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La Plata, lunes 13 de julio de 2009 5
ajo la alfombra
43 mil millones
es la cantidad de dólares que se
fugaron desde 2007, y equivale al
8% del PBI
que el país logró un año atrás.
Andrieu sostuvo que, si se tiene una visón
cortoplacista, “es mejor que haya superávit a
que haya déficit, pero el problema es que se va
a exportar muchos menos en la Argentina: los
pronósticos de siembra son de un millón menos
de hectáreas”, y agregó “que la caída de las
importaciones refleja una caída de la actividad
interna”.
El docente emérito opinó que habrá que esperar
un tiempo para que en nuestro país se
llegue al piso de la crisis. Y sustentó su opinión
en factores externos como es el hecho de que si
bien la crisis financiera parece estar bajo control,
en el plano económico no es igual. “Continúa
aumentando la tasa de desempleo en EEUU,
Europa y China, por lo cual habrá menor demanda
y menor consumo. Y la Argentina no estará
exenta a esta situación”, concluyó Andrieu.
EN FOCO
La necesidad de
recrear el Estado
El creciente proceso de fuga de capitales
es una clara muestra de los niveles
de improvisación que existen en la
administración K, que pareciera no
preocuparse por el problema. Y la
situación no sólo exige mayores controles,
sino también una redefinición
del rol del Estado.
Que miles de ahorristas decidan llevar
su dinero fuera del país implica
que el Gobierno no otorga reglas de
juego clara. Nadie en el sistema capitalista
invierte su dinero para perder,
por lo cual el Gobierno debería
recrear mecanismos para que esos
ahorros tenga rentabilidad y, a su
vez, puedan ser canalizados para el
desarrollo productivo. Eso no puede
ocurrir debido, en parte, a la falta de
previsibilidad.
La presencia del Estado no sólo debe
darse a través de los funcionarios,
sino también debe convocarse a representantes
de entidades empresaria,
del campo, de la industria y del
trabajo. Así podrían recrearse instituciones
como las juntas reguladoras
que permitirían establecer reglas de
juego claras, evitando abusos y favoreciendo
a los pequeños y medianos
productores.
Sincerar la realidad
Por Alberto Breinlinger
Especial para Hoy
No se sabe por qué, si porque le falsean
la información a través del INDEC o porque
teme expresar la verdad, que la Presidenta
no sincera la realidad. Debe o tiene
que tomar conciencia que la economía está
en recesión y de otras cuestiones:
Que todas las variables cambiaron de
signo respecto al año anterior.
Que la recaudación nominal es positiva,
pero negativa si la ponemos en términos
reales, todo ello a pesar del aumento
por la transferencia de fondos de las AFJP.
Que la industria de bienes durables,
acero, automotriz, metalmecánica, aluminio,
se desmorona, durante los primeros 6
meses observó una caída del 25%.
Que más de la mitad de los convenios
colectivos de trabajo, es decir la determinación
de los nuevos salarios para los trabajadores
formales, no pudieron renovarse
por la delicada situación que atraviesan la
mayoría de los sectores.
Que el superávit comercial es alto
porque la caída de las importaciones no cesa,
por lo que el Banco Central debe vender
promedio 100 millones de dólares diarios.
Que la inversión está paralizada en todas
las actividades y rubros.
Que para pagar 2.300 millones de dólares
por el cupón del Boden 12, que vencen
en agosto, la Tesorería debe pasar la escoba
por el Anses, el Banco de la Nación
Argentina y otros organismos menores.
Que la actividad del interior del país
está semiparalizada, los pueblos que viven
de la actividad agropecuaria contrastan su
nivel de actividad al de los peores en su
historia.
Que todas las inversiones públicas de
infraestructura social en ejecución redujeron
su ritmo por falta de pago.
Que a pesar de la liquidez y la solvencia
de los bancos privados y públicos, prác-
ticamente no se otorgan préstamos para la
producción y la inversión.
Que las bajas expectativas económicas
de los inversores se mantendrán mientras
no se produzcan hechos concretos que
recuperen la credibilidad.
Que si bien es cierto la normalización
del INDEC, es una cuestión no esencial
en épocas normales, en plena crisis es
fundamental.
Que el secretario Jaime debió haber
renunciado no por ser un corrupto, sí por
su fracaso en la política de transportes.
Que el Sr. Guillermo Moreno no trabaja
como monotributista, es un secretario de
Estado y el brazo ejecutor del ex presidente
Néstor Kirchner.
Que Julio De Vido, ministro de Planificación,
no tuvo ni tiene proyectos estratégicos,
es un funcionario como la mayoría
que están amordazados porque las decisiones
del Gobierno, todas, se resuelven en la
cúspide del poder.
Si la Presidenta tomara conciencia de
todo esto, no necesitaría convocar al diálogo,
y si tuviera la voluntad y la decisión
de cambiar este cuadro ya habría tomado
las medidas correctivas y las políticas para
modificar el cuadro actual.
También debe saber que la Argentina es
un país que tiene todos los recursos,
todos los climas y una población con un
alto grado de formación en su mayoría,
por lo que su futuro depende mucho de
las decisiones del poder ejecutivo del que
la Presidenta constituye su máxima
expresión.
Todos los argentinos, o la mayoría,
esperan el cambio, porque la gente es generosa
y paciente. También debe saber la
Presidenta que le restan 30 meses de Gobierno,
tiempo en el que el presidente
Frondizi -hace más de 50 años- comenzó
una etapa de transformación con obras
que todavía perduran.
(*) Licenciado en Economía