LA DOCTRINA SECRETA - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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La Doctrina Secreta Tomo I Helena Petronila Blavatski<br />
ellos se hayan vuelto en exceso suspicaces, y ha sido causa, por reacción, de que el péndulo<br />
de las conclusiones precedentes oscilase de modo exagerado en el sentido opuesto. Porque<br />
"aquella primera provisión del mercado brahmánico", ofrecida, a la demanda del Coronel<br />
Wilford, ha producido ahora en los orientalistas la necesidad evidente y el deseo de declarar<br />
a casi todos los manuscritos sánscritos arcaicos, tan modernos, que justificasen plenamente<br />
a los misioneros, al aprovecharse de la oportunidad. Que así lo hacen, y hasta donde<br />
alcanzan sus facultades mentales, pruébanlo las absurdas tentativas llevadas a cabo<br />
últimamente, para demostrar que toda la narración Puránica acerca de Krishna ¡era un plagio<br />
de la Biblia hecho por los brahmanes! Pero los hechos citados por el profesor de Oxford en<br />
sus Conferencias, relativas a las al presente famosas interpolaciones hechas en beneficio del<br />
Coronel Wilford, aunque más tarde para disgusto suyo, no se oponen a las conclusiones que<br />
debe sacar inevitablemente el que estudie la Doctrina Secreta. Porque, si los resultados<br />
demuestran que ni el Nuevo ni aun el Antiguo Testamento han tomado cosa alguna de la<br />
religión más antigua de brahmanes y buddhistas, no se sigue de aquí que los judíos no<br />
hayan tomado cuanto sabían de los anales caldeos, que fueron mutilados más tarde por<br />
Eusebio. Por lo que respecta a los caldeos, es seguro que adquirieron sus primitivos<br />
conocimientos de los brahmanes; pues Rawlinson muestra una indudable influencia védica<br />
en la mitología primitiva de Babilonia; y hace mucho tiempo que el Coronel Vans Kennedy<br />
declaró, con notable exactitud, que Babilonia fue, por razón de su origen, centro de la<br />
sabiduría brahmánica y sánscrita. Pero todas estas pruebas deben perder su valor en<br />
presencia de la última teoría del profesor Max Müller. Cuál sea ésta, todo el mundo lo sabe.<br />
El código de las leyes fonéticas ha llegado a ser un disolvente universal de todas las<br />
identificaciones y "conexiones" entre los dioses de muchos pueblos. Así, aunque la Madre de<br />
Mercurio (Buddha, Thoth–Hermes, etc.), era Maia; a pesar de que la madre de Gautama<br />
Buddha se llamó también Mâyâ; y, aunque la madre de Jesús era asimismo Mâyâ (Ilusión,<br />
porque María es Mare, el Mar, simbólicamente la gran Ilusión), sin embargo, estos tres<br />
personajes no tienen entre sí conexión alguna, ni pueden tenerla, desde que Bopp "ha<br />
establecido su código de leyes fonéticas".<br />
22 Extranjeros, no pertenecientes a la raza aria. — (N. de los Traductores.)<br />
23 Véase Max Müller, ob. cit., pág. 288 y sig. Esto se refiere a la hábil falsificación en<br />
hojas insertas en un antiguo monasterio puránico, escritas en sánscrito arcaico y<br />
correcto, de todo cuanto los panditas habían oído al Coronel Wilford acerca de Adam y<br />
Abraham, Noé y sus tres hijos, etc.<br />
En su afán de reunir las muchas madejas de la historia no escrita, es a la verdad<br />
atrevimiento de parte de nuestros orientalistas, negar a priori todo lo que no encaja en sus<br />
conclusiones especiales. Así, mientras diariamente se hacen nuevos descubrimientos de<br />
grandes artes y ciencias, que existieron allá en la noche de los tiempos, niégase hasta el<br />
mismo conocimiento de la escritura a algunas de las naciones más antiguas,<br />
considerándolas bárbaras en lugar de cultas. Sin embargo, todavía se encuentran las huellas<br />
de una civilización inmensa, hasta en el Asia Central. Esta civilización es indudablemente<br />
prehistórica. ¿Y cómo podría existir civilización alguna sin literatura en una u otra forma, y sin<br />
anales ni crónicas? El sentido común basta para suplir los eslabones rotos en la historia de<br />
las naciones que fueron. La gigantesca y no interrumpida muralla de montañas que bordea<br />
toda la meseta del Tibet, desde el curso superior del río Khuan–Khé hasta las colinas de<br />
Karakorum, fue testigo de una civilización que duró millares de años, y podría revelar a la<br />
humanidad bien extraños secretos. Las porciones Oriental y Central de aquellas regiones —<br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> www.samaelgnosis.net Página No. 42