LA DOCTRINA SECRETA - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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La Doctrina Secreta Tomo I Helena Petronila Blavatski correspondientes, sólo los cuatro órdenes inferiores; siendo los tres principios más elevados en el átomo, o más bien la molécula o elemento químico, perceptibles únicamente al ojo del Dangma iniciado. Pero si la química desease encontrarse en el camino recto, tendría que corregir su arreglo tabular con arreglo al de los ocultistas, lo cual rehusaría hacer. En la Filosofía Esotérica, cada partícula física corresponde y depende de su noúmeno superior, el Ser a cuya esencia pertenece; y, arriba como abajo, lo Espiritual se desenvuelve de lo Divino, lo Psicomental de lo Espiritual —viciado en su plano inferior por lo astral—, desplegándose toda la Naturaleza animada y la (al parecer) inanimada en líneas paralelas, y diseñando sus atributos tanto de arriba como de abajo. El número siete, aplicado al término Hueste Septenaria, arriba mencionado, no implica tan sólo siete Entidades, sino siete Grupos o Huestes, como se ha explicado antes. El Grupo más elevado, los Asuras nacidos en el primer cuerpo de Brahmâ, que se convirtió en "Noche", son septenarios; esto es, están divididos, como los Pitris, en siete clases, tres de las cuales son Arûpa (sin cuerpo) y cuatro con cuerpo 11 . Son de hecho más bien nuestros Pitris (Antepasados), que los Pitris que proyectaron el primer hombre físico. (f) El Quinto Orden es muy misterioso, pues se halla relacionado con el Pentágono microcósmico, la estrella de cinco puntas, que representa al hombre. En la India y en Egipto, estos Dhyânis estaban relacionados con el Cocodrilo, y su mansión está en Capricornio. Pero estos términos son transmutables en la astrología inda; pues el décimo signo del Zodíaco, que es llamado Makara, se ha traducido libremente por "Cocodrilo". La palabra misma es interpretada de varias maneras en Ocultismo, como se hará ver más adelante. En Egipto, el difunto —cuyo símbolo es el pentágono o la estrella de cinco puntas que representan los miembros de un hombre— era presentado emblemáticamente transformado en un cocodrilo. Sebekh, o Sevekh (o "Séptimo"), como dice Mr. Gerald Massey, mostrando que es el tipo de la inteligencia es, en realidad, un dragón, no un cocodrilo. Es el "Dragón de la Sabiduría" o Manas, el Alma Humana, la Mente, el Principio Inteligente, llamado en nuestra filosofía esotérica el Quinto Principio. Dice el difunto "Osirificado", en el Libro de los Muertos o Ritual bajo el emblema de un Dios multiforme con cabeza de cocodrilo: Yo soy el cocodrilo que preside en el temor. Yo soy el Dios–cocodrilo a la llegada de su Alma entre los hombres. Yo soy el Dios–cocodrilo traído para la destrucción. Alusión a la destrucción de la pureza espiritual divina, cuando el hombre adquiere el conocimiento del bien y del mal; y también a los Dioses o ángeles "caídos" de todas las teogonías. Yo soy el pez del gran Horus [como Makara es el "Cocodrilo", el vehículo de Varuna]. Yo estoy sumergido en Sekhem 12 . Esta última sentencia corrobora y repite la doctrina del "Buddhismo" esotérico, puesto que alude directamente al Quinto Principio (Manas), o más bien a la porción más espiritual de su esencia, que se sumerge en Âtmâ–Buddhi, es absorbida y se identifica con él después de la muerte del hombre. Pues Sekhem es la residencia, o Loka, del dios Khem (Horus–Osiris, o Padre e Hijo); de aquí el Devachan de Âtmâ–Buddhi. En el Libro de los Muertos se ve al Difunto entrando en Sekhem con Horus–Thot, y "saliendo del mismo como espíritu puro". Así el difunto dice: Yo veo las formas de [mí mismo, como varios] hombres transformándose eternamente... Yo conozco este [capítulo]. Aquel que lo conoce... asume toda clase de formas vivientes 13 . Y dirigiéndose con fórmula mágica a lo que en el esoterismo egipcio se conoce por el "corazón hereditario", o el principio que reencarna, el Yo permanente, dice el Difunto: Instituto Cultural Quetzalcoatl www.samaelgnosis.net Página No. 212

La Doctrina Secreta Tomo I Helena Petronila Blavatski ¡0h, corazón mío, mi corazón hereditario, preciso para mis transformaciones... no te separes de mí ante el guardián de las balanzas! Tú eres mi personalidad dentro de mi pecho, compañero divino que velas sobre mis carnes [cuerpo] 14 . En Sekhem es en donde reside oculta la "Faz Misteriosa", o sea el hombre real bajo la falsa personalidad, el triple cocodrilo de Egipto, el símbolo de la Trinidad superior o Triada humana: Âtmâ Buddhi y Manas. Una de las explicaciones del verdadero significado oculto de este emblema religioso egipcio, es fácil. El cocodrilo es el primero en esperar y recibir los fuegos ardientes del sol de la mañana, y muy pronto llegó a personificar el calor solar. Al salir el sol, era como la llegada a la tierra y entre los hombres "del alma divina que anima a los Dioses". De ahí el extraño simbolismo. La momia se revestía con la cabeza de un cocodrilo, para mostrar que era un Alma que llegaba de la tierra. En todos los antiguos papiros, se llama al cocodrilo Sebekh (Séptimo); el agua simboliza también, esotéricamente, el quinto principio; y como ya se ha dicho, Mr. Gerald Massey demuestra que el cocodrilo era la "Séptima Alma, la suprema de las siete, el Vidente invisible". Aun esotéricamente, Sekhem es la residencia del Dios Khem, y Khem es Horus vengando la muerte de su padre Osiris; por tanto, castigando los pecados del hombre cuando éste se convierte en un Alma desencarnada. Así el difunto "osirificado" se convierte en el Dios Khem, que "espiga el campo del Aanroo" o sea que recoge su premio o su castigo; pues aquel campo es la región celestial (Devachan) en donde al difunto se le da trigo, el alimento de la justicia divina. El Quinto Grupo de los Seres Celestiales se supone que contiene en sí mismo los dobles atributos de ambos aspectos del Universo, el espiritual y el físico; los dos polos, por decirlo así, de Mahat, la Inteligencia Universal, y la doble naturaleza del hombre, la espiritual y la física. De aquí que su número Cinco, duplicado y convertido en Diez, lo relaciona con Makara, el décimo signo del Zodíaco. 11 Véase Vishnu Purâna, libro I. 12 Cap. I, XXXVIII. 13 Cap. LXIV. 29-30. 14 Ibíd., 34-35. (g) Los órdenes Sexto y Séptimo participan de las cualidades inferiores del Cuaternario. Son Entidades conscientes y etéreas, tan invisibles como el Éter, que brotan a manera de los renuevos de un árbol, del primer Grupo central de los Cuatro, y a su vez hacen brotar de sí innumerables Grupos secundarios, de los cuales, los inferiores son los Espíritus de la Naturaleza o Elementales, de especies y variedades infinitas; desde los informes e insubstanciales —los Pensamientos ideales de sus creadores— hasta los atómicos, organismos invisibles para la percepción humana. Estos últimos son considerados como los "espíritus de átomos", pues constituyen el primer escalón (hacia atrás) desde el átomo físico (criaturas, sencientes, si no inteligentes). Todos ellos se hallan sujetos al Karma, y tienen que agotarlo en cada ciclo. Pues, según la Doctrina enseña, no existen seres privilegiados en el Universo, sea en el nuestro o en otros sistemas, sea en los mundos externos o internos 15 , tales como los Ángeles de la religión occidental y de la Judaica. Un Dhyân Chohan tiene que llegar a serlo; no puede nacer o aparecer súbitamente en el plano de la vida como un Angel en pleno desarrollo. La Jerarquía Celestial del Manvantara presente se encontrará transportada en el siguiente ciclo de vida a Mundos superiores más elevados, y hará lugar para una nueva Jerarquía compuesta de los elegidos de nuestra humanidad. La existencia es Instituto Cultural Quetzalcoatl www.samaelgnosis.net Página No. 213

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¡0h, corazón mío, mi corazón hereditario, preciso para mis transformaciones... no te<br />

separes de mí ante el guardián de las balanzas! Tú eres mi personalidad dentro de mi pecho,<br />

compañero divino que velas sobre mis carnes [cuerpo] 14 .<br />

En Sekhem es en donde reside oculta la "Faz Misteriosa", o sea el hombre real bajo la<br />

falsa personalidad, el triple cocodrilo de Egipto, el símbolo de la Trinidad superior o Triada<br />

humana: Âtmâ Buddhi y Manas.<br />

Una de las explicaciones del verdadero significado oculto de este emblema religioso<br />

egipcio, es fácil. El cocodrilo es el primero en esperar y recibir los fuegos ardientes del sol de<br />

la mañana, y muy pronto llegó a personificar el calor solar. Al salir el sol, era como la llegada<br />

a la tierra y entre los hombres "del alma divina que anima a los Dioses". De ahí el extraño<br />

simbolismo. La momia se revestía con la cabeza de un cocodrilo, para mostrar que era un<br />

Alma que llegaba de la tierra.<br />

En todos los antiguos papiros, se llama al cocodrilo Sebekh (Séptimo); el agua simboliza<br />

también, esotéricamente, el quinto principio; y como ya se ha dicho, Mr. Gerald Massey<br />

demuestra que el cocodrilo era la "Séptima Alma, la suprema de las siete, el Vidente<br />

invisible". Aun esotéricamente, Sekhem es la residencia del Dios Khem, y Khem es Horus<br />

vengando la muerte de su padre Osiris; por tanto, castigando los pecados del hombre<br />

cuando éste se convierte en un Alma desencarnada. Así el difunto "osirificado" se convierte<br />

en el Dios Khem, que "espiga el campo del Aanroo" o sea que recoge su premio o su castigo;<br />

pues aquel campo es la región celestial (Devachan) en donde al difunto se le da trigo, el<br />

alimento de la justicia divina. El Quinto Grupo de los Seres Celestiales se supone que<br />

contiene en sí mismo los dobles atributos de ambos aspectos del Universo, el espiritual y el<br />

físico; los dos polos, por decirlo así, de Mahat, la Inteligencia Universal, y la doble naturaleza<br />

del hombre, la espiritual y la física. De aquí que su número Cinco, duplicado y convertido en<br />

Diez, lo relaciona con Makara, el décimo signo del Zodíaco.<br />

11<br />

Véase Vishnu Purâna, libro I.<br />

12<br />

Cap. I, XXXVIII.<br />

13<br />

Cap. LXIV. 29-30.<br />

14<br />

Ibíd., 34-35.<br />

(g) Los órdenes Sexto y Séptimo participan de las cualidades inferiores del Cuaternario.<br />

Son Entidades conscientes y etéreas, tan invisibles como el Éter, que brotan a manera de los<br />

renuevos de un árbol, del primer Grupo central de los Cuatro, y a su vez hacen brotar de sí<br />

innumerables Grupos secundarios, de los cuales, los inferiores son los Espíritus de la<br />

Naturaleza o Elementales, de especies y variedades infinitas; desde los informes e<br />

insubstanciales —los Pensamientos ideales de sus creadores— hasta los atómicos,<br />

organismos invisibles para la percepción humana. Estos últimos son considerados como los<br />

"espíritus de átomos", pues constituyen el primer escalón (hacia atrás) desde el átomo físico<br />

(criaturas, sencientes, si no inteligentes). Todos ellos se hallan sujetos al Karma, y tienen que<br />

agotarlo en cada ciclo. Pues, según la Doctrina enseña, no existen seres privilegiados en el<br />

Universo, sea en el nuestro o en otros sistemas, sea en los mundos externos o internos 15 ,<br />

tales como los Ángeles de la religión occidental y de la Judaica. Un Dhyân Chohan tiene que<br />

llegar a serlo; no puede nacer o aparecer súbitamente en el plano de la vida como un Angel<br />

en pleno desarrollo. La Jerarquía Celestial del Manvantara presente se encontrará<br />

transportada en el siguiente ciclo de vida a Mundos superiores más elevados, y hará lugar<br />

para una nueva Jerarquía compuesta de los elegidos de nuestra humanidad. La existencia es<br />

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