Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Rustán no comprendió nada de esta respuesta.<br />
Topacio afirmó que no presagiaba nada bueno.<br />
Ebano, siempre complaciente, le convenció de<br />
que era muy favorable.<br />
Aún había otro oráculo en Kabul; y allí<br />
fueron. <strong>El</strong> oráculo de Kabul respondió con estas<br />
palabras: «Si posees, no poseerás: si vences, no<br />
vencerás; si eres Rustán, no lo serás.» Este<br />
oráculo pareció todavía más inint<strong>el</strong>igible que <strong>el</strong><br />
otro.<br />
—Tened mucho cuidado —decía Topacio.<br />
—No temáis nada —decía Ebano.<br />
Y este último, como ya puede imaginarse,<br />
tenía siempre razón ante su amo, cuya pasión y<br />
cuya esperanza alentaba.<br />
Al salir de Kabul atravesaron un gran bosque,<br />
se sentaron en la hierba para comer y dejaron<br />
pacer a los caballos. Cuando se disponían<br />
a descargar al <strong>el</strong>efante que llevaba la comida y<br />
<strong>el</strong> servicio, se dieron cuenta de que Topacio y<br />
Ebano habían desaparecido de la pequeña<br />
caravana. Les llamaron; en <strong>el</strong> bosque resonaron