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aldazabal, jose - do..

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Colosenses 3, 1-4. Buscad los bienes de allá arriba, <strong>do</strong>nde está Cristo<br />

El pasaje de Pablo en su carta a los cristianos de Colosas es el más<br />

apropia<strong>do</strong> para este <strong>do</strong>mingo. Es breve pero denso y estimulante: "ya que<br />

habéis resucita<strong>do</strong> con Cristo, buscad las cosas de allá arriba".<br />

Celebrar la Pascua del Señor es asumir coherentemente lo que representa<br />

de novedad de vida: "aspirad a los bienes de arriba", porque caminamos<br />

hacia la misma meta que Cristo: "entonces también vosotros apareceréis,<br />

juntamente con él, en gloria".<br />

(o bien) 1 Corintios 5, 6b-8. Quitad la levadura vieja<br />

para ser masa nueva<br />

También se puede elegir como 2 d lectura este otro pasaje de Pablo a los<br />

cristianos de Corinto, que hace referencia a Cristo como "nuestra pascua".<br />

La levadura del pan la compara aquí Pablo con la malicia y la corrupción,<br />

y quiere que las comunidades cristianas estén libres de esa mala levadura<br />

y ser un pan "ázimo".<br />

Ya que "Cristo, nuestra Pascua (nuestra víctima pascual) ha si<strong>do</strong> inmola<strong>do</strong>",<br />

tenemos que evitar toda maldad y "celebrar la Pascua con los panes ázimos<br />

de la sinceridad y la verdad".<br />

Después de la 2 d lectura, como anticipo del evangelio, esta semana<br />

cantamos la secuencia, que en latín tiene el nombre de "Victimae<br />

paschali laudes", "a la víctima pascual alabanzas...", probablemente del<br />

siglo XI. Es un simpático poema, que además de esa alabanza a Cristo,<br />

"dialoga" poéticamente con María Magdalena sobre su encuentro con el<br />

Resucita<strong>do</strong>.<br />

Juan 20, 1-9. El había de resucitar de entre los muertos<br />

Hoy tenemos tres evangelios a elegir: a) el de Jn 20, con la visita de María<br />

Magdalena y luego de Pedro y Juan al sepulcro vacío; b) el que ya hemos<br />

leí<strong>do</strong> la noche pasada, de Marcos, con el anuncio de la resurrección (sobre<br />

Cincuentena Pascual 191<br />

to<strong>do</strong> si la mayoría de los que participan en esta Misa no han acudi<strong>do</strong> a la<br />

Vigilia); y c) si la celebración es por la tarde, el evangelio de Lucas 24, con<br />

la escena de Emaús.<br />

Si optamos por el evangelio de Juan, nos encontramos con la experiencia<br />

de María Magdalena, testigo del sepulcro vacío, que corrió a anunciarlo a<br />

los apóstoles, convirtién<strong>do</strong>se así en "apóstol de los apóstoles", la primera<br />

evangeliza<strong>do</strong>ra de la Buena Noticia de la Pascua. También Pedro y Juan<br />

ven el sepulcro vacío. Ninguno de ellos se acaba de creer que Jesús haya<br />

resucita<strong>do</strong>: "no habían entendi<strong>do</strong> la Escritura: que él había de resucitar de<br />

entre los muertos".<br />

Marcos 16,1-7. Jesús el Nazareno, el crucifica<strong>do</strong>, ha resucita<strong>do</strong><br />

Si elegimos repetir el evangelio de Marcos, ya proclama<strong>do</strong> anoche, cf. la<br />

reflexión que hacíamos en la Vigilia.<br />

Lucas 24,13-35. Quédate con nosotros, porque atardece<br />

En las misas vespertinas se puede leer el evangelio de Lucas con la escena<br />

de los discípulos de Emaús, muy propia para este día y hora.<br />

Es expresivo el relato "catequético" que hace Lucas, en el último capítulo<br />

de su evangelio, del viaje "de ida y vuelta" de aquellos <strong>do</strong>s discípulos que<br />

van a Emaús y luego vuelven a Jerusalén. El viaje de ida es triste, marca<strong>do</strong><br />

por la desilusión ("nosotros esperábamos...") y no reconocen al caminante<br />

que se les junta. El viaje de vuelta es lo contrario: corren presurosos, llenos<br />

de alegría, los ojos abiertos ahora, impacientes por anunciar su experiencia<br />

a la comunidad.<br />

En medio ha sucedi<strong>do</strong> algo decisivo: el Señor Jesús les sale al encuentro,<br />

dialoga con ellos, les explica las Escrituras y finalmente le reconocen en<br />

"la fracción del pan", aunque luego recuerdan que ya "ardía su corazón<br />

cuan<strong>do</strong> les explicaba las Escrituras".

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