Lección 1: La palabra de Dios es nuestra guía Lección 2: El ...

Lección 1: La palabra de Dios es nuestra guía
Lección 2: El principio de la sabiduría
Lección 3: Usar bien la Palabra de verdad
Lección 4: Donde todo comienza
Lección 5: Dándole seguimiento
Lección 6: La forma en que Dios habla
Lección 7: ¿Qué es una parábola?
Manual del Alumno
LA BIBLIA
¿Qué es?
¿De dónde proviene?
¿Cómo entenderla?
Una introducción al estudio de la Biblia.
Contenidos
Lección 8: ¿Qué vino primero? Más en cuanto a dividir bien la Palabra
Lección 9: Los asombrosos regalos de Dios
Lección 10: Novedades en el Antiguo Testamento
Lección 11: ¡Tómelo de manera personal! La Biblia y yo
Lección 12: ¡Quiero conocer más!
Lección 13: El propósito de Dios en la educación bíblica
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David Robinson
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2 de diciembre del 2012, Lección 1
La Palabra de Dios es nuestra guía
Escritura: Salmo 119:11; 1 Pedro 1:18, 24-25; 2 Pedro 1:21
Propósito: Al terminar la lección seré orientado en cuanto al estudio de la Biblia.
Empiece aquí
En la mente de la mayoría de las persona, todo tiene un inicio, un punto medio, y un fin. Esta es
la forma en la que pensamos. Nos ayuda a organizar nuestras mentes y nuestras vidas. Podemos
definir la confusión como el estado de no conocer estas cosas. Podemos ver este patrón fácilmente
cuando estamos estudiando para un examen o preparándonos para ir al colegio. Pero a veces no
vemos este patrón en el plan de Dios para nuestras vidas y cómo este plan divino se revela en las
Escrituras. El plan de Dios tiene un inicio, un punto medio, y un fin. En cada fase de su plan, la
Biblia, la Palabra de Dios, es sumamente vital. Jesús dijo: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán”. La Palabra de Dios estaba en el inicio, y estará en el fin. Seremos sabios al
ver que también existe en un punto medio. Es decir, la Palabra de Dios tiene un mensaje para usted
y para mí que necesitamos saber ahora, en este momento. Podemos saber qué nos dice ese mensaje
y caminar conforme a él.
Una mirada más de cerca
La Biblia habla por sí misma. Nos habla de lo que es y cómo debemos aplicarlo a nuestras vidas.
El salmista en el Salmo 119, quien probablemente fue Esdras, escribió un mensaje magnífico en
cuanto a la Palabra de Dios. Cada versículo de éste, el capítulo más largo de toda la Biblia, tiene
algo que decir en cuanto a la Palabra de Dios. Se refiere a ella como la palabra, el camino, la ley,
los testimonios, los preceptos, los estatutos, los juicios, y los mandamientos. Cada uno de estos
términos nos revela un componente interesante de la persona de Dios.
En el versículo 11 de este pasaje, aprenderemos algo muy personal acerca de la Palabra de Dios.
Aprenderemos dónde atesorarla y lo que ésta hará en nuestras vidas. Debemos atesorarla en
nuestros corazones. Se nos dice que debemos atesorarla en nuestros corazones como si fuera algo
de gran valor para nosotros. La Palabra de Dios no está diseñada para cambiar la mente del
hombre, está diseñada para cambiar el corazón del hombre. La Biblia no es igual a la matemática
o la gramática que cambia sus conocimientos; la Biblia penetra el corazón y luego cambia quién
eres, no lo que sabes.
La razón para obtener conocimiento bíblico es para no pecar. Pecado es fallar en el cumplimiento
de las expectativas que Dios tiene para nosotros. No es el plan de Dios que alguien esté perdido –
mas bien, es todo lo contrario. El plan de Dios es que todos sean salvos, pero el pecado sirve como
obstáculo entre nosotros y el plan que Dios tiene para nosotros. La Palabra de Dios nos hace evitar
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el pecado. Tener la Palabra de Dios en el corazón es un escudo y protección contra el pecado porque
su Palabra cambia la manera en que pensamos y actuamos.
¡Tenga cuidado con lo que aprende! Hay que estar seguro que las cosas que uno aprende de
verdad lo llevan donde quiere ir. Donde sí hay certeza es con la Palabra de Dios. Recuerde que Dios
lo ama y cada paso guiado por Él es para su beneficio. Dios nunca nos desvía. Su Palabra nunca nos
dice nada errado. Su Espíritu nunca nos guiará hacia algo dañino. Cuando pecamos, hacemos algo
en contra de la Palabra de Dios.
Para que su Palabra tenga impacto en nuestras vidas, debemos atesorarla en nuestros corazones.
Esto quiere decir que hay que creerla de verdad y no solamente escuchar y aprenderla. En la
vida diaria hay que aprender muchas cosas; estamos inundados de información todos los días y la
mayor parte de esa información la olvidamos. Pero si algo se nos queda en la mente y lo creemos,
lo que decidimos creer puede cambiarnos. Así es con la Palabra de Dios. Se nos pide que creamos
y confiemos en Su Palabra, y cuando lo hacemos, somos cambiados. Algunos de los cambios son
instantáneos, como ser salvo. Otros cambios son más sutiles porque estamos creciendo en gracia,
pero todo esto se lleva a cabo por la Palabra del Señor.
¿Le gustaría saber más en cuanto a una fuerza tan poderosa? Recuerde que no estamos hablando
de ficción. La Biblia no es una serie de relatos acerca de personas imaginarias. Estamos hablando
de relatos verídicos de personas reales quienes tienen un verdadero significado para nuestras
vidas hoy en día.
¿Cómo conseguimos la Biblia? En 2 Pedro 1:21 aprendemos acerca de lo que es el proceso de
la revelación. Primero, aprendemos que la Biblia fue idea de Dios y no del hombre. La voluntad de
Dios nos trajo la Biblia. Los hombres jamás hubieran concebido tales cosas profundas que fueron
reveladas. Muchas cosas en la Biblia son tan espectaculares que aún los que tienen mucha fe tienen
dificultades en concebirlas. Si los hombres no nos dieron la Biblia, ¿cómo llegó a nuestras manos?
Dios nos ha dicho que hombres santos de Él hablaron mientras que fueron movidos por el Espíritu
Santo. A esto se le llama inspiración. Esto significa que estos hombres “hablaron” con permiso de
Dios. “Hablaron” de forma oral o escrita, pero lo hicieron bajo la supervisión e influencia de Dios.
Esto no quiere decir que Dios utilizó a los hombres como una especie de máquinas de escribir. Quiere
decir que Dios les dio el mensaje y la información de la Biblia y los supervisaba e influenciaba para
que todo fuera acertado. Dios se hizo cargo de que ningún error se cometiera y que los hombres
quienes escribieron la Biblia no omitieran ni pusieran nada que no fuera relevante para nosotros.
Significa que la Biblia – que duró más de 1,500 años en ser completada – es una fuerza viviente,
poderosa que puede cambiar los corazones y almas de los hombres.
Desde el inicio Dios se ha manifestado a los hombres por medio de la obra del Espíritu Santo. Somos
criaturas tripartitas, es decir, compuestas por tres cosas: cuerpo, mente, y espíritu (o alma). Dios
también es tripartito y somos hechos según su imagen y semejanza. Dios es Dios el Padre, Dios el
Hijo, y Dios el Espíritu Santo. El Espíritu Santo inspiró a los hombres a escribir y registrar las cosas
que están en la Biblia. La Biblia en verdad es una colección de sesenta y seis libros, incluyendo
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diferentes cartas. Cada uno en sí es una obra maestra de literatura, pero todos presentan el mismo
mensaje principal.
El gran mensaje divino de salvación. Este mensaje se encuentra en 1ª Pedro 1:18-25. Como
somos pecadores, Dios ha provisto un plan para redimir y salvarnos a través de Jesús. Somos
redimidos por la sangre preciosa de Jesucristo, el Cordero de Dios, el Hijo de Dios. Su sangre se
aplica a nuestros corazones cuando ponemos nuestra fe en Él y lo recibimos en nuestros corazones.
Cuando hacemos esto, es porque sabemos que su Palabra es verdad. Nuestras almas son salvas
y nuestros corazones son cambiados. El cambio es permanente y personal. Quizás no sabe cómo
me cambió la salvación, pero sí sabe cómo le cambió a usted. Es por eso que la salvación es el
fundamento del conocimiento bíblico.
La palabra de Dios permanece para siempre. El propósito de este mensaje eterno es que el
evangelio se predica a hombres para que las almas de los hombres sean salvas de la maldición del
pecado. La revelación de Dios es progresiva. Eso quiere decir que debemos empezar en el inicio y
seguir navegando a través de ella antes de llegar al fin. Muchos ven la Biblia y empiezan al final
del libro. Leen el libro de Apocalipsis y se preguntan por qué no lo entienden. Debemos comenzar
en el inicio, y el inicio está en nuestro corazón. Si la Palabra mora ahí, podemos entender mucho de
la Biblia y a la vez aceptar lo que no entendemos. ¿Mora Jesucristo en su corazón? Si no ¿lo quiere
aceptar cómo su Salvador y Señor?
Perspectivas
Para entender la Palabra, debe estar dispuesto de aplicarla. La Biblia no es conocimiento teórico,
algo que nunca se usa. Lo cierto es que nunca la vamos a entender hasta que decidamos utilizarla.
¿Cómo puede utilizar el conocimiento bíblico en su vida?
Primero, lo puede utilizar para su propio provecho. Si está perdido, puede confiar en Cristo Jesús
como su Salvador. Es una decisión personal y privada, pero tiene consecuencias públicas. La Biblia
dice que hay que creer con el corazón y confesar con la boca. Eso quiere decir que debe haber una
declaración pública de su fe. Si ha creído en Jesús, debe ir al siguiente paso y confesarle delante de
los hombres. Uno hace esto al obedecer al Señor con el bautismo.
Luego, podemos utilizar la Palabra de Dios para el provecho de los demás. Somos testigos. Somos
influenciados por lo que hacen los demás ¿Alguna vez ha jugado “sigue al líder”? Hasta cierto punto
jugamos eso todos los días. Uno puede ser líder, puede ser seguidor, o un poco de ambos. Alguien lo
está observando como un ejemplo, especialmente si ha declarado que es cristiano. La Palabra de
Dios le enseña como guiar a los demás de la manera más apropiada.
La Biblia tiene algo que decirle hoy y lo puede aplicar esta semana. Mientras que estudia las
Escrituras, observe si hay algo que puede aplicar cada día, no todo de una vez, pero poco a poco.
Intente aplicar el Salmo 119:11. Memorice un versículo de la Escritura, como Juan 3:16. Atesore
este versículo en su corazón; repítalo cada día por una semana y observe los resultados. Lo ayudará;
inténtelo y verá que es cierto.
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Construyendo Fortalezas
Todo el mundo tiene dificultades. Anote en una hoja algunos de los problemas que lo están afectando.
¿Puede mencionar algunos versículos de la Biblia que le pueden ayudar a manejarlos? Quizás su
maestro o pastor le pueden ayudar. Hay varios libros muy buenos que lo pueden ayudar también,
pero el punto es que uno aprenda a utilizar la Biblia como una fuente de información antes de
tomar una decisión.
Recuerde lo del inicio, el medio y el fin de las cosas. En este momento está en el inicio y en el medio
de su vida. Sus decisiones tendrán consecuencias. Si toma las decisiones apropiadas, puede tener
una vida maravillosa. Si toma las decisiones no apropiadas, puede sufrir de las consecuencias
de ellas por muchos años. De cualquier forma, la decisión es suya. Antes de tomar una decisión,
obtenga buena información para tenerla a mano. Tome una decisión informada, no una a ciegas.
Dios ha provisto un libro lleno de información buena y acertada. Lo proveyó para los creyentes
de ayer, está con nosotros hoy, y estará después de que usted y yo ya no estemos. Eventualmente
seremos juzgados por lo que dice este libro. ¿Puede ver qué tan importante es entenderla y construir
nuestras vidas de acuerdo a ella?
La Biblia trata de los asuntos de la vida. Ella puede tratar con los asuntos que hay en su vida
ahora, pero hay que aprenderla primero. Aquí es donde la iglesia tiene su papel y también la
Escuela Dominical. Continúe asistiendo a los servicios de la iglesia y sea fiel a las clases de escuela
dominical. Así va a aprender lo que necesita para tomar decisiones buenas y apropiadas.
Trampolín
¿Se acuerda de lo que hablamos en cuanto a las decisiones personales? Si nunca ha confiado en
Cristo como su Salvador, necesita hacer ese compromiso primero. Recuerde que la salvación no es
hacerse miembro de una iglesia o ser bautizado; es un cambio profundo que ocurre en su corazón.
Es entre usted y Jesús. Si es salvo, necesita obedecer la Palabra de Dios. Necesita obedecer al
Señor con el bautismo y así declarar de manera pública su fe en Él. Necesita servir en la iglesia,
utilizando todos los talentos que Dios le ha dado.
Y quizás lo más importante para su desarrollo espiritual es aprender y aplicar la palabra de Dios.
Aprender sin practicar lo aprendido lo convierte en un hipócrita, un actor “interpretando el papel
de lo que no es”. Practicar sin aprender lo hace una persona amargada y frustrada. Quizás hace
todo lo correcto por fuera, pero por dentro no entiende de qué se trata. Dios le hizo como una
persona completa donde su cuerpo, mente, y alma todos trabajan juntos y en armonía para cumplir
su voluntad y tener gozo.
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