LA DOCTRINA SECRETA - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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La Doctrina Secreta Tomo I Helena Petronila Blavatski ascendente, la Evolución espiritualiza y etereíza, por decirlo así, la naturaleza general de todo, llevándolo a un nivel con el plano en que se halla colocado en el arco opuesto el Globo gemelo; siendo el resultado que cuando se llega al séptimo Globo en cualquier Ronda, la naturaleza de todo lo que evoluciona, vuelve a la condición en que se hallaba en su punto de partida, con la adición, cada vez, de un grado nuevo y superior en los estados de conciencia. Así resulta claro que el llamado "origen del hombre" en esta nuestra Ronda presente, o Ciclo de Vida en este Planeta, debe ocupar el mismo lugar en el mismo orden —salvo detalles fundados en condiciones locales y de tiempo— que en la Ronda precedente. Además, debe explicarse y recordarse que, así como la obra de cada Ronda se dice que corresponde a un Grupo diferente de los llamados Creadores, o Arquitectos, lo mismo sucede con cada Globo, o sea que se halla bajo la vigilancia y dirección de Constructores y Vigilantes especiales: los diferentes Dhyân Chohans. 30 Unidos en. 31 Ob. cit., XVII, pág. 4. 32 Varios críticos hostiles se muestran ansiosas de probar que en nuestra primera obra Isis Unveiled no se enseñaban ni los Siete Principios del hombre, ni la constitución septenaria de nuestra Cadena. Si bien en aquella obra la doctrina podía ser tan sólo ligeramente indicada, existen, sin embargo, muchos párrafos en que se hace mención expresa de la constitución septenaria, tanto del Hombre como de la Cadena. Hablando de los Elohim (vol. II, pág. 420), se dice: "Ellos permanecen sobre el séptimo cielo (o mundo espiritual); pues son quienes, según los kabalistas, han formado sucesivamente los seis mundos materiales, o más bien tentativas de mundos, que han precedido al nuestro propio, que según ellos dicen, es el séptimo". Nuestro Globo es, por supuesto, en el diagrama que representa la Cadena, el séptimo y el más inferior; aunque, como la evolución en estos Globos es cíclica, es el cuarto en el arco descendente en la materia. Y además (II, 367), se dice: "Según las nociones egipcias, lo mismo que en las de todas las demás creencias fundadas en la filosofía, no era el hombre meramente... una unión de alma y cuerpo; era una trinidad cuando se le añadía el espíritu. Además, aquella doctrina le hacia consistir... de cuerpo..., forma astral o sombra... alma animal..., alma superior... e inteligencia terrestre... [y] de un sexto principio, etc., etc.": el séptimo — el ESPÍRITU. Tan claramente se hallan mencionados estos principios, que aun en el Índice (II, 683) se encuentran "Los Seis Principios del hombre", siendo el séptimo, en estricta verdad, la síntesis de los seis y no un principio, sino un destello del TODO Absoluto. 33 Véase el diagrama III, pág. 225. "Creadores" es una palabra incorrecta; pues ninguna religión, ni siquiera la secta de los Visishthadvaitîs en la India (que antropomorfiza a Parabrahman mismo), cree en la creación ex-nihilo, como los cristianos y judíos, sino en la evolución de materiales preexistentes. El Grupo de la Jerarquía a cuyo cargo se halla la "creación" de los hombres es pues, un Grupo especial; y desenvolvió el hombre–tipo en este Ciclo; precisamente como un Grupo todavía más elevado y espiritual, lo desenvolvió en la Tercera Ronda. Pero como es el sexto, en la escala descendente de Espiritualidad (siendo el último y séptimo el de los Espíritus terrestre [Elementales], que forman, construyan y condensan gradualmente su cuerpo físico), este Sexto Grupo no desenvuelve más que la forma–sombra del hombre futuro, una copia de sí mismo, sutil, transparente, apenas visible. A la Quinta Jerarquía (los seres misteriosos que Instituto Cultural Quetzalcoatl www.samaelgnosis.net Página No. 222
La Doctrina Secreta Tomo I Helena Petronila Blavatski presiden sobre la constelación de Capricornio, Makara o "el Cocodrilo", en la India y en Egipto) corresponde la obra de animar a la forma animal, vacía y etérea, y hacer de ella el Hombre Racional. Éste es uno de los asuntos de que muy poco puede decirse al público en general. Es un misterio verdaderamente; pero tan sólo para quien se halla preparado a desechar la existencia de Seres Espirituales, conscientes e intelectuales en el Universo, limitando la Conciencia plena sólo al hombre, y esto únicamente como una "función del cerebro". Muchas son aquellas de las Entidades Espirituales que se han encarnado corporalmente en el hombre, desde el principio de su aparición, y que, sin embargo, existen tan independientes como antes en lo infinito del Espacio. Para decirlo con mayor claridad, una Entidad invisible semejante, puede estar corporalmente presente en la tierra sin abandonar, sin embargo, su estado y funciones en las regiones suprasensibles. Si esto necesita explicación, nada mejor podemos hacer que recordar al lector casos análogos en lo llamado "Espiritismo", si bien son muy raros, al menos en lo referente a la naturaleza de la Entidad que se encarna o toma posesión temporalmente de un médium. Pues los llamados "espíritus" que pueden en ocasiones apoderarse de los cuerpos de los médiums, no son las Monadas o Principios Superiores de personalidades desencarnadas. Semejantes "espíritus" pueden ser tan sólo Elementarios, o Nirmânakâyas. Precisamente, así como ciertas personas, sea en virtud de una organización peculiar, o gracias al poder del saber místico adquirido, pueden ser vistas en su "doble" en un sitio, mientras su cuerpo se halla a muchas millas de distancia; del mismo modo puede suceder un hecho análogo, tratándose de Seres superiores. El hombre, filosóficamente considerado, es, en su forma exterior, sencillamente un animal, apenas más perfecto que su antecesor, parecido al pitecoide, de la Tercera Ronda. Es un Cuerpo vivo, no un Ser viviente, puesto que para darse cuenta de la existencia, el "Ego Sum" necesita conciencia de sí mismo; y un animal puede poseer tan sólo conciencia directa, o instinto. Tan bien comprendido era esto por los antiguos, que hasta el kabalista ha considerado al alma y al cuerpo como dos vidas, independientes una de otra. En New Aspects of Life el autor expone esta enseñanza kabalística: Sostienen ellos que, funcionalmente. Espíritu y Materia, de correspondiente opacidad, tendieron a unirse; y que los Espíritus creados resultantes estaban constituidos, en el estado desencarnado, por una gama en que se hallaban reproducidas las diferentes opacidades y transparencias del Espíritu elemental o increado. Y que estos Espíritus, en estado desencarnado, atrajeron, se apropiaron, dirigieron y asimilaron el Espíritu elemental y la Materia elemental, cuya condición se hallaba en conformidad con la suya propia... Ellos enseñan, por tanto, que existía una gran diferencia en la condición de los Espíritus creados; y que en la íntima asociación entre el mundo del Espíritu y el mundo de la Materia, los Espíritus más opacos, en el estado desencarnado, eran arrastrados hacia las partes más densas del mundo material, y tendían por lo tanto, hacia el centro de la Tierra, en donde encontraban condiciones más apropiadas a su estado; al paso que los Espíritus más transparentes pasaban al aura que rodea al planeta, encontrando los más enrarecidos su residencia en el satélite de aquél 34 . Esto se refiere exclusivamente a nuestros Espíritus Elementales, y nada tiene que ver con las Fuerzas Inteligentes Planetarias, Siderales, Cósmicas o interetéricas, o "Ángeles", como les llama la Iglesia Romana. Los kabalistas judíos, en especial los ocultistas prácticos que se ocupan de magia ceremonial, tan sólo han tenido en cuenta los Espíritus de los Planetas y los llamados "Elementales". Por lo tanto, lo expuesto abarca sólo una parte de las enseñanzas esotéricas. Instituto Cultural Quetzalcoatl www.samaelgnosis.net Página No. 223
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presiden sobre la constelación de Capricornio, Makara o "el Cocodrilo", en la India y en<br />
Egipto) corresponde la obra de animar a la forma animal, vacía y etérea, y hacer de ella el<br />
Hombre Racional. Éste es uno de los asuntos de que muy poco puede decirse al público en<br />
general. Es un misterio verdaderamente; pero tan sólo para quien se halla preparado a<br />
desechar la existencia de Seres Espirituales, conscientes e intelectuales en el Universo,<br />
limitando la Conciencia plena sólo al hombre, y esto únicamente como una "función del<br />
cerebro". Muchas son aquellas de las Entidades Espirituales que se han encarnado<br />
corporalmente en el hombre, desde el principio de su aparición, y que, sin embargo, existen<br />
tan independientes como antes en lo infinito del Espacio.<br />
Para decirlo con mayor claridad, una Entidad invisible semejante, puede estar<br />
corporalmente presente en la tierra sin abandonar, sin embargo, su estado y funciones en las<br />
regiones suprasensibles. Si esto necesita explicación, nada mejor podemos hacer que<br />
recordar al lector casos análogos en lo llamado "Espiritismo", si bien son muy raros, al menos<br />
en lo referente a la naturaleza de la Entidad que se encarna o toma posesión temporalmente<br />
de un médium. Pues los llamados "espíritus" que pueden en ocasiones apoderarse de los<br />
cuerpos de los médiums, no son las Monadas o Principios Superiores de personalidades<br />
desencarnadas. Semejantes "espíritus" pueden ser tan sólo Elementarios, o Nirmânakâyas.<br />
Precisamente, así como ciertas personas, sea en virtud de una organización peculiar, o<br />
gracias al poder del saber místico adquirido, pueden ser vistas en su "doble" en un sitio,<br />
mientras su cuerpo se halla a muchas millas de distancia; del mismo modo puede suceder un<br />
hecho análogo, tratándose de Seres superiores.<br />
El hombre, filosóficamente considerado, es, en su forma exterior, sencillamente un animal,<br />
apenas más perfecto que su antecesor, parecido al pitecoide, de la Tercera Ronda. Es un<br />
Cuerpo vivo, no un Ser viviente, puesto que para darse cuenta de la existencia, el "Ego Sum"<br />
necesita conciencia de sí mismo; y un animal puede poseer tan sólo conciencia directa, o<br />
instinto. Tan bien comprendido era esto por los antiguos, que hasta el kabalista ha<br />
considerado al alma y al cuerpo como dos vidas, independientes una de otra. En New<br />
Aspects of Life el autor expone esta enseñanza kabalística:<br />
Sostienen ellos que, funcionalmente. Espíritu y Materia, de correspondiente opacidad,<br />
tendieron a unirse; y que los Espíritus creados resultantes estaban constituidos, en el estado<br />
desencarnado, por una gama en que se hallaban reproducidas las diferentes opacidades y<br />
transparencias del Espíritu elemental o increado. Y que estos Espíritus, en estado<br />
desencarnado, atrajeron, se apropiaron, dirigieron y asimilaron el Espíritu elemental y la<br />
Materia elemental, cuya condición se hallaba en conformidad con la suya propia... Ellos<br />
enseñan, por tanto, que existía una gran diferencia en la condición de los Espíritus creados; y<br />
que en la íntima asociación entre el mundo del Espíritu y el mundo de la Materia, los<br />
Espíritus más opacos, en el estado desencarnado, eran arrastrados hacia las partes más<br />
densas del mundo material, y tendían por lo tanto, hacia el centro de la Tierra, en donde<br />
encontraban condiciones más apropiadas a su estado; al paso que los Espíritus más<br />
transparentes pasaban al aura que rodea al planeta, encontrando los más enrarecidos su<br />
residencia en el satélite de aquél 34 .<br />
Esto se refiere exclusivamente a nuestros Espíritus Elementales, y nada tiene que ver con<br />
las Fuerzas Inteligentes Planetarias, Siderales, Cósmicas o interetéricas, o "Ángeles", como<br />
les llama la Iglesia Romana. Los kabalistas judíos, en especial los ocultistas prácticos que se<br />
ocupan de magia ceremonial, tan sólo han tenido en cuenta los Espíritus de los Planetas y<br />
los llamados "Elementales". Por lo tanto, lo expuesto abarca sólo una parte de las<br />
enseñanzas esotéricas.<br />
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