Palabra, en su Eucaristía, en su comunidad y luego dar testimonio de esa experiencia en nuestra vida. No puede ocultar su alegría la oración colecta: "en este día has abierto las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte", y pide que esta Pascua histórica que estamos celebrando nos oriente hacia la eterna: "que renovados por el Espíritu, vivamos en la esperanza de nuestra resurrección futura". La alegría de la Pascua es evidente también en la oración sobre las ofrendas: "rebosantes de gozo pascual, celebramos estos sacramentos". El prefacio describe lapidaria y magistralmente el contenido de la fiesta de hoy: "Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado: muriendo, destruyó nuestra muerte, resucitando, restauró la vida". ¿Se puede expresar en menos palabras el misterio de la redención que Cristo ha obrado en su Pascua? Parece un "parte de guerra", el telegrama de una victoria anunciada a la comunidad. Cincuentena Pascual 193 Dios ha dicho "sí" a su Hijo. El grano de trigo, sepultado en la tierra, ha muerto, pero ha renacido y dará fruto abundante. Es también la fiesta de nuestra liberación y nuestra resurrección. Podemos manifestar con aleluyas solemnes y flores nuestra alegría de cristianos seguidores del Resucitado. Haciendo caso del salmo de hoy, que nos invita a que este día, "en que actuó el Señor", también "sea nuestra alegría y nuestro gozo". Carácter bautismal de la Pascua Pascua es la fiesta bautismal, porque en el Bautismo es cuando por primera vez nos sumergimos en la muerte y resurrección, en la nueva vida del Señor. Pablo, con una comparación "botánica" muy expresiva, dijo que, por el Bautismo, hemos sido "injertados" ("complantati sumus") en la nueva vida de Cristo. En la Vigilia de anoche se han celebrado probablemente, si no se han dejado para este domingo, algunos bautizos, después de la preparación de la Cuaresma. Este día, y toda la Cincuentena, tiene carácter bautismal. En la oración sobre las ofrendas hablamos de "estos sacramentos en los que tan maravillosamente ha renacido y se alimenta tu Iglesia", o sea, los sacramentos de la iniciación cristiana. La oración poscomunión insiste: "tu Iglesia, renovada por los sacramentos pascuales". Por eso es lógico que, al comienzo de la Eucaristía de los ocho domingos del Tiempo Pascual, realicemos el gesto simbólico de la aspersión bautismal. En vez del acto penitencial y del "Señor ten piedad", nos dejamos "mojar" en recuerdo del sacramento por el que fuimos "sumergidos" por primera vez en Cristo muerto y resucitado. Por la tarde, como les ha parecido a bastantes comunidades, se puede recuperar la antigua costumbre de las "vísperas bautismales", yendo en procesión, durante el Magníficat, a la fuente bautismal y santiguándose todos con su agua bendita.

192<br />

-II-<br />

"Este es el día en que actuó el Señor". ¡Aleluya!<br />

Naturalmente, el mensaje de este día de Pascua es la resurrección de<br />

Cristo: la noticia mejor de to<strong>do</strong> el año para los cristianos. La que cambió<br />

la vida de los primeros discípulos. La que proclamó con valentía Pedro,<br />

en su catequesis en casa de Cornelio: que a ese Jesús, el Ungi<strong>do</strong> por el<br />

Espíritu, "a quien mataron colgán<strong>do</strong>lo de un madero, Dios lo resucitó al<br />

tercer día y lo nombró Juez de vivos y muertos". Contagián<strong>do</strong>nos de su<br />

entusiasmo cantamos en el salmo nuestra alegría: "este es el día en que<br />

actuó el Señor".<br />

Vale la pena que resuene, también en las misas de este <strong>do</strong>mingo, el anuncio<br />

gozoso del ángel a las mujeres (según el evangelio de la noche): "¡No está<br />

aquí: ha resucita<strong>do</strong>!". Es bueno detenernos en esta convicción -"Cristo es<br />

el que vive"-, porque nos hace falta para seguir con más ánimos nuestro<br />

camino cristiano. Lo mismo que, si leemos el evangelio de Emaús, la tarde<br />

del <strong>do</strong>mingo, nos tenemos que dejar convencer también nosotros y llegar a<br />

"reconocer" al Resucita<strong>do</strong> en su Palabra, en su Eucaristía, en su comunidad<br />

y luego dar testimonio de esa experiencia en nuestra vida.<br />

No puede ocultar su alegría la oración colecta: "en este día has abierto las<br />

puertas de la vida por medio de tu Hijo, vence<strong>do</strong>r de la muerte", y pide<br />

que esta Pascua histórica que estamos celebran<strong>do</strong> nos oriente hacia la<br />

eterna: "que renova<strong>do</strong>s por el Espíritu, vivamos en la esperanza de nuestra<br />

resurrección futura". La alegría de la Pascua es evidente también en la<br />

oración sobre las ofrendas: "rebosantes de gozo pascual, celebramos estos<br />

sacramentos".<br />

El prefacio describe lapidaria y magistralmente el conteni<strong>do</strong> de la fiesta de<br />

hoy: "Cristo, nuestra Pascua, ha si<strong>do</strong> inmola<strong>do</strong>: murien<strong>do</strong>, destruyó nuestra<br />

muerte, resucitan<strong>do</strong>, restauró la vida". ¿Se puede expresar en menos<br />

palabras el misterio de la redención que Cristo ha obra<strong>do</strong> en su Pascua?<br />

Parece un "parte de guerra", el telegrama de una victoria anunciada a la<br />

comunidad.<br />

Cincuentena Pascual 193<br />

Dios ha dicho "sí" a su Hijo. El grano de trigo, sepulta<strong>do</strong> en la tierra, ha<br />

muerto, pero ha renaci<strong>do</strong> y dará fruto abundante. Es también la fiesta de<br />

nuestra liberación y nuestra resurrección. Podemos manifestar con aleluyas<br />

solemnes y flores nuestra alegría de cristianos segui<strong>do</strong>res del Resucita<strong>do</strong>.<br />

Hacien<strong>do</strong> caso del salmo de hoy, que nos invita a que este día, "en que<br />

actuó el Señor", también "sea nuestra alegría y nuestro gozo".<br />

Carácter bautismal de la Pascua<br />

Pascua es la fiesta bautismal, porque en el Bautismo es cuan<strong>do</strong> por primera<br />

vez nos sumergimos en la muerte y resurrección, en la nueva vida del Señor.<br />

Pablo, con una comparación "botánica" muy expresiva, dijo que, por el<br />

Bautismo, hemos si<strong>do</strong> "injerta<strong>do</strong>s" ("complantati sumus") en la nueva vida<br />

de Cristo. En la Vigilia de anoche se han celebra<strong>do</strong> probablemente, si no se<br />

han deja<strong>do</strong> para este <strong>do</strong>mingo, algunos bautizos, después de la preparación<br />

de la Cuaresma.<br />

Este día, y toda la Cincuentena, tiene carácter bautismal. En la oración<br />

sobre las ofrendas hablamos de "estos sacramentos en los que tan<br />

maravillosamente ha renaci<strong>do</strong> y se alimenta tu Iglesia", o sea, los<br />

sacramentos de la iniciación cristiana. La oración poscomunión insiste: "tu<br />

Iglesia, renovada por los sacramentos pascuales".<br />

Por eso es lógico que, al comienzo de la Eucaristía de los ocho <strong>do</strong>mingos del<br />

Tiempo Pascual, realicemos el gesto simbólico de la aspersión bautismal.<br />

En vez del acto penitencial y del "Señor ten piedad", nos dejamos "mojar"<br />

en recuer<strong>do</strong> del sacramento por el que fuimos "sumergi<strong>do</strong>s" por primera<br />

vez en Cristo muerto y resucita<strong>do</strong>.<br />

Por la tarde, como les ha pareci<strong>do</strong> a bastantes comunidades, se puede<br />

recuperar la antigua costumbre de las "vísperas bautismales", yen<strong>do</strong> en<br />

procesión, durante el Magníficat, a la fuente bautismal y santiguán<strong>do</strong>se<br />

to<strong>do</strong>s con su agua bendita.

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