Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos
Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos
Impresiones de viaje : escritas por una abuela para sus nietos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
*<br />
<strong>Impresiones</strong> <strong>de</strong> <strong>viaje</strong> (<strong>escritas</strong> <strong>por</strong> <strong>una</strong> <strong>abuela</strong> <strong>para</strong> <strong>sus</strong> <strong>nietos</strong>)<br />
ban<strong>de</strong>ja, como si estuviera echado en el nido. un sirviente lo iba mostrando <strong>de</strong><br />
mesa en mesa, como <strong>para</strong> probar la autenticidad <strong>de</strong>l obsequio. Con esto tuve:<br />
me sucedió lo que a Sofía con la leche <strong>de</strong> cabra; se me revolvió el estómago, y<br />
en vano quise probar. No fui capaz <strong>de</strong> tomar ninguno <strong>de</strong> los otros platos. Por la<br />
noche me sentí con hambre, y tuve que pasar a un café que había al otro lado<br />
<strong>de</strong>l Bulevar, <strong>para</strong> tomar <strong>una</strong> taza.<br />
esto <strong>de</strong> las comidas era objeto <strong>de</strong> muchas discusiones: a unos les gustaba lo<br />
que servían en el hotel; a otros no. Así, muchas veces íbamos a otros restaurantes.<br />
Había uno don<strong>de</strong> pre<strong>para</strong>ban bien los pollos. era el preferido. A mí me chocaba<br />
<strong>por</strong>que hacía mucho calor y era incómodo el local; pero me gustaba <strong>por</strong>que era<br />
punto <strong>de</strong> reunión <strong>de</strong> los antioqueños. Podía asegurarse que se encontraban todos<br />
allí. echábamos paliques <strong>de</strong> sobremesa.<br />
un domingo se resolvió que fuéramos con Ivonne a almorzar a un restaurante<br />
<strong>de</strong> lujo, y al mediodía iríamos a un teatro que nosotros no conocíamos. tomamos<br />
dos taxis; el uno <strong>para</strong> Sofía, Ivonne y Pedro; el otro lo ocupábamos Barbarita,<br />
Claudino y yo. Ivonne dio las señas a nuestro chofer, que partió el primero. el<br />
carro en que ellos iban se retrasó; el chofer nuestro no logró verlo y se <strong>de</strong>spistó.<br />
Anduvo cuadras, indagó aquí y allá, preguntó en varios restaurantes. No se<br />
acordaba <strong>de</strong>l nombre. esto era como buscar <strong>una</strong> aguja en un pajar. Aburridos,<br />
regresamos al hotel a pedir huevos y café, pues hacía rato que el almuerzo había<br />
sido servido. Barbarita estaba ofuscada y “brava”: “es mucha ocurrencia que se<br />
hayan ido a almorzar tan tranquilos sin aguardarnos. ¡Me da mucha rabia con<br />
Pedro! Él qué pensó: ¡Botemos a las viejas <strong>para</strong> irme con las muchachas!”. esto<br />
lo <strong>de</strong>cía entre burlas y chanzas. Gocé mucho oyéndola. Cuando terminamos<br />
el frugal almuerzo aparecieron los tres, risueños y satisfechos, dándonos disculpas<br />
y explicaciones. fingimos mucho enojo. Barbarita y yo, <strong>para</strong> castigarlos,<br />
nos acostamos a dormir la siesta, <strong>para</strong> dañarles la ida al teatro. tuvieron que<br />
resignarse y se sentaron a charlar. Por la tar<strong>de</strong> les levantamos el castigo y nos<br />
fuimos a pasear al Bosque <strong>de</strong> Bolonia. estuvimos en Longchamps y en otros<br />
sitios muy bellos.<br />
Las tertulias <strong>de</strong> noche en el florida se habían disminuido mucho, pues la<br />
mayor parte <strong>de</strong> las familias antioqueñas había <strong>de</strong>sfilado ya. estaban únicamente<br />
en París la familia <strong>de</strong> Bedout y la <strong>de</strong> los Moreno, que partieron pocos días<br />
<strong>de</strong>spués. Pedro y Barbarita ya pensaban venirse en el primer barco que saliera, y<br />
alg<strong>una</strong>s otras pensaban quedarse. Nuestro regreso fue muy discutido. Claudino<br />
<strong>de</strong>seaba ir antes a Alemania, <strong>por</strong> asuntos <strong>de</strong> negocios, y sentía no ir al Cairo, lo<br />
*<br />
158