El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas " El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

elmundodelmanitas.bligoo.es
from elmundodelmanitas.bligoo.es More from this publisher
17.05.2013 Views

Si crees profundamente en ello, si te convences con estos argumentos (u otros), tus miedos van perdiendo fuerza hasta desaparecer. Éste es el método fundamental de la terapia cognitiva: convencerse a uno mismo de que no hay nada que temer, pero eso sí, hay que hacerlo con fuerza y profundidad. ¡Si lo crees de verdad, lo sentirás así! En terapia, los pacientes, por lo general, van sacando a la luz cada uno de sus temores: miedo a hacer el ridículo, a sufrir un accidente, a pasarlo mal a nivel emocional..., y juntos vamos trabajando uno a uno hasta extinguirlos, siempre con cogniciones o pensamientos. CADENA DE TEMORES Casi siempre, las personas tenemos varios miedos, que están, de alguna forma, encadenados. Existen algunos casos en los que sólo se presenta un miedo intenso o fobia, como el miedo a volar, pero no es lo común. Pues bien, una buena noticia es que cuando trabajamos cualquier miedo, indirectamente estamos trabajando también sobre todos los demás miedos. Desde un punto de vista lógico, todos los miedos están conectados, y cuando rebajamos uno, contribuimos a rebajar los demás. Este fenómeno de conectividad entre los temores es una cuestión de coherencia lógica. Ya vimos en un capítulo anterior que el temor exagerado se produce cuando valoramos como «muy malo» o «terrible» hechos que no lo son.

Cuando dos personas evalúan de forma diferente una misma adversidad, la sienten de manera distinta. Ante un despido, yo puedo decirme: «¡Qué desastre! ¡No levantaré cabeza!», y tendré emociones exageradas, o por el contrario: «Saldré de ésta. Mientras tenga para comer, no me moriré». En este segundo caso, me sentiré contrariado, pero no deprimido. El trastorno de la terribilitis, al ser un problema de lógica —de mala lógica—, hace que cuando valoramos un hecho menor como «horroroso», «no lo puedo soportar», movemos el resto de valoraciones hacia delante. Por ejemplo, si a la posibilidad de que me despidan del trabajo la califico de «horrible», la posibilidad de que contraiga una enfermedad grave pasa a ser «hecatómbica». Todas las valoraciones quedan exageradas en esta línea de valoración de las cosas de la vida. Digamos que tendemos a ser coherentes con nuestra valoración terribilizadora. Incluso puede suceder que se me acaben las posibilidades de valoración negativa y algo pase a ser «más que terrible», «inimaginablemente malo», y se salga

Cuando dos personas evalúan <strong>de</strong> forma diferente<br />

una misma adversidad, <strong>la</strong> sienten <strong>de</strong> manera<br />

distinta. Ante un <strong>de</strong>spido, yo puedo <strong>de</strong>cirme:<br />

«¡Qué <strong>de</strong>sastre! ¡No levantaré cabeza!», y tendré<br />

emociones exageradas, o por el contrario:<br />

«Saldré <strong>de</strong> ésta. Mientras tenga para comer, <strong>no</strong><br />

me moriré». En este segundo caso, me sentiré<br />

contrariado, pero <strong>no</strong> <strong>de</strong>primido.<br />

<strong>El</strong> trastor<strong>no</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> terribilitis, al ser un<br />

problema <strong>de</strong> lógica —<strong>de</strong> ma<strong>la</strong> lógica—, hace que<br />

cuando valoramos un hecho me<strong>no</strong>r como<br />

«horroroso», «<strong>no</strong> lo puedo soportar», movemos<br />

el resto <strong>de</strong> valoraciones hacia <strong>de</strong><strong>la</strong>nte. Por<br />

ejemplo, si a <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> que me <strong>de</strong>spidan<br />

<strong>de</strong>l trabajo <strong>la</strong> califico <strong>de</strong> «horrible», <strong>la</strong><br />

posibilidad <strong>de</strong> que contraiga una enfermedad<br />

grave pasa a ser «hecatómbica». Todas <strong>la</strong>s<br />

valoraciones quedan exageradas en esta línea <strong>de</strong><br />

valoración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>vida</strong>.<br />

Digamos que ten<strong>de</strong>mos a ser coherentes con<br />

nuestra valoración terribilizadora. Incluso pue<strong>de</strong><br />

suce<strong>de</strong>r que se me acaben <strong>la</strong>s posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

valoración negativa y algo pase a ser «más que<br />

terrible», «inimaginablemente malo», y se salga

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!