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Éxo<strong>do</strong> sólo leemos el comienzo, empezan<strong>do</strong> por una frase básica: "yo soy<br />
el Señor, tu Dios, que te saqué de la esclavitud de Egipto". Las normas de<br />
vida que siguen no vienen de un Dios extraño, o de una "divinidad" difusa:<br />
son del Dios que hizo el mun<strong>do</strong> y el que les sacó de Egipto.<br />
Estos diez mandamientos, que en los capítulos siguientes del Éxo<strong>do</strong> están<br />
mucho más detalla<strong>do</strong>s, resumen el estilo de vida que se pide al pueblo elegi<strong>do</strong>.<br />
Unos se refieren al culto a Dios. Otros, al trato con los demás, empezan<strong>do</strong><br />
por el de "honra a tu padre y a tu madre".<br />
El salmista está convenci<strong>do</strong> de que en estos mandamientos está la clave<br />
de la verdadera armonía interior y exterior: "los mandatos del Señor son<br />
rectos y alegran el corazón... los mandamientos del Señor son verdaderos<br />
y enteramente justos...". Por eso repetimos: "Señor, tú tienes palabras de<br />
vida eterna".<br />
1 Corintios 1, 22-25. Predicamos a Cristo crucifica<strong>do</strong>,<br />
escándalo para los judíos, pero, para los llama<strong>do</strong>s, sabiduría de Dios<br />
Pablo aborda en su carta a los cristianos de Corinto, en Grecia, el tema de<br />
la "sabiduría" verdadera.<br />
Los judíos piden "signos". Los griegos "buscan sabiduría". Pero la fe<br />
cristiana es "fuerza de Dios", es el lenguaje de la cruz: por eso "nosotros<br />
predicamos a Cristo crucifica<strong>do</strong>", que puede parecer necedad a los griegos<br />
y escándalo a los judíos.<br />
Juan 2,13-25. Destruid este templo y en tres días lo levantaré<br />
Durante tres <strong>do</strong>mingos leeremos el evangelio no de Marcos, sino de Juan,<br />
con tres símbolos expresivos de la muerte pascual de Cristo: el Templo, la<br />
serpiente y el grano de trigo.<br />
El episodio de hoy sucede en torno a la Pascua, lo cual para Juan ya es<br />
significativo.<br />
Jesús realiza uno de los gestos simbólicos que más debieron llamar la atención<br />
y provocar la ira de sus enemigos: expulsó a los vende<strong>do</strong>res y cambistas del<br />
Cuaresma 129<br />
Templo, defendien<strong>do</strong> el carácter sagra<strong>do</strong> y cúltico de aquel espacio. Pero el<br />
principal motivo de la elección de este pasaje es el "signo" que él da para<br />
justificar su actuación: "destruid este templo...". Naturalmente no se refiere<br />
al Templo de piedra, que habían tarda<strong>do</strong> cuarenta y seis años en edificar,<br />
sino al templo de su cuerpo, anuncian<strong>do</strong> así -aunque de momento nadie le<br />
entendiera- su resurrección.<br />
-II-<br />
Una Alianza que afecta de lleno a la vida<br />
Los mandamientos de la I a Alianza siguen sien<strong>do</strong> váli<strong>do</strong>s. Son "diez palabras"<br />
(eso es lo que significa "decálogo") que Dios nos ha dirigi<strong>do</strong> de una<br />
vez por todas, para que vivamos según sus caminos. Jesús no suprimió<br />
estos mandamientos: les dio motivaciones más profun<strong>do</strong>s ("amaos como<br />
yo os he ama<strong>do</strong>") y los completó, sobre to<strong>do</strong> con las bienaventuranzas y el<br />
sermón de la montaña.<br />
Los mandamientos son universales: también los paganos deben honrar a<br />
sus padres y respetar lo ajeno, y nosotros los cristianos también debemos<br />
defender la vida y practicar la justicia social y la ética sexual y, sobre to<strong>do</strong>,<br />
"no tener otros dioses" como valores absolutos, en medio de una sociedad<br />
que nos los ofrece en abundancia. Eso sí, nosotros tenemos además los<br />
valores que nos ha enseña<strong>do</strong> Cristo Jesús.<br />
Los primeros mandamientos nos hacen mirar a Dios: "no tendrás otros<br />
dioses frente a mí", "no pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso",<br />
"santifica el sába<strong>do</strong>". La tentación que to<strong>do</strong>s tenemos es la de fabricarnos<br />
"í<strong>do</strong>los" más a nuestro gusto y rendirles culto. Tal vez no serán ahora í<strong>do</strong>los<br />
en forma de estatua de piedra o madera (aunque si a alguien le dan la estatuilla<br />
del Osear puede ser que experimente la tentación al pie de la letra...),<br />
pero sí to<strong>do</strong>s podemos caer en la a<strong>do</strong>ración del dinero, del prestigio, del<br />
placer, de lo material.<br />
Apartir del cuarto, estos mandamientos nos hacen mirar al prójimo: "honra a<br />
tu padre y a tu madre... no matarás... no cometerás adulterio... no robarás...".