El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "
El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas " El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "
durante aquellas semanas de convalecencia emocional, construyó una nueva filosofía personal que se podía resumir en: «Quejarse es inútil y una pérdida de tiempo. Aun cuando me falte toda la movilidad tendré muchas cosas maravillosas que hacer. Sin ir más lejos, investigar el Cosmos». El joven Hawking se afeitó, se duchó y salió de su cuarto. Cuando traspasó la puerta principal de su residencia, un antiquísimo edificio donde antes habían habitado estudiantes ilustres como sir Thomas Newton, su mirada era nueva, sus ojos centelleaban con un brillo desconocido. Iba a aprovechar cada minuto que le diese la vida, como un regalo. A los tres años justos, Stephen, bastón en mano, acababa su doctorado con uno de los mejores trabajos de la historia de la cosmología. Sus profesores, científicos de primera línea mundial, se quedaron boquiabiertos. Ahí estaba, por primera vez, la teoría matemática del inicio del Universo, el Big Bang. Algo que estaban buscando los mejores científicos del mundo. ¡Y la había desarrollado un estudiante! Eso era simplemente... increíble. Sobre aquel período, Stephen diría: «El truco fue que me puse a trabajar en serio por primera vez en mi vida y vi que me gustaba hacerlo». Stephen Hawking había dejado asombrada a la
comunidad científica por el alcance de sus investigaciones. Con una capacidad de análisis sin igual, sus teorías explicaban la formación y estructura del Universo de una forma nítida. Sus explicaciones ampliaban los hallazgos de Einstein y nos dibujaban, por primera vez, cómo era el cosmos, los agujeros negros, la luz, el tiempo... Montones de conceptos explicados en cadena, por primera vez en la historia de la cosmología. Conceptos que, en realidad, sólo unos pocos podían llegar a entender, y éstos, sólo de forma superficial. De la noche a la mañana, se convirtió, como dijo un periodista inglés, en Máster del Universo. Tras ese primer éxito y con un puesto de catedrático de Física Teórica en el bolsillo, Stephen Hawking se casó con su primera mujer y enseguida tuvo dos hijos. Mientras tanto, la enfermedad seguía su progresión condenándolo a la silla de ruedas. Extrañamente, al margen de la parálisis, su estado físico general era bueno y su vida no corría peligro, pero fue perdiendo movilidad hasta que sólo le quedaron sanos los músculos de los dedos de las manos. Cada vez que Hawking se daba cuenta de un nuevo avance de su parálisis, se decía con firmeza: «¡Quejarse es una pérdida de tiempo!». Con el transcurso de los años, Stephen
- Page 107 and 108: distanciarnos de nosotros mismos. E
- Page 109 and 110: Resumiendo, este método de practic
- Page 111 and 112: ejercicio de pensamiento positivo.
- Page 113 and 114: entreno diario, tenemos que dejar p
- Page 115 and 116: visualización. SOY POBRE Y ESTOY B
- Page 117 and 118: Si nos vemos bien siendo indigentes
- Page 119 and 120: educado (en nuestra visualización
- Page 121 and 122: desde la perspectiva de los samoano
- Page 123 and 124: cosas no pueden vivir. Cuando han h
- Page 125 and 126: Dios les envía muchas cosas que am
- Page 127 and 128: Dicho de otra forma, que «amar» n
- Page 129 and 130: necesidades inventadas, tanto de co
- Page 131 and 132: pretende mostrar que existen innume
- Page 133 and 134: ¡Tendría que irme a vivir a otra
- Page 135 and 136: disfrutando de la paz, el deporte y
- Page 137 and 138: Un fetiche es un objeto al que se l
- Page 139 and 140: transformar los deseos en necesidad
- Page 141 and 142: necesario lanzar los botes salvavid
- Page 143 and 144: LA QUIMERA DE LA INMORTALIDAD A muc
- Page 145 and 146: granja y surgió el tema de los ani
- Page 147 and 148: giran porque no podría ser de otra
- Page 149 and 150: enseñó un poco más a enfrentar l
- Page 151 and 152: A partir de aquel instante, ¡plof!
- Page 153 and 154: Capítulo 10 MODELAJE Otra técnica
- Page 155 and 156: emocional? ¡QUEJARSE ES UNA PÉRDI
- Page 157: acabada su licenciatura, con toda l
- Page 161 and 162: hay salida de cualquier agujero neg
- Page 163 and 164: estaré contigo para siempre, no im
- Page 165 and 166: De hecho, gracias a su trabajo, ya
- Page 167: de Stephen Hawking?». La respuesta
- Page 170 and 171: Capítulo 11 PERDER EL MIEDO A LA S
- Page 172 and 173: más bien recibido. Kumar, por su p
- Page 174 and 175: unos pensamientos determinados. La
- Page 176 and 177: ser, en alguna ocasión, un poco ne
- Page 178 and 179: Y lo más interesante del asunto es
- Page 180 and 181: han llevado a cabo gracias al aburr
- Page 182 and 183: última vez, la madame le había mo
- Page 184 and 185: proponen. —No. Eso no vale. Si no
- Page 186 and 187: creencias irracionales que le hacen
- Page 188 and 189: Capítulo 12 SUPERAR EL MIEDO AL RI
- Page 190 and 191: —Si alguien te hace un regalo y n
- Page 192 and 193: Efectivamente, la experiencia de ha
- Page 194 and 195: LA PARADOJA «ESTAR ABAJO PARA LLEG
- Page 196 and 197: Así que si no nos dejamos engañar
- Page 198 and 199: logros y capacidades es la capacida
- Page 200 and 201: Las personas realmente fuertes y ma
- Page 202 and 203: disfruta de sus posibilidades al ma
- Page 204 and 205: ¿Podría no hacerlo y seguir const
- Page 206 and 207: En este capítulo hemos aprendido q
comunidad científica por el alcance <strong>de</strong> sus<br />
investigaciones. Con una capacidad <strong>de</strong> análisis<br />
sin igual, sus teorías explicaban <strong>la</strong> formación y<br />
estructura <strong>de</strong>l Universo <strong>de</strong> una forma nítida. Sus<br />
explicaciones ampliaban los hal<strong>la</strong>zgos <strong>de</strong><br />
Einstein y <strong>no</strong>s dibujaban, por primera vez, cómo<br />
era el cosmos, los agujeros negros, <strong>la</strong> luz, el<br />
tiempo... Montones <strong>de</strong> conceptos explicados en<br />
ca<strong>de</strong>na, por primera vez en <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
cosmología. Conceptos que, en realidad, sólo<br />
u<strong>no</strong>s pocos podían llegar a enten<strong>de</strong>r, y éstos,<br />
sólo <strong>de</strong> forma superficial. De <strong>la</strong> <strong>no</strong>che a <strong>la</strong><br />
mañana, se convirtió, como dijo un periodista<br />
inglés, en Máster <strong>de</strong>l Universo.<br />
Tras ese primer éxito y con un puesto <strong>de</strong><br />
catedrático <strong>de</strong> Física Teórica en el bolsillo,<br />
Stephen Hawking se casó con su primera mujer y<br />
enseguida tuvo dos hijos. Mientras tanto, <strong>la</strong><br />
enfermedad seguía su progresión con<strong>de</strong>nándolo<br />
a <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> ruedas.<br />
Extrañamente, al margen <strong>de</strong> <strong>la</strong> parálisis, su<br />
estado físico general era bue<strong>no</strong> y su <strong>vida</strong> <strong>no</strong><br />
corría peligro, pero fue perdiendo movilidad<br />
hasta que sólo le quedaron sa<strong>no</strong>s los músculos<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ma<strong>no</strong>s. Cada vez que<br />
Hawking se daba cuenta <strong>de</strong> un nuevo avance <strong>de</strong><br />
su parálisis, se <strong>de</strong>cía con firmeza: «¡Quejarse es<br />
una pérdida <strong>de</strong> tiempo!».<br />
Con el transcurso <strong>de</strong> los años, Stephen