17.05.2013 Views

Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos

Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos

Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

*<br />

Isabel Carrasquilla<br />

rito <strong>de</strong> marfil, al que se le ve hasta la última hebrita <strong>de</strong> las plumas, y en el que<br />

el artista empleó 13 años.<br />

La siguiente excursión fue <strong>para</strong> conocer el Real Sitio <strong>de</strong> Aranjuez. es <strong>una</strong><br />

mansión regia, <strong>por</strong> su belleza y magnificencia. Los jardines y <strong>sus</strong> fuentes son<br />

bellísimos, lo mismo que el palacio. Se compren<strong>de</strong> que fue lugar preferido <strong>por</strong><br />

los reyes, <strong>por</strong> el <strong>de</strong>rroche <strong>de</strong> belleza y <strong>de</strong> lujo que ostenta. Los salones tienen<br />

las pare<strong>de</strong>s cubiertas con sedas floreadas, las más bellas y finas, iguales a los<br />

cortinajes y los pabellones <strong>de</strong> los lechos, éstos colocados sobre la plataforma con<br />

uno y dos escalones. el salón <strong>de</strong>l trono es suntuoso. el trono, levantado sobre<br />

su plataforma: dos sillones dorados, tallados y cincelados con primor. también<br />

tuve el atrevimiento <strong>de</strong> sentarme; primero en uno <strong>para</strong> hacer <strong>de</strong> rey, y luego en<br />

el otro <strong>para</strong> hacer <strong>de</strong> reina. esto, <strong>por</strong> supuesto, quedándome atrás <strong>de</strong>l empleado,<br />

que celosamente nos conducía. entre las innumerables preciosida<strong>de</strong>s recuerdo<br />

<strong>una</strong> mesa ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>una</strong> piedra cuyo nombre no sé, y regalada <strong>por</strong> un emperador<br />

a <strong>una</strong> reina española. es <strong>una</strong> verda<strong>de</strong>ra joya, <strong>por</strong> su valor y el primor <strong>de</strong> la talla,<br />

en un solo bloque. Admiré dos gran<strong>de</strong>s preciosísimos jarrones <strong>de</strong> ágata azul,<br />

también regalados a otra reina. el oratorio tiene un cuadro <strong>de</strong> La Concepción y<br />

un precioso cristo <strong>de</strong> marfil. No lejos <strong>de</strong>l palacio muestran la casa que fue <strong>de</strong><br />

don Manuel Godoy, privado <strong>de</strong>l Rey Carlos IV. Recordé mucho los Episodios<br />

nacionales, <strong>de</strong> Galdós, en que habla <strong>de</strong> Aranjuez.<br />

fuimos <strong>de</strong> allí a conocer La Casita <strong>de</strong>l Labrador, otro palacio en miniatura,<br />

parecido a La Casita <strong>de</strong>l Príncipe, tan rica en mármoles, cuadros y preciosida<strong>de</strong>s,<br />

como aquel. en el salón principal hay <strong>una</strong> silla y <strong>una</strong> mesa <strong>de</strong> malaquita,<br />

que eran <strong>de</strong> doña Isabel II. tiene este palacete en la parte baja <strong>una</strong> pieza en<br />

don<strong>de</strong> está pintada La Casita <strong>de</strong>l Labrador, que existió allí, y que dio origen a<br />

su nombre.<br />

<strong>una</strong> excursión más interesante aun fue la que hicimos a toledo. Salimos<br />

a las nueve <strong>de</strong> Madrid, en <strong>una</strong> bella mañana. tomamos el carro americano <strong>de</strong>l<br />

hotel, manejado <strong>por</strong> su chofer, que era muy diestro, y acompañados <strong>por</strong> el guía,<br />

que iba en el asiento <strong>de</strong>lantero. La carretera es casi en su totalidad <strong>una</strong> recta<br />

<strong>de</strong> varias leguas. A Pedro y a Sofía les entró el vértigo <strong>de</strong> la velocidad: dieron<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> poner el carro a ciento veinte kilómetros, con la protesta <strong>de</strong> Barbarita<br />

y la mía. el Viejo, novelero como <strong>de</strong> costumbre, otorgaba con su silencio. No<br />

era que corríamos; era que volábamos; nada se veía <strong>de</strong>l paisaje, pues éste pasaba<br />

en <strong>una</strong> raya ofuscadora; el viento nos arrancaba los sombreros y todo volaba en<br />

la vertiginosa carrera.<br />

*<br />

79

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!