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18<br />

LOS CHICOS Y EL LENGUAJE<br />

Hable<br />

con ellos<br />

Para favorecer el desarrollo del lenguaje, los padres deben<br />

hablarles a sus hijos, pero también escucharlos, y es importante<br />

estar atentos para detectar problemas de aprendizaje.<br />

La televisión es buena o mala, según el uso que se le dé<br />

A nadie le extraña ver a una pareja hablándole<br />

a su bebé de apenas pocos días de vida. En<br />

general, lo que hacen es reiterar frases como<br />

“¿qué pasa?”, o van narrando paso a paso todos<br />

los movimientos que hacen, y al final sólo se<br />

preguntan y se contestan solos. Lejos está de<br />

ser una locura o algo sin sentido, ya que es de<br />

esa manera que los pequeños incorporan de a<br />

poco el vocabulario, hasta que, de repente, un<br />

día sorprenden a los mayores soltando su primera<br />

palabra sin que nadie se la pida. Los especialistas<br />

en el tema fomentan las conversaciones<br />

entre los adultos y los niños para facilitar la<br />

incorporación de términos. Y bien dicen “conversaciones”,<br />

porque hacen hincapié en lo importante<br />

de escuchar también lo que los bebés<br />

balbucean e intentan decir.<br />

Intercambio<br />

“Si quiere ayudar a su hijo a desarrollar el<br />

lenguaje y la capacidad de comprensión, háblele<br />

pero también escúchelo y preste atención<br />

a lo que tiene que decir, pues entablar una<br />

conversación entre un niño y un adulto es casi<br />

seis veces más afectivo que un simple ‘monólogo’<br />

de los papás”. Esto es lo que concluye<br />

un grupo de científicos de la Universidad de<br />

California, EEUU, en un trabajo recientemente<br />

publicado en la revista especializada Pediatrics<br />

(Pediatría).<br />

“Cuando los adultos le hablan a los chicos<br />

los ayudan a desarrollar el lenguaje, pero sin<br />

dudas la interacción entre ambas partes es<br />

mucho más definitiva e importante”, señala el<br />

doctor Frederick Zimmerman, director de la<br />

investigación, y continúa: “Esto es así porque<br />

Cada idioma en su lugar<br />

Un reciente estudio llevado a cabo<br />

en la Universidad de Haifa, Israel,<br />

aporta información sobre cómo están<br />

representadas las lenguas en la mente<br />

de una persona bilingüe.<br />

Al parecer, el primer y segundo<br />

idioma están localizados en diferentes<br />

partes del cerebro. El trabajo fue<br />

realizado por el doctor Ibrahim Raphiq,<br />

y próximamente se publicará<br />

en la revista Behavioral an Brain<br />

Functions (Comportamiento y Funciones<br />

Cerebrales).<br />

Estudios anteriores ya habían demostrado<br />

que todos los idiomas que<br />

el hecho de emitir sonidos<br />

primero, luego<br />

palabras y más adelante<br />

articular frases que puedan<br />

dar forma a una conversación,<br />

es una gran<br />

parte de lo que el desarrollo<br />

del lenguaje significa como<br />

concepto. Desde ese punto de<br />

vista, cuanto más hable el niño, mayores<br />

posibilidades tendrá de aprender”.<br />

Miles de vocablos<br />

Para el análisis se estudió la relación entre<br />

padres e hijos en 275 familias cuyos bebés tenían<br />

entre dos meses de vida y tres años. Todos,<br />

de igual nivel socio económico, fueron<br />

sometidos a una prueba que consistía en contabilizar<br />

mediante grabaciones y en un día elegido<br />

al azar-, cuántos sonidos y palabras emitían<br />

y escuchaban los chicos en 24 horas. Cada<br />

familia entregó grabaciones correspondien-<br />

Los problemas<br />

aparecen frente a la<br />

falta de comprensión<br />

y memoria, o al no<br />

poder dominar la<br />

escritura o lectura<br />

tes a cinco días diferentes, durante los 6 meses<br />

que duró el estudio.<br />

“Encontramos que en un día promedio los<br />

chicos escuchaban alrededor de 13 mil palabras<br />

provenientes de sus progenitores, mientras<br />

que se involucraron en alrededor de 400<br />

se adquieren a lo largo de la vida<br />

quedan registrados en algún área de<br />

nuestro cerebro, pero este nuevo trabajo<br />

encontró evidencia de que una<br />

segunda lengua está físicamente disociada<br />

de la lengua materna.<br />

De acuerdo a Raphiq, la mejor manera<br />

de examinar la representación<br />

precisa de las lenguas es a través de<br />

las evidencias de daño cerebral que<br />

puedan verse en cada lengua que se<br />

habla. Pero aclara que es raro encontrar<br />

casos de personas que hablen dos<br />

idiomas de manera fluida y que hayan<br />

sufrido algún daño que afecte se-<br />

conversaciones”, describe el experto,<br />

y agrega: “Si pensáramos en incrementar y<br />

facilitar el desarrollo del lenguaje, tendríamos<br />

que aumentar la cantidad de vocablos dichos<br />

en cada una de las situaciones”.<br />

Con respecto al uso de la televisión a la hora<br />

de incorporar vocablos, Zimmerman señaló<br />

que es perjudicial si los chicos la miran solos,<br />

pero destacó que, en sí misma, “la TV no es ni<br />

buena ni mala, a excepción de los casos en los<br />

cuales se convierte en la única fuente de<br />

información del niño o su contacto exclusivo<br />

con el mundo”.<br />

Asimismo, los especialistas involucrados<br />

explicaron que, al entablar conversaciones,<br />

corregirlos y explicarles las situaciones con<br />

palabras fáciles, “los padres pueden darse mejor<br />

idea sobre cuál es la instancia del aprendizaje<br />

en la cual se encuentran sus hijos, y ver<br />

qué áreas hace falta reforzar”.<br />

Problemas<br />

Otro de los puntos de la publicación se refiere<br />

a la importancia de estar atentos para establecer<br />

cuándo existen trastornos de aprendiza-<br />

lectivamente a una de las lenguas.<br />

Para su trabajo, analizó a un<br />

paciente de 41 años cuya lengua<br />

madre era el árabe, pero<br />

que también hablaba hebreo<br />

como segunda lengua. El hombre<br />

tenía un trastorno del lenguaje<br />

llamado afasia. Las habilidades<br />

del paciente en cada idioma<br />

fueron sometidas a una serie<br />

de pruebas, y los resultados mostraron<br />

que el daño en la localización del<br />

hebreo era mucho más severo que en<br />

el del árabe.<br />

La Plata, lunes 13 de julio de 2009<br />

je, es decir, “problemas que se caracterizan por<br />

un rendimiento muy inferior al esperado para<br />

la edad cronológica de un individuo, que tiene<br />

un nivel de inteligencia normal y una enseñanza<br />

apropiada”, según se lee en el artículo.<br />

Pero, ¿cómo y cuándo darse cuenta de que<br />

algo anda mal? Los profesionales enumeran:<br />

“La presencia de un problema de aprendizaje<br />

puede intuirse al advertir dificultad para entender,<br />

seguir instrucciones o recordar lo que<br />

una persona acaba de decir. A medida que van<br />

creciendo, también se ve en la imposibilidad<br />

de dominar la lectura, la escritura<br />

muchas veces ponen los números o las palabras<br />

al revés-, el deletreo, o bien identificar la<br />

derecha y la izquierda”.<br />

Con respecto a la necesidad de buscar el<br />

momento justo, el doctor Zimmerman concluye<br />

que “la cena familiar, al igual que la hora<br />

del baño, son ideales para aprovechar y hablarle<br />

a los chicos, siempre en una conversación<br />

que sea una ‘vía de doble mano’, es decir que,<br />

si bien es más fácil decirle a los chicos lo que<br />

tienen que hacer y punto, lo mejor para ellos<br />

es explicarles y establecer un diálogo”.

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