“ Los polvos mágicos y la estrella fugaz “

LOS POLVOS MÁGICOS Y LA ESTRELLA FUGAZ
El día 24 de Diciembre de 2008, cinco amigos llamados: Álvaro, Pablo, Ángela,
Claudia y Andrea, estaban ansiosos para que llegara la Navidad.
Álvaro era alto, rubio, delgado, guapo, con los ojos marrones, simpático, risueño,
agradable y muy buen amigo.
Pablo era alto, moreno, delgado, guapo, con los ojos azules, simpático y gracioso.
Ángela era alta, rubia, con los ojos verdes, delgada, muy simpática, risueña, guapa y
muy buena amiga.
Claudia era de estatura media, guapa, simpática, con el pelo moreno, ojos marrones
oscuros y risueña.
Andrea era muy pija, con los ojos azules, pelo castaño, simpática y agradable.
Todos eran muy buenos amigos.
Ellos querían que llegara ya el día siguiente (25 de Diciembre, Navidad), porque los
profesores del orfanato les regalaban cosas muy chulas.
Estaban comiendo todos en el comedor y al terminar se fueron los cinco a la sala de
juegos, que estaba en el sótano. Pasaron allí toda la tarde. Pasadas las nueve, se fueron a
dormir. Salieron al balcón como todas las noches, y Álvaro y Ángela gritaron a la vez:
- ¡UNA ESTRELLA FUGAZ!
- ¡PEDID UN DESEO! Que dicen que cuando ves una estrella fugaz y pides un deseo se
cumple - dijo Andrea
Pidieron un deseo y los cinco a la vez dijeron:
- ¡QUEREMOS IR AL POLO NORTE¡ y empezaron a reírse.
Se fueron a la cama y, hablando, dijeron que el deseo no se iba a cumplir, que era una
barbaridad.
Al día siguiente Pablo se levanto porque estaba congelado e iba a ir a por una
chaqueta. Cuando se levantó, se dio cuenta de que no estaban el en orfanato. Entonces Pablo
despertó a los demás y dijo que estaban en el polo Norte. Empezaron a discutir de porqué
estaban allí, porque no se acordaban de lo que pasó el día anterior (Lo de la estrella fugaz)
Como tenían mucho frío, se fueron a buscar una casa que estuviese por esa zona. A
los diez minutos, encontraron una que estaba adornada por fuera con fotos y cosas de Papá

Noel. Dudaban de si esa era la casa de Papá Noel y decidieron tocar el timbre para
comprobarlo. Salieron dos abuelitos muy simpáticos y les invitaron a entrar. Los dos estaban
montando el belén y les dijeron que si querían ayudarles. Ellos dijeron que sí, pero que si les
podían dejar una chaqueta. Entraron a una habitación y vieron una caja fuerte y la puerta
estaba entornada, y cogieron un bote. Lo abrieron y… ¡eran unos polvos mágicos! Los
abuelitos se fueron a dormir y dejaron el belén montado. Los cinco fueron al salón a verlo y
empezaron a discutir por los polvos mágicos.
todos.
- ¡Dámelos, que los he visto yo primero! ¡Pero yo los he cogido!¡ ¡No, yo! - gritaban
Claudia y Álvaro estaban cogiendo el bote, uno por cada extremo y de repente…
¡Halaaaa! Todos los polvos se cayeron encima del belén y rápidamente fueron a la
habitación a dormir. Ángela se levantó por la noche para ir al baño y vio todas las figuritas
del belén moviéndose. Llamó a todos sus amigos para que lo vieran.
Cuando vieron lo ocurrido empezaron a gritar. Entonces los abuelitos se despertaron
por los ruidos. Cuando vieron el belén les dijeron:
- ¿Qué ha ocurrido? - dijo la abuelita.
El abuelito se quedó boquiabierto, porque era un ¡a gran idea montar todas las
navidades un belén humano.
Los cinco amigos se fueron a tomar el aire al balcón y vieron pasar una estrella
fugaz. Entonces se acordaron de cómo habían llegado allí y todos pidieron el mismo deseo:
- ¡VOLVER AL ORFANATO!
Entonces se despidieron de los abuelitos y al instante aparecieron en el orfanato, y les
contaron lo sucedido a los profesores.
Y al año siguiente volvieron al Polo Norte con los abuelitos.