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92 las había, disponían de un escaso fondo bibliográfico; los libros, que la República había dotado, fueron confiscados. La única revista que circulaba por las prisiones era Redención. La imposición del sistema disciplinario iba acompañado por castigos por los asuntos más nimios. Eran especialmente temidos los llamados "cabos de varas", presos comunes de la confianza de los funcionarios, encargados de dar palizas a los presos. Cuando algún recluso moría a consecuencia de una paliza, se señalaba oficialmente otra causa. La situación higiénica y sanitaria era deplorable, escasa e insuficiente la dotación para medicinas e instrumental de la enfermería. Informes internos de los médicos advirtieron del peligro de posibles contagios y enfermedades como consecuencia del hacinamiento. La comida era mala e insuficiente, como coinciden unánimemente todos los testimonios de los presos/as. Estas deplorables condiciones favorecieron la muerte de presos/as en las cárceles. En las prisiones de Segovia, por ejemplo, según el estudio realizado por S. Vega, murieron 161 de los allí encarcelados desde 1936 a 1946. No sólo fueron las condiciones materiales las que los humillaban y aniquilaban, sino que en cada una de las actividades carcelarias se les recordaba la necesidad de regenerarse para poder integrarse en la nueva sociedad que los vencedores habían impuesto. Para ello se les programaban: confesiones generales, conferencias de Cuaresma, ejercicios espirituales; actividades a las que eran invitados a participar. Se dictó, por ejemplo, una Orden (17 de julio de 1939) por la que los funcionarios estaban obligados a llamar a los capellanes para que éstos pudieran administrar los últimos auxilios a los presos moribundos, aunque éstos no hubieran requerido los servicios del capellán. Estos fueron los encargados de guiar a los descarriados que "estaban infectados de ideas laicas y republicanas". La Iglesia Católica colaboró con el Nuevo Régimen desde el primer momento de la sublevación y durante la mayor parte de la dictadura franquista y participó activamente en tareas de represión moral e ideológica:

“¿Quién amuralla una voz?” Recuperando la voz de los poetas 93 "Dentro del entramado carcelario del régimen el papel desempeñado por la Iglesia es muy importante ya que se va a ocupar de la "limpieza" ideológica, moral y religiosa de los penados". 77 La visión del mundo penitenciario franquista hubiera quedado incompleta si los historiadores no lo hubieran abordado con extensión y rigor histórico en el Congreso celebrado en Barcelona (2002) sobre el mundo concentracionario y penitenciario en España durante la guerra civil y el franquismo 78 o si no hubieran aparecido documentados trabajos sobre las cárceles más represivas del franquismo, como "Mujeres encarceladas. La prisión de las Ventas: de la República al franquismo, 1931-1941" de Fernando Hernández Holgado 79 o testimonios estremecedores de presos y presas que soportaron las cárceles del franquismo, como los recopilados por Tomasa Cuevas en "Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas" (2004) o el de Ángeles García-Madrid, que es un relato de su dramática vivencia de la cárcel, dedicado "a cuantas mujeres sufrieron la injusta represión". Unos son parte de las memorias autobiográficas, otros de la historia oral que los historiadores han ido recuperando del olvido. Esta labor de divulgación nos ha permitido conocer la vida de muchos presos/as en la posguerra que era hasta este momento desconocidos y olvidados. 80 Reconocemos que, al recorrer la Exposición de las Prisiones de Franco, cada uno de los espacios dedicados a mostrar la vida de los presos y presas impresionaba, pero casi todos nos sentíamos especialmente sobrecogidos, cuando leíamos algunos de los relatos de sus vidas y especialmente cuando los escuchábamos en cintas grabadas por ellos mismos. 77 GATICA, D., "Una cárcel de posguerra. La Prisión Central de El Puerto de Santa María en 1940: los prisioneros gaditanos", en SOBREQUÉS, MOLINERO, SALA, (Eds.), Los campos de concentración y el mundo penitenciario en España durante la guerra civil y el franquismo. Ed. Crítica. Barcelona, 2003, pág. 617. 78 SOBREQUÉS, J., MOLINERO, C., SALA, M. (Eds.), Los campos de concentración y el mundo penitenciario en España durante la guerra civil y el franquismo. Ed. Crítica, Barcelona, 2003. 79 HERNÁNDEZ HOLGADO,F., Mujeres encarceladas. La prisión de Las Ventas: de la República al franquismo, 1931-1941. Marcial Pons, 2003. 80 SERRANO, R., SERRANO, D., Toda España era una cárcel. Memoria de los presos del franquismo. Aguilar, 2002 y SÁNCHEZ, C., En las cárceles de Franco. Ed. Oberón. Madrid, 2003. CUEVAS, T. Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas. Instituto de Estudios Altoaranoneses. Huesca, 2004.

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<strong>la</strong>s había, disponían <strong>de</strong> un escaso fondo bibliográfico; <strong>los</strong> libros, que <strong>la</strong> República había<br />

dotado, fueron confiscados. La única revista que circu<strong>la</strong>ba por <strong>la</strong>s prisiones era Re<strong>de</strong>nción.<br />

La imposición <strong>de</strong>l sistema disciplinario iba acompañado por castigos por <strong>los</strong> asuntos<br />

más nimios. Eran especialmente temidos <strong>los</strong> l<strong>la</strong>mados "cabos <strong>de</strong> varas", presos comunes <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

confianza <strong>de</strong> <strong>los</strong> funcionarios, encargados <strong>de</strong> dar palizas a <strong>los</strong> presos. Cuando algún recluso<br />

moría a consecuencia <strong>de</strong> <strong>una</strong> paliza, se seña<strong>la</strong>ba oficialmente otra causa.<br />

La situación higiénica y sanitaria era <strong>de</strong>plorable, escasa e insuficiente <strong>la</strong> dotación para<br />

medicinas e instrumental <strong>de</strong> <strong>la</strong> enfermería. Informes internos <strong>de</strong> <strong>los</strong> médicos advirtieron <strong>de</strong>l<br />

peligro <strong>de</strong> posibles contagios y enfermeda<strong>de</strong>s como consecuencia <strong>de</strong>l hacinamiento.<br />

La comida era ma<strong>la</strong> e insuficiente, como coinci<strong>de</strong>n unánimemente todos <strong>los</strong> testimonios<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> presos/as.<br />

Estas <strong>de</strong>plorables condiciones favorecieron <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> presos/as en <strong>la</strong>s cárceles. En <strong>la</strong>s<br />

prisiones <strong>de</strong> Segovia, por ejemplo, según el estudio realizado por S. Vega, murieron 161 <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

allí encarce<strong>la</strong>dos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1936 a 1946.<br />

No sólo fueron <strong>la</strong>s condiciones materiales <strong>la</strong>s que <strong>los</strong> humil<strong>la</strong>ban y aniqui<strong>la</strong>ban, sino<br />

que en cada <strong>una</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s carce<strong>la</strong>rias se les recordaba <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> regenerarse para<br />

po<strong>de</strong>r integrarse en <strong>la</strong> nueva sociedad que <strong>los</strong> vencedores habían impuesto. Para ello se les<br />

programaban: confesiones generales, conferencias <strong>de</strong> Cuaresma, ejercicios espirituales;<br />

activida<strong>de</strong>s a <strong>la</strong>s que eran invitados a participar. Se dictó, por ejemplo, <strong>una</strong> Or<strong>de</strong>n (17 <strong>de</strong> julio<br />

<strong>de</strong> 1939) por <strong>la</strong> que <strong>los</strong> funcionarios estaban obligados a l<strong>la</strong>mar a <strong>los</strong> capel<strong>la</strong>nes para que éstos<br />

pudieran administrar <strong>los</strong> últimos auxilios a <strong>los</strong> presos moribundos, aunque éstos no hubieran<br />

requerido <strong>los</strong> servicios <strong>de</strong>l capellán.<br />

Estos fueron <strong>los</strong> encargados <strong>de</strong> guiar a <strong>los</strong> <strong>de</strong>scarriados que "estaban infectados <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>as <strong>la</strong>icas y republicanas". La Iglesia Católica co<strong>la</strong>boró con el Nuevo Régimen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

primer momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> sublevación y durante <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> dictadura franquista y<br />

participó activamente en tareas <strong>de</strong> represión moral e i<strong>de</strong>ológica:

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