Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos
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Isabel Carrasquilla<br />
Jorge tenía mucho <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> visitar las Bocas <strong>de</strong> Ceniza, 5 <strong>para</strong> conocer los<br />
trabajos que estaba ejecutando la casa ullen. 6 Por ser él ingeniero consiguió el<br />
permiso. Así, <strong>una</strong> mañana salimos los cuatro <strong>de</strong> Barranquilla, en compañía <strong>de</strong><br />
Sofía y <strong>de</strong> un joven Santodomingo, que <strong>por</strong> cierto nos llevó en su auto <strong>por</strong> un<br />
camino que lo que menos tenía era ser carretera. Los barranquilleros siempre se<br />
han preocupado <strong>por</strong> el embellecimiento <strong>de</strong> su ciudad, y han urbanizado barrios<br />
como el Prado, que verda<strong>de</strong>ramente es un barrio igual en belleza al <strong>de</strong> cualquier<br />
ciudad europea; pero en cuanto a carreteras y vías <strong>de</strong> comunicación, están más<br />
atrasados que todos los <strong>de</strong>partamentos <strong>de</strong>l interior. Lo mismo el ferrocarril y el<br />
puerto <strong>de</strong> mar: son <strong>una</strong> vergüenza <strong>para</strong> Colombia. Éstos son los únicos trenes<br />
don<strong>de</strong> se ven faroles <strong>de</strong> petróleo amarrados con lazos, <strong>para</strong> el alumbrado <strong>de</strong> los<br />
carros. Razón tienen los extranjeros, cuando llegan a nuestra tierra, en juzgarnos<br />
como salvajes. Hoy, afort<strong>una</strong>damente, esto ha mejorado. 7<br />
Pero no involucremos. Llegamos, aunque maltrechos <strong>por</strong> los tumbos <strong>de</strong>l auto,<br />
al campamento que tenían allí los ingenieros. estos nos recibieron muy atentos.<br />
Inmediatamente uno <strong>de</strong> ellos se puso a nuestra disposición <strong>para</strong> mostrarnos los<br />
trabajos. Y en verdad que son dignos <strong>de</strong> conocerse, y dignos <strong>de</strong> todo encomio.<br />
Las cuatro bocas en que el río se partía <strong>para</strong> entrar al mar están ya cerradas<br />
<strong>por</strong> gran<strong>de</strong>s barreras <strong>de</strong> piedra que tienen fuertes enrejados <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra; el río<br />
ya corre encajonado en un solo cauce; las dragas limpiaban su seno, <strong>para</strong> hacer<br />
el lecho más profundo; <strong>una</strong> locomotora con muchos carros enganchados traía<br />
la piedra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy lejos, y la montaban sobre las gran<strong>de</strong>s murallas que tienen<br />
quidada. Pasó a manos <strong>de</strong> capital norteamericano, en su remplazo se creó Avianca-scadta. La<br />
empresa volaba <strong>de</strong> Barranquilla-Puerto Berrío y Barranquilla-Girardot, siguiendo la vía <strong>de</strong>l Río<br />
Magdalena. también hacía vuelos entre las ciuda<strong>de</strong>s costeras (Rinke, 1997: 7-30).<br />
5 Lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong>l Río Magdalena en el Mar Caribe. Puerto Colombia: el primer<br />
muelle fue construido hacia 1888. fue, con el <strong>de</strong> Cartagena, el puerto más im<strong>por</strong>tante <strong>para</strong><br />
Colombia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l siglo xix hasta mediados <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l treinta. Con la apertura <strong>de</strong><br />
Bocas <strong>de</strong> Ceniza (Barranquilla), en 1936, y la construcción <strong>de</strong> un muelle en este lugar, Puerto<br />
Colombia fue <strong>de</strong>splazado y perdió su im<strong>por</strong>tancia como puerto marítimo.<br />
6 firma <strong>de</strong> ingenieros norteamericana a la que se encargó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1925, la obra <strong>de</strong> Bocas <strong>de</strong> Ceniza,<br />
con el objetivo <strong>de</strong> abrir un canal artificial que permitiera la <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong>l Río Magdalena<br />
en el mar.<br />
7 Ya <strong>para</strong> 1936, año en que Isabel escribía, la obra <strong>de</strong> Bocas <strong>de</strong> Ceniza estaba terminada, y con<br />
la construcción en este punto <strong>de</strong> un muelle Barranquilla había comenzado a adquirir <strong>una</strong> gran<br />
im<strong>por</strong>tancia como ciudad comercial.<br />
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