El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

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17.05.2013 Views

de las que están representadas aquí.) La paciente hipercelosa empezó a transformarse, sobre todo, llevando a cabo ejercicios de visualización. ¿Podía llegar a imaginarse soltera y feliz? ¿Soltera para el resto de su vida y disfrutando de la vida? En este tipo de visualización, los pacientes se imaginan a sí mismos realizando cualquier actividad gratificante como ayudar a los demás, viajar, dedicarse a un trabajo con sentido..., pero ¡sin pareja! Cuando llegan a verse —y sentirse— con pleno bienestar, llevando una vida feliz, pero sin el objeto de su obsesión, ya se están liberando de ella porque su necesititis es algo irreal, puramente mental. El combate, por lo tanto, está también en el plano de lo mental. EL FETICHE DE LA COMODIDAD No nos curaremos completamente de la necesititis si no combatimos una idea irracional crucial que podríamos denominar «el fetiche de la comodidad». En la actualidad, más que nunca, tenemos sobrevalorado ese bien llamado comodidad. Pensamos —y ahí está la idea irracional— que la comodidad es la principal fuente de felicidad. En muchos casos se trata de una creencia oculta, pero ahí está haciendo su trabajo y volviéndonos neuróticos. Un paciente me decía en una ocasión: «Estoy harto de los excrementos de perro. ¡Esta ciudad está llena de cacas! No puedo soportarlo.

¡Tendría que irme a vivir a otra ciudad, a otro país!». En realidad, le molestaban muchísimas otras cosas: el ruido, los malos olores, el servicio deficiente en los bares, la falta de formalidad de sus colaboradores... Su vida era un malestar constante. Recuerdo que su mujer estaba muy fatigada por esa irritabilidad hipersensible de su marido. Se habían cambiado de piso muchas veces porque no podía soportar los ruidos de sus vecinos. Incluso cuando iban de vacaciones había que cambiar de habitación del hotel una y otra vez. Y todo un capítulo aparte eran los niños: «¿Es que no pueden estarse tranquilos?», decía una y otra vez. Sus hijos pequeños se tenían que comportar siempre como silenciosos asistentes a un funeral. Lo que le afectaba es el fetiche de la comodidad, porque lo que exigía era, básicamente, ¡poder estar siempre cómodo! Si le damos demasiada importancia a la comodidad vamos a ser muy infelices. A la comodidad en cualquiera de sus formas: gozar de más tranquilidad, silencio, limpieza, descanso, etc., porque: 1) La comodidad no es tan importante, esto es, no da la felicidad. 2) La comodidad viene y va. Es así, es inevitable. 3) Un exceso de comodidad es incompatible con el disfrute activo de la vida. En mi consulta, suelo poner un símil a los

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s que están representadas aquí.)<br />

La paciente hipercelosa empezó a<br />

transformarse, sobre todo, llevando a cabo<br />

ejercicios <strong>de</strong> visualización. ¿Podía llegar a<br />

imaginarse soltera y feliz? ¿Soltera para el resto<br />

<strong>de</strong> su <strong>vida</strong> y disfrutando <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>vida</strong>? En este tipo<br />

<strong>de</strong> visualización, los pacientes se imaginan a sí<br />

mismos realizando cualquier acti<strong>vida</strong>d<br />

gratificante como ayudar a los <strong>de</strong>más, viajar,<br />

<strong>de</strong>dicarse a un trabajo con sentido..., pero ¡sin<br />

pareja!<br />

Cuando llegan a verse —y sentirse— con ple<strong>no</strong><br />

bienestar, llevando una <strong>vida</strong> feliz, pero sin el<br />

objeto <strong>de</strong> su obsesión, ya se están liberando <strong>de</strong><br />

el<strong>la</strong> porque su necesititis es algo irreal,<br />

puramente mental. <strong>El</strong> combate, por lo tanto,<br />

está también en el p<strong>la</strong><strong>no</strong> <strong>de</strong> lo mental.<br />

EL FETICHE DE LA COMODIDAD<br />

No <strong>no</strong>s curaremos completamente <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

necesititis si <strong>no</strong> combatimos una i<strong>de</strong>a irracional<br />

crucial que podríamos <strong>de</strong><strong>no</strong>minar «el fetiche <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> comodidad». En <strong>la</strong> actualidad, más que nunca,<br />

tenemos sobrevalorado ese bien l<strong>la</strong>mado<br />

comodidad.<br />

Pensamos —y ahí está <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a irracional— que<br />

<strong>la</strong> comodidad es <strong>la</strong> principal fuente <strong>de</strong> felicidad.<br />

En muchos casos se trata <strong>de</strong> una creencia oculta,<br />

pero ahí está haciendo su trabajo y volviéndo<strong>no</strong>s<br />

neuróticos.<br />

Un paciente me <strong>de</strong>cía en una ocasión: «Estoy<br />

harto <strong>de</strong> los excrementos <strong>de</strong> perro. ¡Esta ciudad<br />

está llena <strong>de</strong> cacas! No puedo soportarlo.

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