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aldazabal, jose - do..

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102<br />

El protagonismo del Espíritu<br />

En la escena del Bautismo de Jesús en el Jordán aparece explícitamente el<br />

protagonismo del Espíritu, en forma de paloma que se posa sobre él. No<br />

sabemos bien por qué la paloma: ¿por ser un ave sutil, mansa, símbolo de<br />

la paz? ¿o como reminiscencia del Génesis, que nos cuenta que el Espíritu<br />

de Dios aleteaba sobre las aguas primordiales y las llenó de vida?<br />

Ese mismo Espíritu del origen del mun<strong>do</strong> es el que se prometía al Siervo de<br />

Yahvé, y se daba a los profetas y reyes en el AT como símbolo de la fuerza<br />

de Dios que les iba a acompañar en su misión. Es el mismo Espíritu que<br />

intervino en la encarnación humana del Hijo de Dios, en el seno de María<br />

de Nazaret, "por obra del Espíritu", y el que actuaría luego en el sepulcro<br />

de Jesús, resucitán<strong>do</strong>le de entre los muertos a una vida nueva.<br />

En el Jordán se posó este Espíritu sobre Jesús. Pedro nos dice que Jesús fue<br />

"ungi<strong>do</strong> por Dios con la fuerza del Espíritu Santo". Cuan<strong>do</strong> se escribieron<br />

los evangelios y el libro de los Hechos, la comunidad cristiana tenía amplia<br />

experiencia de que el Espíritu iba guian<strong>do</strong> sus pasos y llenán<strong>do</strong>la de su gracia.<br />

Como lo sigue hacien<strong>do</strong> en nuestro tiempo. También ahora, por medio de<br />

los sacramentos del Bautismo y la Confirmación, y por la riqueza de sus<br />

carismas e impulsos, el Espíritu continuamente nos empuja a la misión y a<br />

la evangelización.<br />

Creer, nacer, vencer<br />

(si se elige 1 Juan) Juan, hacia el final de su carta, asegura que el que cree<br />

en Jesús nace a la vida, vence al mun<strong>do</strong> y tiene la vida eterna.<br />

Jesús ha veni<strong>do</strong> a este mun<strong>do</strong> ampliamente apoya<strong>do</strong> por los testimonios de<br />

Dios. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio<br />

de Dios.<br />

Este testimonio, para Juan, con su lenguaje simbólico, es triple: el Espíritu,<br />

el agua y la sangre. Este Jesús en quien creemos es el que fue bautiza<strong>do</strong><br />

en el agua del Jordán, con el Espíritu sobre él, y el que al final de su vida<br />

derramó su sangre en la cruz y luego fue resucita<strong>do</strong> por ese mismo Espíritu.<br />

Navidad 103<br />

Agua y sangre son certifica<strong>do</strong>s siempre por el Espíritu, el maestro y garante<br />

de la fe verdadera.<br />

Pero lo principal es lo que sucede a los que creen en el Envia<strong>do</strong> de Dios:<br />

vencen al mun<strong>do</strong> y tienen la vida eterna. "¿Quién es el que vence al mun<strong>do</strong>,<br />

sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?... To<strong>do</strong> lo que ha naci<strong>do</strong> de<br />

Dios vence al mun<strong>do</strong>, y lo que ha consegui<strong>do</strong> la victoria sobre el mun<strong>do</strong><br />

es nuestra fe".<br />

Nosotros somos de los que creemos en Jesús como el Hijo de Dios. Por eso<br />

hemos celebra<strong>do</strong> la Navidad con alegría y fe cristiana. Pero deberían ser<br />

más claras las consecuencias de esta fe. ¿Podemos decir que estamos vencien<strong>do</strong><br />

al mun<strong>do</strong> y al mal que hay en nosotros y en el mun<strong>do</strong>? Si creemos<br />

en Jesús, deberíamos participar más expresamente de su victoria contra el<br />

mal y sentir en nosotros mismos con mayor abundancia su vida, sobre to<strong>do</strong><br />

cuan<strong>do</strong> le recibimos como alimento de vida en la Eucaristía: "quien come<br />

mi Carne y bebe mi Sangre, tiene la vida eterna".<br />

El estilo de actuación del Siervo y de Jesús<br />

(si se elige Isaías 42) En el canto de Isaías 42 se nos describe cuál va a ser el<br />

estilo de actuación del Siervo: "no gritará... la caña quebrada no la quebrará,<br />

el pábilo vacilante no lo apagará... promoverá el derecho...".<br />

Además, dice del Siervo, y nosotros lo vemos cumpli<strong>do</strong> en Jesús de mo<strong>do</strong><br />

pleno: "te he hecho alianza de un pueblo y luz de las naciones... para que<br />

abras los ojos de los ciegos...".<br />

El evangelio nos demuestra continuamente cómo se ha cumpli<strong>do</strong> este retrato<br />

en Jesús de Nazaret: no apagó las llamas vacilantes ni acabó de quebrar<br />

lo que estaba roto, sino que hizo siempre lo posible para recuperar al que<br />

parecía perdi<strong>do</strong> (el hijo pródigo, los peca<strong>do</strong>res, Pedro que le había nega<strong>do</strong>).<br />

Su estilo era, en verdad, no el del grito ni la violencia, sobre to<strong>do</strong> con los<br />

débiles y humildes, sino el de la mansedumbre y la comprensión.<br />

El nombre que, siguien<strong>do</strong> la sugerencia del ángel, puso José a su hijo fue<br />

"Jesús", que significa "Dios salva": a eso vino, a salvar. Como resume Pedro<br />

en su catequesis, Jesús "pasó hacien<strong>do</strong> el bien" y "curan<strong>do</strong> a los oprimi<strong>do</strong>s

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