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cuentos de antes - IES La Aldea

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SIETE HISTORIAS DE ANTES<br />

TERCER PREMIO<br />

DEL CERTAMEN<br />

PATRIMONIO ETNOGRÁFICO<br />

DE CANARIAS,<br />

2001,<br />

ASOCIACIÓN CULTURAL PINOLERE<br />

AUTORES:<br />

BERNARDO GORDILLO DÍAZ. 14 AÑOS<br />

DAVINIA MONTESDEOCA AFONSO. 13 AÑOS.<br />

ORIBEL DÍAZ VALENCIA. 13 AÑOS.<br />

ÁGORA SUÁREZ SÁNCHEZ. 14 AÑOS<br />

YASMINA LLARENA . 13 AÑOS<br />

ARUMA SUÁREZ GODOY. 13 AÑOS<br />

TRABAJO DE CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA.<br />

ALUMNOS DEL <strong>IES</strong> SAN NICOLÁS DE TOLENTINO.<br />

CURSO 2º A ESO, 2000-2001<br />

PROFESOR COORDINADOR: FRANCISCO SUÁREZ MORENO


INDICE<br />

Introducción<br />

Medio Físico<br />

Cuentos <strong>de</strong> brujas y <strong>de</strong>l más allá<br />

El Cuervo <strong>de</strong> Zamora<br />

Cuentos <strong>de</strong> brujas<br />

Cuentos <strong>de</strong> tierra<br />

<strong>La</strong>s cigarras<br />

No <strong>de</strong>jaron nada"<br />

Historias <strong>de</strong>l pinar<br />

Cuentos <strong>de</strong> mar<br />

El viento <strong>de</strong> levante<br />

Hazañas y trabajos<br />

Resumen-conclusión<br />

Fuentes orales<br />

Anexo<br />

1<br />

Dedicatoria<br />

A nuestros queridos vecinos y vecinas<br />

mayores <strong>de</strong> nuestro barrio <strong>de</strong> Los Espinos


INTRODUCCIÓN<br />

<strong>La</strong> sociedad <strong>de</strong> <strong>antes</strong>, don<strong>de</strong> los fenómenos naturales no tenían una<br />

explicación lógica sino cargada <strong>de</strong> cosas paranaturales, creaba muchos <strong>cuentos</strong><br />

que, con el tiempo, se fueron convirtiendo en leyendas y mitos. Cuentos<br />

transmitidos <strong>de</strong> voz en voz que han ido <strong>de</strong>sapareciendo a lo largo <strong>de</strong>l tiempo.<br />

En este trabajo hemos pretendido rescatar esta parte <strong>de</strong> nuestro<br />

patrimonio cultural. Nos hemos centrado en nuestra zona, un barrio histórico <strong>de</strong>l<br />

municipio <strong>de</strong> <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás, Los Espinos. Está en la parte media <strong>de</strong>l<br />

valle <strong>de</strong> <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, en la zona baja <strong>de</strong> una la<strong>de</strong>ra suave que ascien<strong>de</strong> por <strong>La</strong><br />

Hoya hasta la ca<strong>de</strong>na montañosa <strong>de</strong> Los Cedros, <strong>de</strong> más <strong>de</strong> mil metros <strong>de</strong><br />

altura, zona <strong>de</strong> Reserva Natural Especial <strong>de</strong> Guguy, que también da al mar por<br />

los riscos y acantilados <strong>de</strong> Cormeja y Amurgar.<br />

De toda la información recibida <strong>de</strong> nuestros vecinos hemos seleccionado<br />

siete <strong>cuentos</strong> más significativos. Los hemos situado en tres campos: las<br />

creencias populares, la tierra y la mar. El soporte que utilizamos para recoger<br />

toda la información fue el ví<strong>de</strong>o y las fotografías que adjuntamos. Nos<br />

planificamos con la ayuda <strong>de</strong>l profesor qué personas podíamos localizar. Tras las<br />

primeras entrevistas conocimos el material que podíamos recabar y con el<br />

profesor nos planificamos. Luego grabamos en ví<strong>de</strong>o la información, previamente<br />

a las entrevistas personales. Con todo el material recogido seleccionamos y<br />

trabajamos la información; por último la procesamos en soporte informático.<br />

EL MEDIO FÍSICO<br />

<strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a es un amplio, fértil y poblado valle, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> altas montañas y<br />

<strong>de</strong>golladas. Des<strong>de</strong> el barranco principal se ascien<strong>de</strong> suavemente hasta la base<br />

<strong>de</strong> estas montañas por la<strong>de</strong>ras, hoyas, lomos, <strong>de</strong>golladitas y montañetas; todo<br />

ello drenado por centenares <strong>de</strong> barranquillos. Es una isla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otra como<br />

alguien lo <strong>de</strong>finió; una valle cuyo fondo está cubierto <strong>de</strong> plástico por necesidad<br />

<strong>de</strong> la economía agraria <strong>de</strong>l tomate para la exportación a Europa.<br />

Más allá <strong>de</strong> <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, las montañas se vuelven por todos sus costados aún<br />

más altas, con una salida al mar que, si no fuera por los cauces <strong>de</strong> sus<br />

barrancos, se vería obstaculizada por los espectaculares acantilados.<br />

Este municipio, con una extensión <strong>de</strong> 139 km 2 y una población <strong>de</strong> 8.100<br />

habit<strong>antes</strong>, está situado al oeste <strong>de</strong> Gran Canaria, entre el Océano Atlántico a lo<br />

largo <strong>de</strong> 32 km <strong>de</strong> costa y los municipios colind<strong>antes</strong> <strong>de</strong> Artenara, Tejeda y<br />

Mogán. Este espacio pertenece a la Paleocanaria o parte antigua <strong>de</strong> la isla.<br />

2


CUENTOS DE BRUJAS Y DEL MÁS ALLÁ<br />

El Cuervo <strong>de</strong> Zamora<br />

Hoy, el cuervo <strong>de</strong> Zamora es una <strong>de</strong> las leyendas más curiosas <strong>de</strong> esta<br />

comarca y <strong>de</strong> la isla, ya que se habla mucho <strong>de</strong> este tema. Carmen Ramos,<br />

vecina <strong>de</strong> este pueblo, nos contó muy segura que el almacén <strong>de</strong> empaquetado<br />

<strong>de</strong> tomates <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo xx, actualmente en ruinas, que se encuentra en<br />

la playa <strong>de</strong> Guguy, pertenecía a unos ingleses. Uno <strong>de</strong> ellos se mató en este<br />

lugar, <strong>de</strong>jando dinero enterrado en la Cueva Blanca, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Zamora.<br />

También se han matado en este lugar antiguos orchilleros y pastores, como<br />

también en tiempos recientes varios excursionistas agotados <strong>de</strong> calor por estos<br />

difíciles caminos.<br />

El cuento <strong>de</strong>l Cuervo <strong>de</strong> Zamora dice que para hoy ir a sacar el dinero <strong>de</strong>l<br />

inglés que está enterrado allí, tiene que ir un padre y un hijo, o bien dos<br />

compadres. El que halle el dinero verá que encima <strong>de</strong> éste hay un puñal. Si<br />

quieren llevárselo, uno tendrá que matar a otro y quedarse con el dinero. Por eso<br />

nadie quiere ir y sacar el dinero <strong>de</strong> allí.<br />

Pero lo más tenebroso <strong>de</strong> este cuento es que <strong>de</strong> cada 21 <strong>de</strong> Junio a 21 <strong>de</strong><br />

Octubre se oye un quejido, como el <strong>de</strong> un cuervo. Es el "alma en pena" <strong>de</strong>l<br />

inglés que allí está enterrado y que custodia el dinero. Dicen los que lo han oído<br />

que cada vez que alguien se va acercando a la zona el cuervo se enfurece más y<br />

emite un sonido más atronador. Es por tanto un cuento o leyenda cargada <strong>de</strong><br />

miedo.<br />

Carmen nos dijo que, a principios <strong>de</strong>l siglo XX, unos vecinos <strong>de</strong> <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a<br />

se tomaron a risa lo <strong>de</strong>l cuervo, sin creer lo que se contaba, y, allá fueron en un<br />

grupo <strong>de</strong> 8 ó 10 personas, con ellos iba el alcal<strong>de</strong> don Paco Ramos. Todos<br />

preparados con armas para disparar en el risco por don<strong>de</strong> se oía el cuervo para<br />

matarlo. Al llegar a Guguy Gran<strong>de</strong>, hacía buen tiempo, ya que era verano, pero<br />

empezaron unos gran<strong>de</strong>s remolinos <strong>de</strong> viento, y las aulagas y marullos secos a<br />

volar. Todos ellos, muy asustados, partieron a correr hacia la Casa <strong>de</strong> Zamora.<br />

Llegaron asustados y el más valiente Francisco Hernán<strong>de</strong>z, que por eso le<br />

<strong>de</strong>cían 'Carabina" también llegó cagado <strong>de</strong>l miedo <strong>de</strong> lo que pasó. Al final todos<br />

regresaron a <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a sin pegar ningún tiro y sin matar al cuervo.<br />

Los <strong>cuentos</strong> sobre El Cuervo <strong>de</strong> Zamora son muchos. Dicen que, una vez,<br />

este bicho extraño empezó a emitir un sonido muy fuerte, cuando "Chianríca"<br />

3


4<br />

una anciana que vivía en Guguy, que en ese momento se encontraba<br />

acompañada <strong>de</strong> algunas personas estaban muy asustadas, dijo: «El cuervo que<br />

venga y me cante aquí en el culo». En aquel momento dicen que ella empezó a<br />

temblar, que se caía para los lados y que los que estaban con ella le dijeron que<br />

rezara que aquel mal era el cuervo que se le había metido <strong>de</strong>ntro. Empezó a<br />

rezar y al rato se le quitó todo lo que tenía. Pero... al día siguiente, se <strong>de</strong>spertó<br />

llena <strong>de</strong> moretones por todo el cuerpo. Y nunca más volvió a insultar o <strong>de</strong>cir nada<br />

al cuervo 1 .<br />

<strong>de</strong> 2001.<br />

BARRANCO DE GUGUY GRANDE POR LA ZONA DE ZAMORA<br />

1 Información <strong>de</strong> Carmen Ramos Díaz. 67 años. El Barranquillo Hondo. 10 <strong>de</strong> mayo


Cuentos <strong>de</strong> brujas<br />

Los <strong>cuentos</strong> <strong>de</strong> brujas eran los que más se contaban en las tertulias <strong>de</strong><br />

<strong>antes</strong>, realizadas en los socos, en las noches <strong>de</strong> luna <strong>de</strong> verano, en las<br />

reuniones <strong>de</strong> paridas, las "velas <strong>de</strong> paridas" y en las eras <strong>de</strong> trilla cuidando el<br />

grano por la noche. De esos <strong>cuentos</strong> hemos seleccionado uno relacionado otra<br />

vez con Guguy, paraje lejano, aislado, montañoso y propicio para cosas <strong>de</strong>l más<br />

allá.<br />

Según la gente <strong>de</strong> <strong>antes</strong>, en Guguy las brujas se ponían a cantar en <strong>La</strong><br />

<strong>La</strong>jilla, frente a la casa <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Huertas. Allí, una noche estaba un anciano<br />

llamado Panchito Quintana cenando con su mujer. Cuando terminaron se les<br />

acercaron dos ó tres gatos y la mujer le dijo a Panchito que le echara los huesos<br />

que habían sobrado, y los gatos le contestaron « No tenemos dientes » y con la<br />

misma <strong>de</strong>saparecieron. Y Panchito y su mujer se llevaron un gran susto.<br />

Según Carmen Ramos, una mujer al<strong>de</strong>ana llamada Encarnación, era bruja,<br />

capaz <strong>de</strong> hacer bailar a una escoba, tras <strong>de</strong>cir unos rezados. Un día en tiempos<br />

<strong>de</strong> hambre, que fueron muchos, iba ella y algunas amigas más hacia Arguineguín<br />

a buscar cebada, porque aquí no había comida. Cuando iban llegando a la<br />

Degollada <strong>de</strong> Tasarte, unos gatos empezaron a maullarles y a molestarlas<br />

insistentemente. Entonces Encarnación le dijo a los gatos: « Váyanse que me<br />

tienen a mis niñas <strong>de</strong>salás » Y enseguida se fueron. Dicen que ella era amiga <strong>de</strong><br />

las brujas.<br />

<strong>La</strong> misma Carmen Ramos también nos contó que las brujas a veces se<br />

reunían en Guguy, para planear las malda<strong>de</strong>s que luego cometían. Una vez, un<br />

grupo <strong>de</strong> ellas se reunían en la casa <strong>de</strong> otra amiga, también bruja, y <strong>de</strong>cidieron<br />

quitarle el hijo a una mujer que vivía en otro lugar. Mientras estaban allí<br />

prepararon la comida para cuando regresaran. Al cabo <strong>de</strong> un rato cogieron una<br />

crema que tenían escondida <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un cuadro, que les servía para volar y se<br />

la pusieron en las axilas. Para levantar el vuelo <strong>de</strong>cían «Arriba, arriba, sin Dios y<br />

sin Santa María» y se elevaban. Pero, lo que las brujas no sabían, es que el<br />

marido <strong>de</strong> su amiga había oído y visto todo, oculto. Y cogió la crema que<br />

utilizaban para volar y la vació <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cal<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> comida que habían<br />

preparado para el regreso. Cuando las brujas llegaron "muertas <strong>de</strong> hambre" y<br />

con un niño recién nacido, fueron rápidamente al cal<strong>de</strong>ro. Y cuando iban<br />

comiendo se iban muriendo, una a una. Dicen que este hombre que envenenó a<br />

todas las brujas, crió al niño que ellas habían traído. Y cuando éste fue mayor lo<br />

llevó a la casa <strong>de</strong> su familia. Le preguntó a la madre si no tenía hijos y ella<br />

5


6<br />

llorando dijo «Por <strong>de</strong>sgracia tuve uno, pero me lo quitaron». Entonces aquel<br />

hombre le respondió «Pues tome, que éste es su hijo».<br />

Y para terminar con los <strong>cuentos</strong> <strong>de</strong> brujas, doña Carmen Ramos nos contó<br />

otra historia, que también ocurrió en Guguy. Una madre y una hija iban<br />

caminando por el camino una noche, aquellas noches en que no se veía nada<br />

pues no había luz. <strong>La</strong> hija le preguntó a su madre que si sabía dón<strong>de</strong> las<br />

llevaban todas las noches unos familiares <strong>de</strong> ella muy conocidos <strong>de</strong> siempre. <strong>La</strong><br />

madre le dijo que no, pero que le dijera dón<strong>de</strong>. Entonces la niña le dijo que «a la<br />

orilla <strong>de</strong>l mar a bailar, y con nosotros un hombre con un rabo grandísimo» -<br />

<strong>de</strong>cían que era el diablo que salía para estar con las brujas- pero, a<strong>de</strong>más, la tía<br />

<strong>de</strong> la niña, habló con una <strong>de</strong> las brujas para ver por qué le hacían eso a su<br />

sobrina, y ésta le respondió: «gracias a que tienes suerte <strong>de</strong> que queremos a tu<br />

sobrina, porque sí no, te hubieras quedado sin ella»<br />

Pero todo se ha quedado en <strong>cuentos</strong>. Dicen los que creen en ellas que ya<br />

no hay tantas brujas por la llegada <strong>de</strong> la luz eléctrica, ya que <strong>antes</strong> podían<br />

asustar sin ser <strong>de</strong>scubiertas.<br />

PLAYA DE GUGUY CHICO


CUENTOS DE LA TIERRA<br />

<strong>La</strong>s cigarras<br />

Uno <strong>de</strong> los <strong>cuentos</strong> relatados por nuestros vecino fue el <strong>de</strong> las terribles<br />

cigarras, la langosta africana, que arrasaban con las cosechas y alarmaban a la<br />

población. <strong>La</strong>s cigarras vinieron a <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a dos o tres veces durante el siglo<br />

pasado y muchas más en siglos anteriores. Dicen que la fiesta <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Marías en<br />

Guía se celebra todos los años para pagar una progresa por la presencia <strong>de</strong> las<br />

cigarras como también lo es la fiesta <strong>de</strong> San Antonio el Gran<strong>de</strong> en Mogán. <strong>La</strong><br />

última plaga dañina en nuestro pueblo se presentó en octubre <strong>de</strong> 1954. Con qué<br />

sufrimiento intentaban los agricultores echarlas porque es que se comían todo lo<br />

que cogieran por <strong>de</strong>lante.<br />

<strong>La</strong>s cigarras llegaban por el mar a la playa todas juntas, en forma <strong>de</strong><br />

pelotas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> África, y luego se echaban a volar y se repartían por todo el<br />

municipio. Siempre venían con el tiempo <strong>de</strong> levante por el mes <strong>de</strong> septiembre,<br />

que era cuando estaban sembrados los semilleros <strong>de</strong> los tomateros y<br />

aprovechaban para comérselos. Pero no sólo comían tomateros, también<br />

acababan con las pitas, las tuneras, las tabaibas... <strong>La</strong> gente nos dice que «sólo<br />

<strong>de</strong>jaban los palos, la tierra limpia, y si nos <strong>de</strong>scuidábamos acababan hasta con<br />

nosotros»<br />

Cuando las cigarras venían, toda <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a era un revuelo a gritos, ya que<br />

si no las lograban echar les arruinaban la zafra, lo que supondría la pobreza para<br />

el municipio. Para espantarlas no solo gritaban, también tocaban cacharros con<br />

palos, hacían hogueras con neumáticos y con todo lo que tenían al alcance. Un<br />

señor nos dijo que «con tanto grito esto se parecía a la Banda <strong>de</strong> Agaete»<br />

Por las cigarras muchas personas se quedaron sin semillas para plantar<br />

los tomateros, pero gracias a los amigos que les daban las que les sobraban <strong>de</strong><br />

plantar las suyas, lograron salir a<strong>de</strong>lante.<br />

<strong>La</strong> última vez que vinieron las cigarras a <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, avisaron a los<br />

trabajadores <strong>de</strong> la finca y <strong>de</strong> los almacenes para que fueran a hacer unos<br />

venenos con afrecho, entre otros componentes, para acabar con ellas. Por la<br />

noche, que era cuando principalmente aprovechaban las cigarras para comer,<br />

iban y lo echaban en las plantas y en el suelo a orillas <strong>de</strong> las playas, para que se<br />

lo comieran y así matarlas. Dicen que «toda la gente salía con los sacos <strong>de</strong><br />

veneno en las manos para echarlo por las plantas y el suelo». Y las cigarras<br />

<strong>de</strong>saparecieron gracias a estos venenos agrícolas tan fuertes, ayudado también<br />

por el viento que las arrastraba. Pero tuvo una consecuencia negativa en el<br />

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8<br />

entorno. Los guirres que pasaban cerca <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se echaba el veneno sin<br />

darse cuenta lo comían y se iban muriendo hasta su completa extinción en esta<br />

isla.<br />

<strong>La</strong>s cigarras ya no vienen, por qué no vienen las cigarras... 2<br />

No <strong>de</strong>jaron nada<br />

Este cuento se refiere a los miedos y sustos que la gente <strong>de</strong> <strong>antes</strong> pasaba<br />

cuando realizaban la faena <strong>de</strong>l campo, porque <strong>antes</strong>... chiquita faena realizaban<br />

nuestros abuelos y abuelas por las tierras <strong>de</strong> cultivo en la zona <strong>de</strong> regadío, aquí<br />

abajo, o por toda esa Hoya sembrando o por Los Palmaretes, sitio fresco <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> Los Cedros don<strong>de</strong> crecían tuneras, perales y parras.<br />

Según nos contó Josefa Rodríguez, una vez, tras coger unos tunos, en<br />

Los Palmaretes, empezó a barrerlos para luego traerlos a la cabeza para abajo.<br />

Mientras los barría le tiraron una piedra. Ella como no vio a nadie no le prestó<br />

asunto y continuó con su tarea. Al cabo <strong>de</strong> un rato le tiran otra piedra, y empezó<br />

a mosquearse un poco. Ya cuando siente una tercera piedra, parte a correr y se<br />

escon<strong>de</strong> en <strong>La</strong> Degolladita don<strong>de</strong> nadie la veía. Pero lo que no sabía, es que en<br />

lo que corría para escon<strong>de</strong>rse, un hombre al que no conocía <strong>de</strong> nada, corrió<br />

hacia don<strong>de</strong> ella tenía los tunos y empezó a comérselos. Cuando ya había<br />

acabado con todos, éste le dijo a Josefa: «no juyas mujer, que soy yo, no juyas,<br />

no tengas mieo». Cuando ella miró para atrás se encontró con el hombre que,<br />

aparte <strong>de</strong> darle un buen susto, había acabado con todos los tunos, que tanto<br />

trabajo le costó barrer.<br />

Josefa también nos contó que, una vez estaba en el barranquillo <strong>de</strong> Los<br />

Palmaretes junto a otras amigas, vigilando las ciruelas que estaban maduras y<br />

listas para comer. Detrás <strong>de</strong> ellas había una montañeta algo alta con un<br />

caminillo. Cuando miraron hacía ella, vieron a un hombre que bajaba por el<br />

camino con un serón al hombro y una caña en la mano. Este les dijo: «estesen<br />

quietas ahí, bandías, que las voy a coger y las voy a matar... hoy las mato» Fue<br />

tanto el miedo que cogieron, que se fueron corriendo y regresaron a sus casas,<br />

lejos <strong>de</strong> lo que tenían que vigilar. Al día siguiente, cuando fueron a buscar las<br />

ciruelas, no se encontraron ni una. El hombre que supuestamente iba a acabar<br />

con la vida <strong>de</strong> ellas, había acabado con todas las ciruelas 3 . <strong>La</strong> fruta <strong>antes</strong> si tenía<br />

valor, hoy nos dicen que la gente ni siquiera coge los tunos prefieren comprarlos<br />

en la tienda o en los supermercados.<br />

2<br />

Información <strong>de</strong> Domingo Díaz Sánchez., 66 años. El Tarajalillo. <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás. 4<br />

<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2001, y <strong>de</strong> Andrea Díaz Guerra, 55 años , <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás. 4 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2001.<br />

3<br />

Información <strong>de</strong> Josefa Rodríguez Llarena, 68 años, Los Espinos, carretera <strong>de</strong> <strong>La</strong><br />

Hoya. <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás. 28 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2001.


Historias <strong>de</strong>l pinar<br />

<strong>La</strong> gente <strong>de</strong> la parte alta <strong>de</strong>l valle solían ir al pinar a trabajar, unos <strong>de</strong><br />

forma legal y otros a escondidas <strong>de</strong> los guardamontes. Nuestro pinar forma una<br />

masa ver<strong>de</strong> muy gran<strong>de</strong> junto a los pinares <strong>de</strong> Ojeda y Pajonales, el pinar más<br />

extenso y mejor conservado <strong>de</strong> Canarias. En él estuvimos este curso todos los<br />

niveles <strong>de</strong> segundo <strong>de</strong> ESO, unos días, en el Aula <strong>de</strong> Naturaleza <strong>de</strong> Inagua o<br />

Linagua.<br />

Los más viejos <strong>de</strong>l barrio todavía recuerdan <strong>cuentos</strong> <strong>de</strong> aquel importante<br />

bosque <strong>de</strong> pinos, <strong>de</strong> incendios, <strong>de</strong> caminos interminable, <strong>de</strong> brujas... Según nos<br />

relató Marcos Sánchez Ojeda, Pepito Sánchez como lo conocemos aquí en Los<br />

Espinos, su padre iba a buscar al pinar <strong>de</strong> Linagua las vigas que hacían <strong>de</strong> tea<br />

para los techos <strong>de</strong> su casa. <strong>La</strong>s tenían que cortar <strong>de</strong> día y traérselas <strong>de</strong> noche,<br />

ya que si el guardamontes los trincaba les ponía una multa porque cortar los<br />

pinos estaba prohibido. Para transportalos los tenían que amarrar con sogas o<br />

bien ponérselos al hombro y llevarlo hasta su casa.<br />

Una vez los municipales hicieron una inspección por <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, para multar a<br />

todos aquellos que tuvieran vigas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l pinar. Y como la <strong>de</strong> los techos<br />

<strong>de</strong> su casa eran <strong>de</strong> allí, tuvieron que quitarle a los techos todas las vigas y<br />

enterrarlas. Una vez y pasó la inspección, las <strong>de</strong>senterraron y las volvieron a<br />

poner.<br />

Del pinar mucha gente obtenía dinero, ya que se pasaban una semana<br />

aproximadamente en él y hacían carbón que luego vendían aquí, o bien lo<br />

llevaban en falugas hasta <strong>La</strong>s Palmas.<br />

Pepito también nos contó que <strong>antes</strong> iba al pinar <strong>de</strong> caza y hacía noches<br />

acampando con algunos amigos. Para subir por todo aquel camino, cuesta<br />

arriba, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la Cueva <strong>de</strong>l Mediodía, utilizaban unas dos o tres yeguas en<br />

las que ponían provisiones para una semana aproximadamente. Siempre que<br />

llegaban al pinar por la zona <strong>de</strong> Los Piñones se les aparecía un gato blanco que<br />

les acompañaba hasta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pinar y cuando se iban hacía lo mismo hasta<br />

aquel sitio. Llevaban bizcocho, gofio, ron, etc. El agua no la tenían que llevar, ya<br />

que la conseguían en un barranco cerca <strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> se quedaban.<br />

<strong>La</strong> casa <strong>de</strong> Linagua era amplia. Un poco más abajo <strong>de</strong> ésta, había una<br />

habitación que les servía <strong>de</strong> cocina. Solían dormir en la casa, aunque algunos<br />

<strong>de</strong>ntro y otros fuera. A veces dormían arriba en la montaña <strong>de</strong>l pinar cerca <strong>de</strong>l<br />

Baila<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> las Brujas, que se dice que era don<strong>de</strong> <strong>antes</strong> se reunían las brujas y<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> también se dice que se ven una luces moviéndose las cuales se<br />

atribuyen a las brujas bailando, <strong>de</strong> ahí el nombre <strong>de</strong> Baila<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> las Brujas.<br />

9


10<br />

Pero Pepito nos dijo que «eso es una tontería, los únicos que bailábamos allí<br />

éramos nosotros cuando nos bebíamos dos o tres copas, aunque a veces<br />

pasábamos algo <strong>de</strong> miedo, por las muchas historias que se contaban sobre las<br />

brujas».<br />

También nos contó que una noche se quedaron <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una cueva y uno<br />

<strong>de</strong> ellos, sobre la medianoche, se <strong>de</strong>spertó varias veces dando gritos y diciendo<br />

que había visto pasar algo por su cara. Uno <strong>de</strong> ellos les dijo a todos que se<br />

levantaran. Empezó a remover toda la pinocha que estaban allí <strong>de</strong>ntro y se<br />

encontró con un nido <strong>de</strong> ratones. Lo que pasaba por la cara <strong>de</strong> su amigo no era,<br />

ni más, ni menos, que un ratón que iba a amamantar a sus crías.<br />

En la cacería solían coger hasta doce perdices, quince conejos y unas<br />

veinte palomas. Ello les servía <strong>de</strong> alimento en el pinar, ya que por la noche<br />

hacían potajes con las palomas y <strong>de</strong> día hacían conejo en salsa. Nos <strong>de</strong>cía que<br />

como todas las noches se echaban unas cuantas copas <strong>de</strong> ron por la mañana<br />

tomaban tabefe para aliviar la resaca. Cuando regresaban al pueblo también<br />

traían frutas como ciruelas y almendras 4 .<br />

LLANO DE LAS BRUJAS, EN EL PINAR DE INAGUA-OJEDA<br />

4<br />

Información <strong>de</strong> Marcos Sánchez Ojeda. 78 años. Los Espinos. C/ Doctor Fleming.<br />

<strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás. 5 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2001.


CUENTOS DE LA MAR<br />

El viento <strong>de</strong> levante<br />

Una tar<strong>de</strong>, según nos contó Nicolás Rodríguez, tras ir por la mañana a la<br />

mar y coger una gran cantidad <strong>de</strong> calamares, <strong>de</strong>cidió con sus hermanos volver<br />

por la tar<strong>de</strong> a pescar. Todos querían, excepto el mayor, que les <strong>de</strong>cía que pese a<br />

que el tiempo estaba muy bueno iba a cambiar con viento <strong>de</strong> levante. Viendo lo<br />

insistentes que estaban todos<br />

sus hermanos <strong>de</strong>cidió<br />

acompañarlos.<br />

Ya algo a<strong>de</strong>ntrados en<br />

el mar, tirando para abajo<br />

hacia <strong>La</strong> Baja <strong>de</strong>l Trabajo,<br />

empezó a venir un viento muy<br />

fuerte. Corrían el riesgo <strong>de</strong><br />

que se les virara la barca y<br />

tuvieron que remar<br />

rápidamente hasta la playa <strong>de</strong><br />

Guguy. Una vez allí <strong>de</strong>cidieron<br />

regresar para <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, ya que<br />

el tiempo estaba mucho más<br />

tranquilo.<br />

Cuando regresaban, esta a vez a vela porque tenía el viento se abajo, a<br />

mitad <strong>de</strong> camino la mar empezó <strong>de</strong> nuevo con un viento muy fuerte. Fue tanto<br />

que partió la vela y no paraba <strong>de</strong> entrarles agua en la barquilla. Su hermano<br />

Alonso y él se encargaban <strong>de</strong> achicarla y sus otros dos hermanos Pepe y Juan<br />

vigilaban la vela que quedaba y se encargaban <strong>de</strong> que la barquilla no se virara.<br />

Fue tanto el miedo que pasaron que pensaron que <strong>de</strong> esta no salían, que se<br />

ahogarían. « Se nos pusieron los huevos aquí » (Nos <strong>de</strong>cía mientras se señalaba<br />

la garganta). Poco a poco, el viento se fue calmando. Cuando llegaron al Roque<br />

Colorado <strong>de</strong>scansaron y remontaron la marcha. Tardaron mucho en llegar a la<br />

playa <strong>de</strong> <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, aunque el viento luego se puso playero, un viento muy<br />

tranquilo. Cuando llegaron vararon el barquillo, fueron a su casa, hicieron un<br />

caldo <strong>de</strong> pescado y al día siguiente fueron a calar (sacar las nasas <strong>de</strong>l fondo) y<br />

cogieron dos cestas <strong>de</strong> sardinas.<br />

Realmente la gente <strong>de</strong> estos mares tan difíciles siempre estaban<br />

expuestos a peligros y a sufrimientos porque todo lo hacían a remos y a velas<br />

cuando el viento les favorecía. <strong>La</strong> "faluga" Catalina, propiedad <strong>de</strong> esta familia es<br />

11


12<br />

el barco más antiguo que está en nuestra playas, <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XX.<br />

Esta familia se <strong>de</strong>dicaba a la mar a tiempo parcial pues eran sobre todo<br />

labradores 5 .<br />

Hazañas y trabajos<br />

Manuel Déniz nos habló mucho <strong>de</strong> los trabajos y hazañas, <strong>de</strong> cuando las<br />

"falugas" a remo cruzaban estos mares tan tempestuosos. Un día que en Manuel<br />

fue a levar las nasas, se le inundó la embarcación <strong>de</strong> una mar muy picada. Tuvo<br />

que trabucarla para virar el lastre y así sacar toda el agua contenida <strong>de</strong>ntro.<br />

Manuel no contó que ha llegado a coger, en una ocasión, más <strong>de</strong> mil kilos<br />

<strong>de</strong> pescado, entre bonitos y albacoras y que no continuó cogiendo porque la<br />

embarcación era pequeña y estaba a reventar. En nuestros mares suelen pasar<br />

<strong>de</strong> primavera a verano muchos túnido que emigran <strong>de</strong> aguas frías a las cálidas<br />

<strong>de</strong>l Sur, lo que aprovechan para la zafra <strong>de</strong>l bonito.<br />

En otra ocasión cogió un picudo <strong>de</strong> 327 kilos, por el método <strong>de</strong> la pesca<br />

<strong>de</strong>l atún, que se basa en que el pescado se pegue a la carnada (que en esa<br />

ocasión era una caballa) y tirar al contrario <strong>de</strong> don<strong>de</strong> va éste. Cuando se cansa<br />

se lleva cerca <strong>de</strong> barco, y con un bichero se sube.<br />

Estuvo muchos años, toda su juventud, tirando <strong>de</strong> los remos hasta que<br />

llegaron las "falugas" a motor. Un día en que se dirigía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la playa <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a a<br />

Tasartico y otro venía <strong>de</strong> Agaete a <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a, se les paró el motor y como no<br />

arrancaba a él y a sus acompañ<strong>antes</strong> no les quedó más remedio que coger los<br />

remos, y empezar a remar hasta tierra. En estas dos ocasiones nos dice que<br />

«fue tanto lo que remamos que se nos llenaron las manos <strong>de</strong> bolsas» Claro ya<br />

no estaban acostumbrados a tirar <strong>de</strong>l remo como lo hacían <strong>antes</strong>.<br />

En otra ocasión mientras cangrejeaba con unos amigos <strong>de</strong> <strong>La</strong> Punta <strong>de</strong><br />

Puerto Rico a <strong>La</strong> Punta <strong>de</strong> <strong>La</strong> Hondura, <strong>de</strong> repente, y sin saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venían,<br />

se <strong>de</strong>sprendió un risco <strong>de</strong> aquellos acantilados. Empezaron a caer piedras por<br />

todos los lados, muy cerca <strong>de</strong> ellos. Lo más extraño <strong>de</strong> todo, es que ninguna les<br />

5<br />

Información <strong>de</strong> Nicolás Rodríguez Suárez. 71 años. Los Espinos. Subida <strong>de</strong> Carmita<br />

Díaz.. 2 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2001.


13<br />

alcanzaba. Al final, fueron tantas que alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos sólo se veían<br />

montones. Y un hombre que estaba cerca, les pidió que les alumbraran, ya que<br />

su caña se había caído al suelo por el impacto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rrumbe. Para qué buscarla<br />

si estaría <strong>de</strong>strozada; pero cuando la encontraron llevaron una gran sorpresa, no<br />

tenía ni el más mínimo rastro <strong>de</strong> haber sido golpeada.<br />

RESUMEN-CONCLUSIÓN<br />

Una <strong>de</strong> las partes más import<strong>antes</strong> <strong>de</strong> nuestro patrimonio cultural es la<br />

tradición oral, los <strong>cuentos</strong> <strong>de</strong> nuestros mayores. Gracias a ellos se han podido<br />

transmitir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sucesos <strong>de</strong> mucho tiempo atrás, hasta historias envueltas en<br />

mitos y leyendas. Todo sirve, junto con la Historia escrita para conocer los<br />

pueblos. Todas las historias que se encuentran en este trabajo son parte <strong>de</strong> la<br />

tradición oral <strong>de</strong> nuestro valle; contadas por nuestros mayores tan cercanos a<br />

nosotros. Ahora enten<strong>de</strong>mos que no <strong>de</strong>ben olvidarse.<br />

FUENTES ORALES<br />

RAMOS DÍAZ, Carmen. 67 años. C/El Barranquillo Hondo, nº 12 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San<br />

Nicolás.<br />

RODRÍGUEZ SUÁREZ, Nicolás. 71 años. C/Carmita Díaz, nº 3 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San<br />

Nicolás.<br />

DÍAZ SÁNCHEZ, Domingo. 66 años. C/El Tarajalillo, nº 20 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San<br />

Nicolás.<br />

DÍAZ GUERRA, Andrea. 55 años. C/Los Espinos, nº 36 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás.<br />

RODRÍGUEZ LLARENA, Josefa. 68 años. C/<strong>La</strong> Hoya, nº 3 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás.<br />

DÍAZ DELGADO, Manuel. 74 años. C/Los Espinos, nº 42 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás.<br />

SÁNCHEZ OJEDA, Marcos. 76 años. C/Dr. Fleming, nº 78 <strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás.<br />

<strong>La</strong> Al<strong>de</strong>a <strong>de</strong> San Nicolás en el mes <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2001<br />

BERNARDO, DAVINIA, ORIBEL, ÁGORA , YASMINA Y ARUMA

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