* <strong>Impresiones</strong> <strong>de</strong> <strong>viaje</strong> (<strong>escritas</strong> <strong>por</strong> <strong>una</strong> <strong>abuela</strong> <strong>para</strong> <strong>sus</strong> <strong>nietos</strong>) conseguir buenas localida<strong>de</strong>s, y estábamos ansiosos. el primer acto fue bueno: es un drama intenso que interesa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio. Los actores, magníficos; especialmente la actriz principal era <strong>una</strong> cómica consumada. Al final <strong>de</strong>l primer acto los aplausos eran ensor<strong>de</strong>cedores; cuál no sería nuestra sorpresa cuando aparecen las artistas principales trayendo <strong>de</strong>l brazo a don Jacinto. entonces sí parecía que se venía abajo el teatro. el viejecito, muy sonreído y satisfecho, hacía cortesías a todos lados; lo mismo las dos actrices, que lo tenían aferrado. Yo sentí <strong>una</strong> emoción pocas veces experimentada; me puse arrozuda, como <strong>de</strong>cimos vulgarmente. Lino y los otros compañeros también estaban emocionados. Al final <strong>de</strong> cada acto lo sacaban lo mismo, y al terminarse la representación fue <strong>una</strong> verda<strong>de</strong>ra ovación: le presentaron <strong>una</strong> corona <strong>de</strong> laurel. No gocé en la Gran<strong>de</strong> Ópera <strong>de</strong> París como en esa noche. el teatro español ha sido <strong>una</strong> <strong>de</strong> mis chifladuras. Nos acostamos tar<strong>de</strong> comentando la función y todo lo que nos había encantado. Sofía fue mucho el monte que me puso, imaginando cómo le contaría yo a tomás este suceso, y la “tiza” 60 que le iba a poner. Y no sabe, la muy burlona, que se lo he contado apenas veinte veces. Al día siguiente continuaron los paseos en auto, y repetición <strong>de</strong>l <strong>de</strong> La Concha, que no nos cansábamos <strong>de</strong> admirar, y también <strong>para</strong> curiosear a los bañistas. fuimos a conocer no recuerdo qué fábrica; quizá fuera <strong>de</strong> jabones. Pasamos <strong>por</strong> las pesca<strong>de</strong>rías y <strong>sus</strong> <strong>de</strong>pósitos, ¡pero qué olor tan poco grato! en el medio día estuvimos en cine, y <strong>por</strong> la noche, otra vez al teatro; no al mismo <strong>de</strong> la anterior, <strong>por</strong>que era repetición. Daban en otro Tambor y chirimía, <strong>de</strong> los Álvarez Quintero. también nos gustó mucho. Chirimía lo hizo divinamente. Barbarita estaba muy chocada con ella, <strong>por</strong> lo impertinente con su tambor. Llegó esa tar<strong>de</strong> al hotel <strong>una</strong> pareja muy rumbosa, con gran equipaje. Llevaban un chiquitín con su niñera; el señor, muy bien puesto, con mucho dije y tilindajo; 61 ella, muy bonita, y llena <strong>de</strong> joyas: diamantes en las orejas, sendas pulseras muy relampagueantes, los <strong>de</strong>dos literalmente llenos <strong>de</strong> sortijas <strong>de</strong> todos los colores <strong>de</strong>l arco iris, hasta el punto <strong>de</strong> que no se sabía cómo movía los <strong>de</strong>dos. eran, pues, unos “rasta”. Lino <strong>de</strong>cía que estaba tan bonita la muchacha, que merecía muy bien las joyas. ¡Viejo pillo! 60 Poner tiza: exagerar, pon<strong>de</strong>rar. 61 Colgajos, cosas colgantes. * 70
* Isabel Carrasquilla en San Sebastián fue lo contrario <strong>de</strong> Lour<strong>de</strong>s: allí rezamos mucho y aquí parran<strong>de</strong>amos más. en la mañana <strong>de</strong>l 4 <strong>de</strong> septiembre, a las nueve y media, nos <strong>de</strong>spedimos con pesar <strong>de</strong> San Sebastián, estación Norte. tomamos el almuerzo y la comida en el coche-restaurante, con las consiguientes incomodida<strong>de</strong>s, proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l tren. * 71