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La observación atribuida a Napoleón «Conozco a los ... - Educabolivia

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años, mostró signos tempranos del coraje que habría de ser su rasgo distintivo.<br />

Solía entretener a la tripulación francesa con canciones y danzas caribeñas.<br />

Como el áspero suelo de madera de la cubierta abrió grandes agujeros en el<br />

único par de zapatos que tenía y la niña no deseaba decepcionar a <strong>los</strong> marineros,<br />

continuó hasta el fin sus danzas, pese a que las plantas de sus pies estaban heridas<br />

y sangraban.<br />

En Francia, donde había estallado la Revolución, Alexandre se convirtió en un<br />

miembro importante de la Asamblea Constituyente. Cuando Prusia y Austria <strong>los</strong><br />

invadieron, Alexandre se reincorporó al ejército, fue ascendido a general, y en 1793<br />

se le ofreció la gran oportunidad de su vida, cuando lo llamaron en auxilio de<br />

Maguncia. En lugar de correr hacia la ciudad sitiada, Alexandre, de acuerdo con la<br />

versión de <strong>los</strong> comisionados, «hizo el papel del tonto en Estrasburgo, persiguiendo<br />

a las prostitutas el día entero y ofreciéndoles fiestas por la noche». En marzo de<br />

1794 Alexandre fue enviado a la prisión de <strong>los</strong> Carmelitas.<br />

Rose hizo todo lo posible para liberarlo, escribió peticiones y rogó a <strong>los</strong> amigos.<br />

De pronto, recibió una carta anónima que le advertía que ella misma corría peligro.<br />

Una mujer de menos carácter tal vez habría huido, pero Rose escribió a su tía:<br />

«¿Adonde podría huir sin comprometer a mi marido?» En abril fue arrestada.<br />

Todas las personas distinguidas estaban en la cárcel. Rose compartía el ex<br />

convento con duques y duquesas, un almirante y un príncipe.<br />

Todos <strong>los</strong> días la pequeña y valerosa Hortense y su hermano Eugéne iban a<br />

visitar a sus padres. Pero después incluso se les prohibió escribir.<br />

«Intentamos compensar eso —dice Hortense—, escribiendo al pie de la lista de<br />

la lavandería, "tus hijos están bien", pero el portero se mostró tan bárbaro que lo<br />

borró. Como último recurso copiábamos nosotros mismos la lista, de modo que<br />

nuestros padres viesen nuestra escritura y por lo menos supiesen que aún<br />

vivíamos».<br />

En la culminación del Terror se convirtió en delito que un detenido buscase<br />

siquiera la compañía de otros aristócratas también prisioneros, y en mérito a esta<br />

acusación Alexandre de Beauharnais fue a la guillotina el 23 de julio. Rose lloró al<br />

esposo a quien había amado a pesar de sus faltas, y se acentuó el temor que sentía<br />

por su propia vida. Pasaba esos largos días tratando de leer el futuro en un mazo<br />

de naipes, y como era propensa a las lágrimas, lloraba sin disimulo; una actitud<br />

que motivó la censura de sus compañeros, «pues era de mala educación temblar<br />

ante el pensamiento de la carreta». Uno por uno fueron llamados <strong>los</strong> grandes<br />

nombres de Francia, y la prisión comenzó a vaciarse. <strong>La</strong> tarde del 6 de agosto el<br />

carcelero pronunció otro nombre: «¡<strong>La</strong> viuda Beauharnais!» Rose se desmayó... de<br />

alegría. Pues Robespierre acababa de ser guillotinado, Tallien (amigo de Rose)<br />

estaba en el gobierno y el carcelero estaba abriendo la puerta de la prisión que<br />

conducía a la libertad.<br />

Rose y sus hijos fueron a vivir a la casa de una tía que escribía poesía. Era<br />

Fanny de Beauharnais, la Eglé de quien se burló Ecouchard Lebrun:<br />

Eglé, belle etpoete, a, deuxpetits travers:<br />

Elle fait son visage et nefaitpas ses vers.<br />

Fanny tenía amigos influyentes. El<strong>los</strong> y Tallien lograron que Rose recibiese una<br />

compensación importante —incluso un carruaje— por las pérdidas sufridas durante<br />

sus cuatro meses de cárcel. También le permitieron realizar provechosos negocios.<br />

En agosto de 1795 pudo afrontar el primer pago por la compra de una confortable<br />

casa en la rué Chantereine, 6, una construcción de dos plantas con un jardín al<br />

frente en forma de arco, entre árboles.<br />

<strong>La</strong> ocupante de esta bonita casa era a su vez bonita y menuda, un metro<br />

cincuenta de estatura, la figura esbelta, las manos y <strong>los</strong> pies pequeños. Tenía <strong>los</strong><br />

ojos castaños y largas pestañas. Generalmente tenía rizados y peinados hacia<br />

adelante <strong>los</strong> sedosos cabel<strong>los</strong> castaño claro. Los dientes eran el punto débil;<br />

cuando reía apenas entreabría <strong>los</strong> labios, y la risa le burbujeaba en la garganta.<br />

«Mi único pensamiento era la felicidad de Francia, y será siempre mi principal<br />

anhelo. No sintáis lástima por mí; si he elegido seguir viviendo, lo he hecho para<br />

continuar sirviendo a Francia».

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