18.05.2013 Views

Desnúdate para mí, Deanna Lee - Autoras en la sombra

Desnúdate para mí, Deanna Lee - Autoras en la sombra

Desnúdate para mí, Deanna Lee - Autoras en la sombra

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 5<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

<strong>Deanna</strong> <strong>Lee</strong>


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 4<br />

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de <strong>la</strong><br />

cubierta, puede ser reproducida, almac<strong>en</strong>ada o transmitida <strong>en</strong> manera alguna ni por ningún<br />

medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin <strong>la</strong> autorización<br />

escrita de los titu<strong>la</strong>res de los derechos de <strong>la</strong> propiedad intelectual.<br />

Título original: Undressing Mercy<br />

Traducción: Eva González Rosales<br />

© 2006 <strong>Deanna</strong> <strong>Lee</strong>. Reservados todos los derechos<br />

© 2010 ViaMagna 2004 S.L. Editorial ViaMagna. Reservados todos los derechos.<br />

© 2010 por <strong>la</strong> traducción Eva González Rosales. Reservados todos los derechos.<br />

Primera edición: Abril 2010<br />

ISBN: 978-84-92967-09-4<br />

Depósito Legal: M-13200-2010<br />

Impreso <strong>en</strong> España / Printed in Spain<br />

Impresión: Brosmac S.L.<br />

Editorial ViaMagna<br />

Gran Vía de Carlos III, 84<br />

Entresuelo 3ª<br />

Barcelona, 08028<br />

www.editorialviamagna.com<br />

email: editorial@editorialviamagna.com


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 7<br />

A mi marido,<br />

que es el hombre más paci<strong>en</strong>te del mundo.<br />

A mi madre,<br />

que me regaló una máquina de escribir<br />

cuando le conté que quería ser escritora,<br />

y que nunca me dijo que era un sueño imposible.<br />

A mi hermana,<br />

que leyó mi trabajo, incluso cuando era malo, y me pidió más.<br />

A mi mejor amiga, Amy,<br />

que es una fu<strong>en</strong>te constante de apoyo e inspiración.<br />

Y gracias a mi ag<strong>en</strong>te, Jess,<br />

que me <strong>en</strong>contró y me ayudó a hacer mi sueño realidad.


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 9<br />

CAPÍTULO 1<br />

—Estás cerca de tu objetivo.<br />

As<strong>en</strong>tí, recogí una pierna bajo mi cuerpo e int<strong>en</strong>té<br />

<strong>en</strong>contrar un punto <strong>en</strong> <strong>la</strong> pared beis tras su cabeza <strong>en</strong> el<br />

que conc<strong>en</strong>trarme.<br />

—Sí, cerca.<br />

—¿Y <strong>la</strong>s pesadil<strong>la</strong>s?<br />

—No he t<strong>en</strong>ido ninguna desde marzo —Suspiré y, por<br />

fin, busqué <strong>la</strong> mirada de Lesley—. Vale, de acuerdo, he t<strong>en</strong>ido<br />

un par —Fruncí el ceño y negué con <strong>la</strong> cabeza—. Debería<br />

haber buscado un terapeuta masculino.<br />

—¿Te resulta más fácil m<strong>en</strong>tirle a un hombre?<br />

Chasqueé <strong>la</strong> l<strong>en</strong>gua.<br />

—¿Y a qué mujer no? Vamos, ¿cuántas veces le has<br />

dicho a un hombre que el tamaño no importa?<br />

Lesley frunció los <strong>la</strong>bios un mom<strong>en</strong>to y después<br />

agitó <strong>la</strong> cabeza, con sus rizos castaños saltando alrededor<br />

mi<strong>en</strong>tras lo hacía.<br />

—Vale. Pero nos estamos desviando del tema.<br />

—Empezaste tú —Crucé los brazos sobre mi pecho—.<br />

Todavía no duermo por <strong>la</strong> noche, y <strong>la</strong> única razón por <strong>la</strong> que<br />

no compruebo <strong>la</strong>s puertas y <strong>la</strong>s v<strong>en</strong>tanas es porque me obligo<br />

a no hacerlo. Así que, cuando no puedo dormir, me tumbo y<br />

me preocupo por no haberme levantado a comprobar <strong>la</strong>s<br />

putas v<strong>en</strong>tanas y puertas.<br />

9


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 10<br />

DEANNA LEE<br />

—Él no está <strong>en</strong> Boston.<br />

—No, no está aquí —Miré <strong>la</strong> habitación a mi<br />

alrededor, fijándome <strong>en</strong> el elegante mobiliario de cuero antes<br />

de acurrucarme <strong>en</strong> el sillón reclinable <strong>en</strong> el que estaba. El<br />

cuero debería haber hecho que <strong>la</strong> habitación pareciera más<br />

profesional, aunque resultaba re<strong>la</strong>jante y cómodo. Era<br />

extraño. Nunca hubiera imaginado que podría s<strong>en</strong>tirme<br />

cómoda <strong>en</strong> <strong>la</strong> consulta de un terapeuta.<br />

—¿Qué tal tu vida sexual? —Con esa pregunta puso el<br />

dedo directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ga. Pero supongo que me lo merecía.<br />

—Aus<strong>en</strong>te de pol<strong>la</strong>s, pequeñas o grandes —Me miré<br />

<strong>la</strong>s manos, <strong>en</strong>cogiéndome de hombros—. No <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro a<br />

ningún hombre que me resulte sexualm<strong>en</strong>te interesante.<br />

—Quieres decir que no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tras a ningún hombre<br />

a qui<strong>en</strong> puedas dominar <strong>en</strong> <strong>la</strong> cama, así que ni lo int<strong>en</strong>tas.<br />

Me <strong>en</strong>cogí de hombros y casi me reí al imaginarme<br />

vestida de cuero negro, con un látigo <strong>en</strong> <strong>la</strong> mano.<br />

—Bu<strong>en</strong>o, esa imag<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e su atractivo.<br />

—No seas frívo<strong>la</strong>, Mercy.<br />

Levanté <strong>la</strong> mirada y me <strong>en</strong>contré con <strong>la</strong> suya. Su<br />

rostro estaba tan serio como su voz.<br />

—Vale, los hombres débiles no me pon<strong>en</strong>. Y los fuertes…<br />

—Contuve el ali<strong>en</strong>to.<br />

—Te asustan.<br />

—No, ya te lo he contado antes, no me dan miedo los<br />

hombres, ni el sexo. Me da miedo Jeff King, me asusta de un<br />

modo que nunca antes p<strong>en</strong>sé que pudiera llegar a s<strong>en</strong>tir.<br />

—¿Cómo te hace s<strong>en</strong>tirte ese miedo?<br />

Me levanté y me alejé del sillón reclinable.<br />

—¿Por qué no ti<strong>en</strong>es diván?<br />

Lesley se rió. Su risa era fuerte y sonora, y me reconfortaba.<br />

—El diván está bastante pasado de moda. Yo prefiero<br />

el reclinable.<br />

Miré el lustroso sillón de cuero reclinable que acababa<br />

de dejar.<br />

—El sexo no me asusta.<br />

10


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 11<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

—Creo que eso es lo que quieres creer.<br />

Odiaba <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>brería psicoanalítica. Frunci<strong>en</strong>do el<br />

ceño, miré por <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana.<br />

—¿Cuándo te compraste el Jaguar? Me alegro de<br />

comprobar que mi dinero se está destinando a una bu<strong>en</strong>a causa.<br />

—El mes pasado —Se ac<strong>la</strong>ró <strong>la</strong> garganta—. Siéntate,<br />

Mercy.<br />

Volví al sillón y me s<strong>en</strong>té.<br />

—Esta tarde t<strong>en</strong>go una reunión importante.<br />

—Sí, lo m<strong>en</strong>cionaste antes. ¿Esta reunión puede dar<br />

un empujón a tu carrera <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería?<br />

—Eso creo. Si sale bi<strong>en</strong>, <strong>la</strong> junta de dirección lo t<strong>en</strong>dría<br />

difícil <strong>para</strong> <strong>en</strong>contrar una razón por <strong>la</strong> que no r<strong>en</strong>ovar mi<br />

contrato el año que vi<strong>en</strong>e.<br />

—Es importante <strong>para</strong> ti.<br />

—El éxito es importante <strong>para</strong> todo el mundo —Tomé<br />

aire profundam<strong>en</strong>te; había sonado dura y <strong>en</strong>fadada. Mis<br />

sigui<strong>en</strong>tes pa<strong>la</strong>bras fueron más propias de <strong>mí</strong>—. Todavía no<br />

he conocido a nadie que disfrute con el fracaso.<br />

—¿Tu jefe todavía es una fu<strong>en</strong>te de estrés <strong>para</strong> ti?<br />

—Es un hombre frustrado, lo sé. Y <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do que no quiera<br />

perder su puesto <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería. Pero no importa quién se si<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> mi despacho, porque cuando llegue agosto él se habrá ido,<br />

de todos modos.<br />

—Estás disfrutando viéndolo sufrir.<br />

Me estremecí, y después sonreí.<br />

—Usa su poder <strong>para</strong> manipu<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s mujeres.<br />

—Su falta de respeto hacia <strong>la</strong>s mujeres te hace<br />

querer castigarlo.<br />

Joder, sí, yo quería castigarlo.<br />

—Es posible.<br />

—¿Te recuerda al hombre que te violó?<br />

—No. No se parece <strong>en</strong> nada a Jeff King. Milton Storey<br />

es un tipo mezquino sin capacidad de adaptación. Ha usado<br />

su estatus social, y los contactos que obtuvo al casarse, <strong>para</strong><br />

11


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 12<br />

DEANNA LEE<br />

mant<strong>en</strong>er su puesto <strong>en</strong> Holman. Pero eso ya no es sufici<strong>en</strong>te<br />

y ahora int<strong>en</strong>ta desesperadam<strong>en</strong>te seguir <strong>en</strong> <strong>la</strong> cima.<br />

—¿Ha habido algún hombre <strong>en</strong> tu vida <strong>en</strong> el que hayas<br />

confiado, Mercy?<br />

—Confiaba <strong>en</strong> Martin.<br />

—Sí —Lesley suspiró—. Pero Martin Colwell está <strong>en</strong><br />

Nueva York. Él forma parte del pasado. Ya lo sabes.<br />

—Vale, de acuerdo. Hoy <strong>en</strong> día no me fío de nadie<br />

—Levanté <strong>la</strong> mirada y vi que estaba escribi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> un<br />

cuaderno amarillo. Odiaba cuando hacía eso, porque nunca<br />

sabía si estaba escribi<strong>en</strong>do <strong>la</strong> lista de <strong>la</strong> compra, o creando un<br />

perfil psicológico que acabaría conmigo internada <strong>en</strong> una<br />

institución m<strong>en</strong>tal. La a<strong>la</strong>rma que seña<strong>la</strong>ba el fin de <strong>la</strong> sesión<br />

com<strong>en</strong>zó a sonar. Me levanté rápidam<strong>en</strong>te del sillón.<br />

—Hasta luego.<br />

—Mercy.<br />

Me s<strong>en</strong>té de nuevo y apreté los di<strong>en</strong>tes.<br />

—De acuerdo.<br />

Lesley ext<strong>en</strong>dió <strong>la</strong> mano, cogió el temporizador de su<br />

lugar sobre el escritorio y lo metió <strong>en</strong> un cajón del mismo.<br />

—Dejando a un <strong>la</strong>do tus preocupaciones <strong>la</strong>borales, es<br />

importante que continúes haci<strong>en</strong>do progresos <strong>en</strong> el modo <strong>en</strong><br />

el que afrontas tus problemas personales.<br />

—Estoy aquí porque quiero solucionar esos problemas.<br />

—Sí —asintió, e inclinó <strong>la</strong> cabeza—. Pero cuando<br />

empezamos a avanzar, retrocedes.<br />

—Estoy haci<strong>en</strong>do todo lo que puedo.<br />

—Quiero que pi<strong>en</strong>ses <strong>en</strong> el sexo, Mercy. Pi<strong>en</strong>sa <strong>en</strong> el<br />

sexo y <strong>en</strong> el lugar que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> tu vida. Escribe lo que sería <strong>para</strong><br />

ti una vida sexual normal. Cuéntame qué te hacía disfrutar del<br />

sexo antes de <strong>la</strong> vio<strong>la</strong>ción. ¿Te gustaba el sexo duro?<br />

Enrojecí por <strong>la</strong> rabia y <strong>la</strong> vergü<strong>en</strong>za.<br />

—¿Cómo iba a desear, o siquiera p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> desear,<br />

sexo viol<strong>en</strong>to?<br />

—El sexo duro no ti<strong>en</strong>e nada que ver con una vio<strong>la</strong>ción.<br />

—Ya.<br />

12


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 13<br />

—La lujuria puede hacer que <strong>la</strong> g<strong>en</strong>te desee cosas<br />

que son normales cuando ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lugar <strong>en</strong>tre adultos, y<br />

hay cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to.<br />

—Quizá —No quería discutir sobre aquello. Me<br />

levanté—. T<strong>en</strong>go que irme.<br />

—Haz los deberes.<br />

As<strong>en</strong>tí.<br />

—Lo haré.<br />

***<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

Al <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería, veinte minutos más tarde, s<strong>en</strong>tí<br />

que parte de mi pasado se disipaba. El trabajo que hacía <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

galería Holman me ll<strong>en</strong>aba de un modo que nunca había<br />

experim<strong>en</strong>tado hasta <strong>en</strong>tonces. No necesitaba un hombre.<br />

En <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de arriba de <strong>la</strong> galería <strong>en</strong>contré a mi ayudante,<br />

Jane Tilwell, merodeando cerca de <strong>la</strong> puerta de mi despacho.<br />

Llevaba un traje pantalón de Armani que mostraba una esbelta<br />

y atlética figura por <strong>la</strong> que muchas mujeres habrían matado. Se<br />

había cortado su cabello castaño c<strong>la</strong>ro, y me gustaba el corte,<br />

de punta. Le daba un toque moderno y fresco. Algo que cuadraba,<br />

supongo, con <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> que estaba int<strong>en</strong>tando proyectar. Jane<br />

era una de mis compañeras favoritas.<br />

Cuando me uní a <strong>la</strong> galería Holman, me di cu<strong>en</strong>ta<br />

inmediatam<strong>en</strong>te de que Jane Tilwell estaba si<strong>en</strong>do desperdiciada<br />

<strong>en</strong> su puesto actual, y que debería ser nombrada<br />

subdirectora. Esperaba resolver esa situación cuando yo misma<br />

fuera nombrada directora. Me ofreció una de sus rápidas y<br />

agradables sonrisas.<br />

—¿Qué pasa? —pregunté, det<strong>en</strong>iéndome fr<strong>en</strong>te a el<strong>la</strong><br />

y echando un vistazo a mi despacho.<br />

—El señor Storey quiere reunirse contigo antes de <strong>la</strong><br />

negociación del contrato de Montgomery —Me <strong>en</strong>tregó<br />

<strong>la</strong> carpeta que cont<strong>en</strong>ía el contrato de Shamus Montgomery.<br />

13


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 14<br />

DEANNA LEE<br />

—¿Dónde está? —pregunté, y miré mi reloj. Francam<strong>en</strong>te,<br />

lo último que me apetecía hacer era char<strong>la</strong>r con Milton<br />

Storey, otra vez, sobre el contrato de Montgomery.<br />

—El señor Storey está ya <strong>en</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> de juntas —Inclinó<br />

<strong>la</strong> cabeza, seña<strong>la</strong>ndo nuestra <strong>en</strong>orme sa<strong>la</strong> de reuniones, que<br />

estaba <strong>en</strong> el a<strong>la</strong> opuesta del edificio.<br />

La miré de nuevo y agité <strong>la</strong> cabeza.<br />

—Odio lo bi<strong>en</strong> que te queda ese traje.<br />

—Lo pillé <strong>en</strong> <strong>la</strong>s rebajas —Sonrió con <strong>la</strong> petu<strong>la</strong>nte<br />

expresión de <strong>la</strong> mujer que se ha ahorrado un montón de<br />

dinero, y lo sabe.<br />

—¿Te compraste un traje de Armani <strong>en</strong> <strong>la</strong>s rebajas y<br />

no me avisaste? —La miré rápidam<strong>en</strong>te—. Eso podría ser<br />

causa de despido.<br />

Jane se rió mi<strong>en</strong>tras yo <strong>en</strong>traba <strong>en</strong> mi despacho, tiraba<br />

mi bolso <strong>en</strong> un cajón del escritorio y cogía mi ag<strong>en</strong>da. La<br />

importante reunión, con Shamus Montgomery <strong>en</strong> persona,<br />

era mi último punto del día; resultaba curioso que esto no me<br />

pusiera de bu<strong>en</strong> humor. Mi despacho <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería de arte era<br />

el segundo más grande de <strong>la</strong> tercera p<strong>la</strong>nta, y t<strong>en</strong>ía el aspecto<br />

de una pecera. La pared que daba a <strong>la</strong> zona de trabajo g<strong>en</strong>eral<br />

estaba totalm<strong>en</strong>te hecha de cristal. El arquitecto que había<br />

diseñado el edificio había apostado por el cristal, el metal, y<br />

un diseño moderno. Yo lo odiaba. Hubiera dado mi mejor<br />

bolso Gucci por una pared de verdad.<br />

El resto de <strong>la</strong> habitación estaba pintado de color hueso,<br />

y el mobiliario se confundía con él. A primera vista, los<br />

visitantes podían p<strong>en</strong>sar que el mobiliario surgía directam<strong>en</strong>te<br />

de <strong>la</strong> alfombra. A <strong>mí</strong> me resultaba inquietante. La zona de<br />

trabajo g<strong>en</strong>eral no era distinta, con tone<strong>la</strong>das de cristal y<br />

aluminio sali<strong>en</strong>do de <strong>la</strong> alfombra gris como si de un jardín de<br />

metal se tratase.<br />

Cogí <strong>la</strong> carpeta que cont<strong>en</strong>ía el contrato de Montgomery<br />

y un bolígrafo. Ap<strong>la</strong>zar <strong>la</strong> confrontación con Milton no haría<br />

que <strong>la</strong> reunión, o el día, avanzaran más rápidam<strong>en</strong>te. Los<br />

hombres y mujeres que trabajaban <strong>en</strong> <strong>la</strong> zona g<strong>en</strong>eral se<br />

14


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 15<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

mantuvieron <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio cuando dejé mi despacho y crucé <strong>la</strong><br />

sa<strong>la</strong>. En <strong>la</strong> galería había g<strong>en</strong>te que me apoyaba, y g<strong>en</strong>te que no<br />

lo hacía. Milton Storey había sido el director de <strong>la</strong> galería<br />

durante casi quince años, y <strong>la</strong> decisión de <strong>la</strong> junta de darme su<br />

puesto había molestado a algunos de los trabajadores. Sabía que<br />

<strong>en</strong> agosto, cuando me convirtiera <strong>en</strong> directora, seguram<strong>en</strong>te<br />

t<strong>en</strong>dría un par de puestos que reocupar.<br />

Cuando <strong>en</strong>tré <strong>en</strong> <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> de reuniones, Milton Storey<br />

estaba hab<strong>la</strong>ndo por su teléfono móvil. Me s<strong>en</strong>té a varias sil<strong>la</strong>s<br />

de distancia de él, y dejé caer <strong>la</strong> carpeta sobre <strong>la</strong> mesa fr<strong>en</strong>te a<br />

<strong>mí</strong>. Sólo llevaba seis meses <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería, y había pasado esos seis<br />

meses reorganizándolo todo <strong>para</strong> que <strong>en</strong>cajara conmigo. Milton<br />

había aceptado <strong>la</strong> mayoría de esos cambios <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio, aunque<br />

cada vez se mostraba más dispuesto a pres<strong>en</strong>tar batal<strong>la</strong>.<br />

Terminó su l<strong>la</strong>mada bruscam<strong>en</strong>te y se giró hacia <strong>mí</strong>.<br />

Su rostro parecía tranquilo, pero sus ojos le traicionaban,<br />

mostrando una irritación y un miedo que quise ignorar, y no<br />

pude. Milton Storey se estaba vi<strong>en</strong>do obligado a abandonar<br />

un trabajo que adoraba. Finalm<strong>en</strong>te, habló.<br />

—Este contrato con Montgomery es un error.<br />

—James Brooks quiere que se contrate a Shamus<br />

Montgomery. De hecho, ha dejado c<strong>la</strong>ro que ti<strong>en</strong>e un interés<br />

personal <strong>en</strong> el éxito de este contrato —Además, había insistido <strong>en</strong><br />

que perder <strong>la</strong> cu<strong>en</strong>ta de Montgomery podría ser nefasto <strong>para</strong><br />

<strong>mí</strong>—. Enti<strong>en</strong>do que no es un artista que tú comprarías, pero<br />

ambos sabemos que <strong>la</strong> junta ti<strong>en</strong>e p<strong>la</strong>nes <strong>para</strong> esta galería que<br />

no estás dispuesto siquiera a considerar.<br />

—Todavía no ti<strong>en</strong>es mi puesto —Su rostro estaba rojo<br />

de rabia, pero fue <strong>la</strong> frialdad de sus ojos lo que me sorpr<strong>en</strong>dió.<br />

—¿Qué es lo que más odias de <strong>mí</strong>? —contesté—. ¿Mi<br />

género, mi edad, o que <strong>la</strong> junta ya no crea que sepas lo que es<br />

mejor <strong>para</strong> esta galería?<br />

—No me gustas tú, señorita Rothell. Tu edad y tu<br />

género no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nada que ver con ello —me espetó, y <strong>en</strong>tonces<br />

se s<strong>en</strong>tó de nuevo <strong>en</strong> su sil<strong>la</strong>. Era <strong>la</strong> primera vez que reconocía<br />

que t<strong>en</strong>ía un res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to personal hacia <strong>mí</strong>.<br />

15


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 16<br />

DEANNA LEE<br />

—Entré <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería Holman <strong>para</strong> llevar a cabo este<br />

tipo de proyectos.<br />

—Lo único que estás haci<strong>en</strong>do es destrozar <strong>la</strong> galería que<br />

yo he tardado años <strong>en</strong> construir. Has introducido una serie de<br />

obras vulgares y profanas que están alejando a nuestra cli<strong>en</strong>te<strong>la</strong>.<br />

—Nuestros b<strong>en</strong>eficios se han dob<strong>la</strong>do <strong>en</strong> los seis meses<br />

<strong>en</strong> los que yo me he ocupado de <strong>la</strong>s colecciones.<br />

—Dinero ganado con pornografía ligeram<strong>en</strong>te disfrazada.<br />

—Si ti<strong>en</strong>es algún problema con el modo <strong>en</strong> el que se<br />

están haci<strong>en</strong>do <strong>la</strong>s cosas, hab<strong>la</strong> con <strong>la</strong> junta.<br />

Observé cómo su rostro <strong>en</strong>rojecía de rabia, pero no<br />

dijo nada. Conseguir mi fracaso y despido había sido el<br />

primer punto de su ag<strong>en</strong>da desde el día <strong>en</strong> el que reemp<strong>la</strong>cé a<br />

<strong>la</strong> jov<strong>en</strong> y francam<strong>en</strong>te poco pre<strong>para</strong>da mujer que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> el<br />

puesto de subdirectora.<br />

No me preocupaban sus confabu<strong>la</strong>ciones. Sabía lo que<br />

quería <strong>la</strong> junta de dirección, y estaba proporcionándoselo<br />

a pa<strong>la</strong>das. Se abrió <strong>la</strong> puerta, y ambos nos vimos obligados a<br />

poner una sonrisa <strong>en</strong> nuestros rostros mi<strong>en</strong>tras Jane hacía pasar<br />

a Shamus.<br />

Había pasado tres días pre<strong>para</strong>ndo mi primera<br />

<strong>en</strong>trevista con Shamus Montgomery. Sin embargo, cuando<br />

mis ojos se <strong>en</strong>contraron con aquel hombre por primera vez,<br />

supe que no me había pre<strong>para</strong>do lo sufici<strong>en</strong>te. Mi abue<strong>la</strong> me<br />

dijo una vez que los hombres son como el vino. Algunos son<br />

amargos y difíciles de tragar, y otros yac<strong>en</strong> <strong>en</strong> tu l<strong>en</strong>gua con una<br />

dulzura que puede hacer que se te erice <strong>la</strong> piel.<br />

Me pregunté a qué sabría él.<br />

Shamus Montgomery, conocido por sus apasionadas y<br />

eróticas esculturas, era un sólido y s<strong>en</strong>sual recordatorio de mi<br />

cama vacía… y estaba desnudándome con <strong>la</strong> mirada.<br />

Correspondí a su desvergonzada inspección con otra.<br />

Piel oscura. Ojos tan oscuros que eran casi negros. Y<br />

un fuerte y anguloso rostro que cualquier modelo habría<br />

16


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 17<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

deseado t<strong>en</strong>er. Su cabello estaba afeitado al estilo que al<br />

parecer prefier<strong>en</strong> <strong>la</strong> mayoría de hombres negros. El suave<br />

rasgado de los rabillos de sus ojos me recordó que su abue<strong>la</strong><br />

era china.<br />

Sabía un montón de cosas de Shamus Montgomery<br />

como artista. Sin embargo, <strong>la</strong> necesidad de saber más sobre<br />

él como hombre salió a <strong>la</strong> superficie a los pocos segundos de<br />

verlo por primera vez. No había duda <strong>en</strong> el deseo que recorría<br />

mi cuerpo. Mi reacción física me sorpr<strong>en</strong>dió. Había pasado<br />

mucho tiempo desde <strong>la</strong> última vez que un hombre había<br />

provocado mi interés sexual.<br />

Me levanté de <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> y le ofrecí <strong>la</strong> mano. Contuve el<br />

ali<strong>en</strong>to mi<strong>en</strong>tras mis dedos desaparecían <strong>en</strong>tre los suyos.<br />

Cálida, <strong>en</strong>callecida, y fuerte, fueron <strong>la</strong>s primeras cosas que<br />

p<strong>en</strong>sé de su mano.<br />

—Es un p<strong>la</strong>cer, señor Montgomery. Es un honor<br />

<strong>para</strong> Holman que nos t<strong>en</strong>ga como primera opción <strong>para</strong> su<br />

próxima exposición.<br />

Bi<strong>en</strong>, había conseguido balbucear dos frases completas.<br />

Aparté mis dedos de los suyos y luché contra <strong>la</strong> ap<strong>la</strong>stante<br />

necesidad de gatear por <strong>la</strong> mesa de confer<strong>en</strong>cia y subirme a su<br />

regazo. Me s<strong>en</strong>té.<br />

Aproveché el instante <strong>en</strong> el que Milton saludaba a<br />

Shamus <strong>para</strong> recuperar el control. Mis p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>tos se<br />

habían visto dispersados por una lujuria pura y sin adulterar.<br />

—Estoy aquí por usted, señorita Rothell. Su reputación<br />

<strong>la</strong> precede.<br />

Noté el calor subi<strong>en</strong>do por mi rostro, y eso me molestó.<br />

El sonrojo no formaba parte de <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> de mujer moderna e<br />

intelig<strong>en</strong>te que había tardado más de dos años <strong>en</strong> desarrol<strong>la</strong>r.<br />

La terapia, <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses de autodef<strong>en</strong>sa y <strong>la</strong> determinación me<br />

habían ayudado a forjar un lugar <strong>en</strong> el mundo donde me s<strong>en</strong>tía<br />

segura, y con el control.<br />

De nuevo s<strong>en</strong>tada, observé cómo Shamus Montgomery<br />

se<strong>para</strong>ba <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> que estaba justam<strong>en</strong>te fr<strong>en</strong>te a <strong>mí</strong>. Era alto, al<br />

m<strong>en</strong>os de un metro nov<strong>en</strong>ta, y t<strong>en</strong>ía <strong>la</strong> elegancia de un<br />

17


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 18<br />

DEANNA LEE<br />

<strong>en</strong>orme guepardo. Se s<strong>en</strong>tó y se conc<strong>en</strong>tró <strong>en</strong> <strong>mí</strong> como si yo<br />

fuera <strong>la</strong> única persona <strong>en</strong> <strong>la</strong> habitación. Era el tipo de at<strong>en</strong>ción<br />

masculina de <strong>la</strong> que habría disfrutado <strong>en</strong> el pasado, pero ahora<br />

hacía que me sintiera incómoda. Por Dios, aquel hombre<br />

era impresionante.<br />

Esperé hasta que se hubo acomodado antes de com<strong>en</strong>zar<br />

a hab<strong>la</strong>r.<br />

—T<strong>en</strong>go <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que ti<strong>en</strong>e veintidós piezas pre<strong>para</strong>das<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> exposición.<br />

—Sí, pero siempre hay veintitrés. Es lo que esperará<br />

mi público —Inclinó <strong>la</strong> cabeza y fijó su mirada <strong>en</strong> mi rostro—.<br />

Necesito a <strong>la</strong> mujer adecuada <strong>para</strong> <strong>la</strong> última pieza.<br />

—La galería le ayudará a <strong>en</strong>contrar a una modelo<br />

dispuesta —Saqué el contrato y lo coloqué fr<strong>en</strong>te a <strong>mí</strong>. La<br />

mujer adecuada. Evité fruncir el ceño. ¿Acababa de prometer<br />

a aquel guapísimo e increíble hombre que t<strong>en</strong>dría a <strong>la</strong><br />

mujer adecuada?<br />

—Ya he elegido a <strong>la</strong> modelo.<br />

«Ya ha <strong>en</strong>contrado a <strong>la</strong> mujer adecuada —p<strong>en</strong>sé—.<br />

Una chica con suerte».<br />

Tan pronto como descubriera quién era, <strong>la</strong> iba a odiar<br />

con toda mi alma.<br />

—Bi<strong>en</strong>, he hecho los cambios <strong>en</strong> el contrato que su<br />

abogado insistió <strong>en</strong> que se hicieran, y he incluido los términos<br />

que habíamos acordado previam<strong>en</strong>te. Sin embargo, debo<br />

admitir que su estipu<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong>s condiciones fiduciarias ha<br />

sido difícil de v<strong>en</strong>der a <strong>la</strong> junta.<br />

—No me gusta compartir mi trabajo con g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

que no puedo confiar. Si <strong>la</strong> exhibición <strong>en</strong> <strong>la</strong> galería Holman<br />

demuestra ser una experi<strong>en</strong>cia p<strong>la</strong>c<strong>en</strong>tera <strong>para</strong> <strong>mí</strong>, no t<strong>en</strong>dré<br />

necesidad de retirar mi trabajo de sus hábiles manos —Se<br />

detuvo, miró mi rostro cuidadosam<strong>en</strong>te, y después me preguntó,<br />

<strong>en</strong> voz baja—. ¿No ti<strong>en</strong>e curiosidad por saber quién será <strong>la</strong> mujer<br />

que pose <strong>para</strong> <strong>mí</strong>?<br />

18


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 19<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

Me obligué a sost<strong>en</strong>er su mirada, ad<strong>en</strong>trándome <strong>en</strong><br />

esos oscuros ojos castaños rodeados de espesas y oscuras<br />

pestañas. Había diversión <strong>en</strong> ellos, y <strong>en</strong> <strong>la</strong> curvatura de sus<br />

firmes <strong>la</strong>bios. De nuevo s<strong>en</strong>tí el deseo de saber a qué sabía.<br />

Dejé que mi mirada se deslizara sobre los fuertes y angulosos<br />

rasgos de su rostro. Aquel hombre parecía un ángel caído. Un<br />

ángel caído trem<strong>en</strong>dam<strong>en</strong>te travieso.<br />

Devolviéndole <strong>la</strong> sonrisa, miré deliberadam<strong>en</strong>te el<br />

contrato, antes de hab<strong>la</strong>r.<br />

—La galería se asegurará de que t<strong>en</strong>ga a <strong>la</strong> modelo que<br />

necesite <strong>para</strong> su última pieza —Empujé el contrato a través de<br />

<strong>la</strong> mesa con el bolígrafo.<br />

Milton Storey gruñó cuando Shamus cogió el<br />

bolígrafo y firmó ambas copias con marcados y conci<strong>en</strong>zudos<br />

trazos. Empujó el contrato de vuelta hacia <strong>mí</strong>, pero no levantó<br />

sus dedos cuando yo int<strong>en</strong>té cogerlo.<br />

—La veré a <strong>la</strong>s seis de <strong>la</strong> tarde.<br />

Levanté <strong>la</strong> mirada y me <strong>en</strong>contré con <strong>la</strong> suya, ignorando <strong>la</strong><br />

inha<strong>la</strong>ción que había provocado <strong>en</strong> Milton aquel<strong>la</strong> afirmación.<br />

Abrí <strong>la</strong> boca, sorpr<strong>en</strong>dida.<br />

—¿Disculpe?<br />

—Usted será <strong>la</strong> modelo de mi último proyecto,<br />

señorita Rothell —Se levantó mi<strong>en</strong>tras yo firmaba los<br />

contratos—. ¿Sabe dónde está mi estudio?<br />

As<strong>en</strong>tí, aturdida. Con manos sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

firmes, le t<strong>en</strong>dí su copia del contrato, y después me s<strong>en</strong>té de<br />

nuevo. Incluso me s<strong>en</strong>tí ligeram<strong>en</strong>te orgullosa de haberme<br />

acordado de firmar los contratos, y de darle a él una copia. Lo<br />

observé mi<strong>en</strong>tras dob<strong>la</strong>ba el contrato y lo guardaba <strong>en</strong> un<br />

bolsillo del interior de su chaqueta.<br />

Después de un breve intercambio con Milton, aquel<br />

maldito hombre se marchó, dejándome a so<strong>la</strong>s con el contrato.<br />

Int<strong>en</strong>tando no temb<strong>la</strong>r, lo coloqué de nuevo <strong>en</strong> <strong>la</strong><br />

carpeta con el nombre de Shamus Montgomery <strong>en</strong> <strong>la</strong> cubierta,<br />

y me levanté.<br />

—Esto debería ser archivado.<br />

19


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 20<br />

DEANNA LEE<br />

Sin molestarme <strong>en</strong> mirar a Milton, dejé <strong>la</strong> habitación y<br />

me apresuré <strong>en</strong> llegar a mi despacho.<br />

Jane estaba <strong>en</strong> mi oficina cuando <strong>en</strong>tré. Saltó de mi<br />

escritorio y sonrió.<br />

—He contestado todos los emails de tu bandeja de<br />

<strong>en</strong>trada. Ti<strong>en</strong>es cuatro <strong>en</strong>trevistas mañana antes del almuerzo,<br />

y he confirmado los pre<strong>para</strong>tivos <strong>para</strong> el viaje de <strong>la</strong> señorita<br />

Carol Banks. Estará aquí el viernes, como estaba p<strong>la</strong>neado<br />

—Caminó hasta colocarse fr<strong>en</strong>te a <strong>mí</strong>, y me miró fijam<strong>en</strong>te—.<br />

¿Y bi<strong>en</strong>?<br />

As<strong>en</strong>tí.<br />

—Ha firmado.<br />

—¡Joder, Mercy! Eso es g<strong>en</strong>ial —Cogió <strong>la</strong> carpeta de<br />

mi <strong>en</strong>tonces <strong>para</strong>lizada mano—. ¿Qué pasa?<br />

Tragué saliva con dificultad, y negué con <strong>la</strong> cabeza.<br />

—No te lo vas a creer.<br />

—Vamos, suéltalo.<br />

—Shamus Montgomery quiere que pose <strong>para</strong> <strong>la</strong><br />

última pieza de su colección.<br />

—Oh. Dios <strong>mí</strong>o.<br />

Oh, Dios <strong>mí</strong>o, sí. Aquel maldito hombre había firmado<br />

el contrato después de que yo le asegurara que <strong>la</strong> galería le<br />

proporcionaría a <strong>la</strong> modelo que quisiera. Me había t<strong>en</strong>dido una<br />

trampa. Estaba excitada, y asustada. Hubiera sido idiota negar que<br />

<strong>en</strong>contraba a Shamus Montgomery dem<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te atractivo.<br />

—Mercy, eso es fantástico.<br />

Me giré y <strong>la</strong> miré fijam<strong>en</strong>te.<br />

—Dime, Jane, exactam<strong>en</strong>te, ¿qué parte de esto es fantástica?<br />

—¡V<strong>en</strong>ga! Un hombre atractivo quiere desnudarte y<br />

esculpirte. ¿Qué demonios podría ser mejor que eso?<br />

Estaba quince kilos por <strong>en</strong>cima de mi peso ideal, y<br />

usaba <strong>la</strong> tal<strong>la</strong> 46. Nunca había sido una de esas mujeres que<br />

se obsesionan con <strong>la</strong>s dietas; sin embargo, hubiera preferido ser<br />

más delgada. Además, no t<strong>en</strong>ía interés <strong>en</strong> desnudarme <strong>para</strong><br />

un artista. Agitando <strong>la</strong> cabeza, me giré <strong>para</strong> <strong>en</strong>contrar a Jane<br />

20


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 21<br />

1- Ag<strong>en</strong>cia de Protección Medioambi<strong>en</strong>tal estadounid<strong>en</strong>se.<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

mirándome. Frunció el ceño, caminó hasta <strong>la</strong> puerta de mi<br />

despacho y <strong>la</strong> cerró.<br />

Se dio <strong>la</strong> vuelta y me miró con expresión decidida.<br />

—Mercy, eres una mujer muy hermosa.<br />

—Gracias, Jane —Yo me consideraba atractiva, y no<br />

sabía cómo explicar a Jane lo que estaba p<strong>en</strong>sando realm<strong>en</strong>te.<br />

—Ti<strong>en</strong>es una cara adorable, y un bonito cuerpo con<br />

curvas —Ext<strong>en</strong>dió los brazos <strong>para</strong> mostrar el esbelto y<br />

estilizado cuerpo que yo <strong>en</strong>vidiaba <strong>en</strong> secreto—. Yo soy casi<br />

un chico.<br />

Riéndome, negué con <strong>la</strong> cabeza y me s<strong>en</strong>té <strong>en</strong> mi escritorio.<br />

—No te pareces a ningún chico que yo haya visto nunca.<br />

Jane se inclinó sobre mi escritorio.<br />

—Mira, un hombre como Shamus Montgomery no<br />

comete errores. Quiere esculpirte a ti, Mercy. No a <strong>mí</strong>, y no a <strong>la</strong><br />

señorita Johnson Tetas Falsas de ahí afuera.<br />

Miré a través del muro de cristal, a <strong>la</strong> zona de trabajo<br />

donde estaba el escritorio de Sarah Johnson.<br />

—¿Crees que son de m<strong>en</strong>tira?<br />

—¿Estás de coña? No pued<strong>en</strong> ser de verdad —soltó<br />

Jane—. Estoy p<strong>en</strong>sando <strong>en</strong> d<strong>en</strong>unciar<strong>la</strong> a <strong>la</strong> EPA 1 .<br />

—¿Por qué?<br />

Jane se <strong>en</strong>cogió de hombros.<br />

—No es posible que siga si<strong>en</strong>do biodegradable.<br />

Me reí, y miré de nuevo a Sarah; Milton estaba<br />

haciéndole <strong>la</strong> corte <strong>en</strong> su escritorio. Personalm<strong>en</strong>te lo<br />

<strong>en</strong>contraba tedioso, <strong>la</strong> mayor parte de <strong>la</strong>s veces, pero era<br />

obvio por qué Sarah fingía interés. Creía que podía ayudar<strong>la</strong> a<br />

llegar a alguna parte <strong>en</strong> el mundo del arte. A pesar de su<br />

próxima retirada forzosa de <strong>la</strong> galería Holman, Milton Storey<br />

t<strong>en</strong>ía influ<strong>en</strong>cia.<br />

Milton terminó de pavonearse ante el peligro<br />

medioambi<strong>en</strong>tal, y se dirigió a mi oficina.<br />

—Será mejor que te marches —dije a Jane—, o t<strong>en</strong>drá<br />

una oportunidad <strong>para</strong> preguntarte por qué no has salido aún<br />

con su hijo.<br />

21


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 22<br />

DEANNA LEE<br />

Jane hizo una mueca y se cruzó con Milton justo<br />

cuando este <strong>en</strong>traba <strong>en</strong> <strong>la</strong> habitación. El rápido movimi<strong>en</strong>to lo<br />

confundió por un mom<strong>en</strong>to, y su mirada se movió <strong>en</strong>tre <strong>la</strong><br />

silueta que salía y yo, varias veces, antes de decidirse por mi cara.<br />

—¿Qué puedo hacer por ti, Milton?<br />

—Acabo de contarle a Sarah lo del trato con Shamus<br />

Montgomery. Está dispuesta a reemp<strong>la</strong>zarte como modelo<br />

—Milton se metió <strong>la</strong>s manos <strong>en</strong> los bolsillos de sus pantalones,<br />

e inclinó <strong>la</strong> cabeza—. Es más jov<strong>en</strong> y delgada que tú.<br />

«Más jov<strong>en</strong>, más delgada y más plástica». Miré hacia<br />

Sarah, y supe exactam<strong>en</strong>te lo que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> m<strong>en</strong>te. Se<br />

he<strong>la</strong>ría el infierno antes de que yo <strong>la</strong> dejara desfi<strong>la</strong>r <strong>en</strong> toda su<br />

artificial gloria ante Shamus Montgomery. No estaba totalm<strong>en</strong>te<br />

conv<strong>en</strong>cida de posar <strong>para</strong> él, pero sabía que no permitiría que lo<br />

hiciera el<strong>la</strong> tampoco.<br />

—El señor Montgomery ya ha elegido. Le prometí que<br />

<strong>la</strong> galería le proporcionaría <strong>la</strong> modelo que quisiera —Me<br />

eché hacia atrás <strong>en</strong> el sillón, y observé que Milton se movía<br />

con nerviosismo.<br />

Por fin, miró a Sarah y se <strong>en</strong>cogió de hombros.<br />

La señorita Tetas Falsas me miró, y después volvió a<br />

su trabajo.<br />

Mi teléfono sonó. Milton salió de mi despacho,<br />

dejando <strong>la</strong> puerta abierta, cosa que odiaba. Mi<strong>en</strong>tras cogía el<br />

teléfono, Jane se acercó a <strong>la</strong> puerta y <strong>la</strong> cerró cuidadosam<strong>en</strong>te.<br />

Iba a echar<strong>la</strong> de m<strong>en</strong>os cuando fuera a prisión por asesinar<br />

a Milton.<br />

—Dígame.<br />

—¿Señorita Rothell?<br />

Shamus Montgomery. Su voz era suave y refinada,<br />

aunque despertaba algo salvaje y casi indescriptible <strong>en</strong> <strong>mí</strong>.<br />

Quería estar <strong>en</strong>fadada con él por su atrevimi<strong>en</strong>to, pero <strong>la</strong><br />

verdad era que disfrutaba tanto de su arrogancia que no podía<br />

esperar a <strong>en</strong>redarme de nuevo con él. El hecho de que<br />

hubiera l<strong>la</strong>mado tan pronto me hizo p<strong>en</strong>sar que quizá él se<br />

s<strong>en</strong>tía igual.<br />

22


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 23<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

—Señor Montgomery, me alegro de que haya l<strong>la</strong>mado.<br />

No me ha dado demasiado tiempo <strong>para</strong> considerar su oferta<br />

—Mi saque de apertura fue recibido con un breve sil<strong>en</strong>cio.<br />

—No era una oferta.<br />

Miré mi escritorio, suspiré, y después miré a Jane, que<br />

estaba <strong>en</strong> <strong>la</strong> zona de trabajo. Sost<strong>en</strong>ía un trozo de papel con<br />

SHAMUS MONTGOMERY ES UN DIOS escrito <strong>en</strong> él<br />

con <strong>en</strong>ormes letras rojas. La miré y giré mi sil<strong>la</strong> <strong>para</strong> no t<strong>en</strong>er<br />

que ver<strong>la</strong> de nuevo, a el<strong>la</strong>, o a su estúpido letrero.<br />

—Le aseguro que hay montones de mujeres que, de<br />

bu<strong>en</strong>a gana, se desnudarían y posarían <strong>para</strong> usted. Pero<br />

parece que yo no soy una de el<strong>la</strong>s —Aquel<strong>la</strong> era una maldita<br />

m<strong>en</strong>tira. Bu<strong>en</strong>o, era una m<strong>en</strong>tira a medias. Me resultaba fácil<br />

imaginarme desnuda con Shamus Montgomery; era lo de<br />

posar lo que me dejaba fría. Me conc<strong>en</strong>tré <strong>en</strong> una de mis uñas,<br />

y fruncí el ceño al ver <strong>la</strong> cutícu<strong>la</strong>. Era el ejemplo perfecto de<br />

cómo me s<strong>en</strong>tía interiorm<strong>en</strong>te: desaliñada.<br />

—T<strong>en</strong>go <strong>la</strong> s<strong>en</strong>sación de que es el mom<strong>en</strong>to de que<br />

hagas algo distinto —dijo.<br />

—No estoy estancada —le espeté, y <strong>en</strong>tonces fruncí el<br />

ceño, dándome cu<strong>en</strong>ta de que no había dicho nada al respecto.<br />

Su sil<strong>en</strong>cio no era cómodo. Casi podía oír <strong>la</strong> maquinaria<br />

girando <strong>en</strong> su cabeza mi<strong>en</strong>tras consideraba lo que mi respuesta<br />

le había reve<strong>la</strong>do. Cerrando los ojos, esperé a que dijera algo.<br />

Cualquier cosa.<br />

—No llegues tarde, Mercy.<br />

Colgó. Crucé <strong>la</strong>s piernas, e int<strong>en</strong>té ignorar <strong>la</strong> humedad<br />

<strong>en</strong> mis medias, y <strong>la</strong> sutil vibración <strong>en</strong> mi clítoris. La rabia y el<br />

deseo se retorcían <strong>en</strong> mi cuerpo, y no t<strong>en</strong>er un modo de<br />

canalizar ninguna de estas cosas me hacía s<strong>en</strong>tirme frustrada,<br />

y profundam<strong>en</strong>te confusa. Ni siquiera podía recordar <strong>la</strong><br />

última vez que había conocido a un hombre que estimu<strong>la</strong>ra<br />

mi cuerpo como lo hacía Shamus Montgomery.<br />

Giré mi sil<strong>la</strong> y miré a Jane, que estaba fingi<strong>en</strong>do que<br />

trabajaba <strong>en</strong> su ord<strong>en</strong>ador. Eché un vistazo a mi propio<br />

23


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 24<br />

DEANNA LEE<br />

monitor y me di cu<strong>en</strong>ta de que mi programa de m<strong>en</strong>sajería<br />

instantánea estaba parpadeando. Hice clic <strong>en</strong> <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana, y vi<br />

un m<strong>en</strong>saje de Jane.<br />

«Sólo una idiota rechazaría <strong>la</strong> oportunidad de pasar el<br />

verano DESNUDA con Shamus Montgomery».<br />

«Vete a <strong>la</strong> mierda», contesté, y después cerré el programa.<br />

Observé cómo se reía Jane un mom<strong>en</strong>to, y después<br />

giré de nuevo mi sil<strong>la</strong> <strong>para</strong> mirar por <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana. El<strong>la</strong> t<strong>en</strong>ía<br />

razón. Shamus Montgomery era un hombre atractivo y con<br />

tal<strong>en</strong>to, y <strong>la</strong>s mujeres viajaban miles de kilómetros <strong>para</strong> posar<br />

<strong>para</strong> él. Debería s<strong>en</strong>tirme orgullosa de que me quisiera <strong>en</strong> su<br />

estudio. Era un gran artista, y sabía dar forma a una mujer.<br />

Aun así, su deseo de capturar mi alma me intranquilizaba.<br />

Exponerme a un hombre como Shamus era un paso<br />

mucho mayor que cualquier cosa <strong>en</strong> <strong>la</strong> que mi terapeuta y yo<br />

hubiéramos trabajado. No soportaba s<strong>en</strong>tirme vulnerable.<br />

Había int<strong>en</strong>tado con todas mis fuerzas dejar atrás mi experi<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> Nueva York, pero eso no significaba que estuviera pre<strong>para</strong>da<br />

<strong>para</strong> exponerme.<br />

A pesar de todos esos miedos y de <strong>la</strong> rabia que s<strong>en</strong>tía<br />

por que Shamus me hubiera ganado, me había quedado con<br />

una fina capa de excitación que hervía bajo mi piel. Casi podía<br />

s<strong>en</strong>tir sus manos moviéndose sobre mi cuerpo, <strong>la</strong> presión de<br />

su cuerpo contra el <strong>mí</strong>o y <strong>la</strong> rotunda punta de su pol<strong>la</strong><br />

abriéndose camino <strong>en</strong> mi interior.<br />

Bajé <strong>la</strong> cabeza hasta mi escritorio.<br />

—Qué puta pesadil<strong>la</strong>.<br />

Después del trabajo, corrí a esconderme <strong>en</strong> mi<br />

apartam<strong>en</strong>to. Llevaba dos años vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> Boston, y había<br />

utilizado ese tiempo <strong>para</strong> crear un espacio que era único, y<br />

solo <strong>mí</strong>o. El apartam<strong>en</strong>to t<strong>en</strong>ía cuatro habitaciones, incluy<strong>en</strong>do<br />

<strong>la</strong> cocina y el <strong>en</strong>orme baño. Mis muebles eran modernos sin<br />

ser incómodos, y había usado un color crema <strong>en</strong> cada<br />

24


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 25<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

habitación. Podría admitirme a <strong>mí</strong> misma que mi apartam<strong>en</strong>to<br />

era mi santuario lejos del mundo. Había apr<strong>en</strong>dido, por <strong>la</strong>s<br />

ma<strong>la</strong>s, lo cruel que puede ser <strong>la</strong> vida.<br />

Me quité los zapatos y los dejé junto a <strong>la</strong> puerta.<br />

Después de echarle un vistazo a <strong>la</strong> correspond<strong>en</strong>cia y tirar <strong>la</strong><br />

publicidad a <strong>la</strong> basura, llevé el resto a <strong>la</strong> mesa de <strong>la</strong> cocina y<br />

me s<strong>en</strong>té. El primer sobre era de Nueva York, y t<strong>en</strong>ía <strong>la</strong><br />

dirección de mi ex-novio Martin <strong>en</strong> el remite. Mi re<strong>la</strong>ción con<br />

Martin había sido una de <strong>la</strong>s pocas de mi vida que se había<br />

convertido <strong>en</strong> amistad cuando el sexo se terminó. Parecía una<br />

invitación de boda. Lo era. Fruncí el ceño mi<strong>en</strong>tras leía los<br />

detalles, y luego <strong>la</strong> tiré sobre <strong>la</strong> mesa. Sabía que no podía ir.<br />

Volver a Nueva York, aunque fuera <strong>para</strong> <strong>la</strong> boda de un amigo,<br />

era completam<strong>en</strong>te imposible <strong>para</strong> <strong>mí</strong>.<br />

La invitación de boda me había incomodado, y sabía<br />

por qué. Era egoísta y terriblem<strong>en</strong>te cruel, pero me dolía que<br />

Martin hubiera <strong>en</strong>contrado a algui<strong>en</strong> con qui<strong>en</strong> compartir su<br />

vida. Aunque sin duda se lo merecía. Martin era el mejor<br />

hombre que había conocido. Una parte muy egoísta de <strong>mí</strong><br />

esperaba que siguiera bebi<strong>en</strong>do los vi<strong>en</strong>tos por <strong>mí</strong>. Enfadada<br />

conmigo misma, me froté <strong>la</strong> cara.<br />

Me levanté, me hice un sándwich y volví a <strong>la</strong> mesa.<br />

Entonces abrí el resto de correo, hasta que solo me quedo un<br />

<strong>en</strong>orme sobre del museo <strong>para</strong> el que había trabajado <strong>en</strong> Nueva<br />

York. Temerosa, lo abrí y esparcí el cont<strong>en</strong>ido sobre <strong>la</strong> mesa.<br />

No recordaba haberme inscrito <strong>en</strong> <strong>la</strong> lista de correo del museo<br />

con <strong>la</strong> dirección de mi casa, pero debía de haberlo hecho.<br />

Había sido un error estúpido. Los bril<strong>la</strong>ntes folletos<br />

publicitarios se deslizaron uno sobre otro cuando cogí un<br />

comunicado de pr<strong>en</strong>sa con una foto de Jeff King <strong>en</strong> él. Había<br />

sido asc<strong>en</strong>dido, y ahora t<strong>en</strong>ía el puesto que yo había dejado<br />

hacía más de dos años.<br />

Dios, lo odiaba. Me pregunté si llegaría el día <strong>en</strong> el<br />

que podría mirar su rostro y no s<strong>en</strong>tir sus manos destrozándome<br />

<strong>la</strong>s <strong>en</strong>trañas. Casi podía oler su colonia. Me <strong>en</strong>furecía que<br />

25


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 26<br />

DEANNA LEE<br />

simplem<strong>en</strong>te su fotografía tuviera el poder de invadirme<br />

y herirme.<br />

El teléfono sonó mi<strong>en</strong>tras masticaba el resto de mi<br />

sándwich. Salté sobre él inmediatam<strong>en</strong>te, aliviada.<br />

—¿Diga?<br />

—Ho<strong>la</strong>. ¿Qué te vas a poner esta noche <strong>para</strong> ir a ver a<br />

Montgomery? ¿Vas a ponerte <strong>la</strong> ropa interior a juego? Ponte<br />

el perfume que compramos <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro comercial <strong>la</strong> semana<br />

pasada, el que lleva el nombre de aquel<strong>la</strong> cantante —Jane hizo<br />

una breve pausa—. Oye, ¿estás ahí?<br />

—Sí. Voy a ponerme el vestido azul, y t<strong>en</strong>go p<strong>la</strong>neado<br />

ponerme ropa interior a juego, y nada de perfume.<br />

—Oh, ¡v<strong>en</strong>ga, Mercy!<br />

—Jane, no t<strong>en</strong>go int<strong>en</strong>ción de seducir o provocar a<br />

Shamus Montgomery —Miré <strong>la</strong> cocina y el correo que había<br />

dejado sobre <strong>la</strong> mesa.<br />

—Si no echas un polvo pronto voy a t<strong>en</strong>er que r<strong>en</strong>ovar<br />

mi suscripción del P<strong>en</strong>thouse Forum.<br />

Me reí, divertida por su tono malhumorado.<br />

—¿Por qué no sales tú, y echas un polvo? Joder, echa<br />

otro por <strong>mí</strong>, ya puestos.<br />

Jane resopló y después suspiró profundam<strong>en</strong>te.<br />

—Los tíos dan asco, Mercy. Debería empezar a ir a los<br />

bares gay, e int<strong>en</strong>tar <strong>en</strong>contrar un amigo gay y una amante<br />

lesbiana. Entonces podría fingir que estoy <strong>en</strong> una serie de<br />

televisión, y no volvería a preocuparme por <strong>la</strong> aburrida<br />

vida real.<br />

Me incliné sobre <strong>la</strong> <strong>en</strong>cimera.<br />

—Tú y yo sabemos que no vas a olvidarte de los<br />

hombres. Sin embargo, una noche salvaje con una mujer<br />

ampliaría tus horizontes.<br />

Se rió, y casi pude ver<strong>la</strong> <strong>en</strong>cogiéndose de hombros. A<br />

pesar de su bravuconería y <strong>en</strong>canto, Jane era bastante dócil,<br />

y dudaba que se permitiera estar con otra mujer. Char<strong>la</strong>mos<br />

durante algunos minutos más, me recordó de nuevo que me<br />

26


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 27<br />

DESNÚDATE PARA MÍ<br />

pusiera perfume, y <strong>en</strong>tonces terminamos <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada. Apreciaba a<br />

Jane. Las amigas siempre habían sido una excepción <strong>en</strong> mi vida,<br />

pero eso no significaba que fuera a ducharme <strong>en</strong> colonia.<br />

Dejé el teléfono de nuevo <strong>en</strong> su base y me acerqué a <strong>la</strong><br />

mesa. El atractivo y cruel rostro de Jeff King me devolvió<br />

<strong>la</strong> mirada. Haci<strong>en</strong>do una mueca, cogí <strong>la</strong> foto y <strong>la</strong> rasgué por <strong>la</strong><br />

mitad. No significaba nada <strong>para</strong> <strong>mí</strong>. T<strong>en</strong>ía que creer eso. Lo<br />

había dejado atrás… a él, y a aquel<strong>la</strong> vida.<br />

A <strong>la</strong>s cuatro y media de <strong>la</strong> tarde, me obligué a meterme <strong>en</strong><br />

<strong>la</strong> ducha. Debajo del agua fría de <strong>la</strong> ducha de masaje, int<strong>en</strong>té,<br />

<strong>en</strong> vano, ac<strong>la</strong>rar mi m<strong>en</strong>te. La verdad era que, t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />

lo fascinante y atractivo que era Shamus Montgomery, yo<br />

sabía que era demasiado peligroso involucrarme con él. No era<br />

el tipo de peligro que marca y daña, sino <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de peligro<br />

que hace que <strong>la</strong> sangre hierva y <strong>la</strong> carne se cali<strong>en</strong>te por <strong>la</strong><br />

impaci<strong>en</strong>te pasión.<br />

Me apoyé <strong>en</strong> <strong>la</strong> pared de azulejos de mi p<strong>la</strong>ca de ducha,<br />

y cogí <strong>la</strong> alcachofa de su soporte. Ac<strong>la</strong>ré el jabón de mi cuerpo<br />

despreocupadam<strong>en</strong>te, y después deslicé el vibrante chorro<br />

<strong>en</strong>tre mis piernas. El agua fría se aba<strong>la</strong>nzó contra el calor de<br />

mi sexo, haci<strong>en</strong>do que mi clítoris <strong>la</strong>tiera con el dulce dolor<br />

de <strong>la</strong> excitación sexual. Con el pulgar, cambié los ajustes de <strong>la</strong><br />

ducha y presioné con mayor firmeza contra mis <strong>la</strong>bios. El<br />

agua golpeó mi clítoris de nuevo mi<strong>en</strong>tras movía l<strong>en</strong>tam<strong>en</strong>te<br />

<strong>la</strong> ducha alrededor.<br />

¿Sería Shamus el tipo de hombre que disfrutaba del<br />

p<strong>la</strong>cer de una mujer tanto como del suyo propio? ¿Se<br />

moverían sus manos sobre <strong>la</strong> piel con conocimi<strong>en</strong>to y habilidad?<br />

Me presioné contra <strong>la</strong> pared, con toda mi fuerza, y dirigí de<br />

nuevo el agua hacia mi clítoris. Me imaginé una l<strong>en</strong>gua<br />

moviéndose sobre <strong>mí</strong>, <strong>la</strong>mi<strong>en</strong>do mi sexo, y después<br />

subi<strong>en</strong>do <strong>para</strong> acariciar y rozar mi clítoris. El peligroso y<br />

estimu<strong>la</strong>dor p<strong>la</strong>cer del roce de los di<strong>en</strong>tes, y después los<br />

firmes <strong>la</strong>bios succionando.<br />

Cerré los ojos. T<strong>en</strong>sé <strong>la</strong>s piernas. Me corrí. El orgasmo<br />

azotó mi clítoris. Mis <strong>en</strong>trañas se t<strong>en</strong>saron <strong>en</strong> respuesta. El<br />

27


Desnudate <strong>para</strong> Mi? 11-03-10:Desnudando a Mercy 12/3/10 14:15 Página 28<br />

interior de mi vi<strong>en</strong>tre discordaba con <strong>la</strong> respuesta de mi<br />

cuerpo al incesante flujo de agua. ¿Había pasado tanto tiempo<br />

desde que un hombre me había ll<strong>en</strong>ado? Quería un hombre, y<br />

no era tan tonta como <strong>para</strong> creer que valdría cualquiera.<br />

Quería a Shamus. Sintiéndome mom<strong>en</strong>táneam<strong>en</strong>te débil,<br />

volví a colocar <strong>la</strong> ducha <strong>en</strong> el soporte, y respiré profundam<strong>en</strong>te.<br />

La urg<strong>en</strong>cia había desaparecido. La ardi<strong>en</strong>te lujuria<br />

que había estado cont<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do desde que puse los ojos <strong>en</strong><br />

Shamus Montgomery se había disipado, pero me pregunté<br />

cuánto duraría ese estado. T<strong>en</strong>ía <strong>la</strong> s<strong>en</strong>sación de que <strong>la</strong><br />

masturbación no sería un sustituto perman<strong>en</strong>te <strong>para</strong> Shamus.<br />

Cuando el teléfono sonó estaba a medio vestir. Para<br />

cuando llegué hasta él, el contestador automático ya había<br />

saltado. Me detuve y esperé hasta que mi versión electrónica<br />

dijo a qui<strong>en</strong> l<strong>la</strong>maba que no estaba disponible. Sonó el<br />

pitido, y lo único que oí fue sil<strong>en</strong>cio. Después colgaron con<br />

un suave clic. Tomé ali<strong>en</strong>to, irritada ante el temor que me<br />

había sobrecogido.<br />

Aunque habían pasado casi catorce meses desde <strong>la</strong><br />

última vez que Jeff me había l<strong>la</strong>mado, lo primero que p<strong>en</strong>saba<br />

siempre que t<strong>en</strong>ía una l<strong>la</strong>mada <strong>en</strong> el contestador era que<br />

había sido él. Cogí el teléfono y comprobé <strong>la</strong> id<strong>en</strong>tificación de<br />

<strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada. Era un “número desconocido”. Colgué el teléfono<br />

y me quedé allí de pie unos segundos, luchando contra <strong>la</strong><br />

<strong>para</strong>noia y el autodesprecio. Me odiaba por permitir que Jeff<br />

King tuviera un lugar <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te. Finalm<strong>en</strong>te, volví a mi<br />

habitación <strong>para</strong> terminar de vestirme.<br />

Cuando me aburrí de dar vueltas, cogí mi bolso y <strong>la</strong>s<br />

l<strong>la</strong>ves. No quería llegar tarde; eso permitiría que Shamus llevara<br />

<strong>la</strong> de<strong>la</strong>ntera.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!