Diario de los sucesos de la revolución en la Provincia de Antioquia ...

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17.05.2013 Views

* Diario de los sucesos de la revolución en la provincia de Antioquia en los años de 1840-1841 la mayor parte de los fugitivos de allí, y dentro de pocos días contará con casi igual número del que tenía reunido en Abejorral. Sea como fuere, el general Borrero calculará un golpe seguro y determinante. Día 27. —Dicen que el cura de Rionegro y sus agentes trabajan mucho por aumentar las filas de su compadre Vicente Córdova, todos sus satélites dentro de la esfera tabacal, están en mucha actividad; en una palabra: cuatro o cinco ministeriales de Rionegro están encerrados en sus casas (rezando seguramente por el bien del gobierno) y el resto está empleado en fomentar el exterminio de Borrero. Esto es lo que sabemos acá; el general Borrero no lo puede ignorar; y por lo mismo, cuando llegue la hora, probablemente es asunto concluido para la facción Antioquia. Se dice que de titiribí y Amagá no han querido pagar el comparto a Córdova, y que mucha gente dirigida por el Sr. Agapito uribe ha marchado para fredonia: algunos de los trescientos fusiles serán empleados. Día 28. —Esta noche se han ido los Sres. Braulio Henao y José Ignacio Bernal a ofrecer sus servicios al general Borrero, y se aguarda por momentos una proclama o invitación de este general, y creo que muchos se reunirán entonces para marchar a su lado. Día 31. —Desde que llegó el general Borrero a Riosucio, intentó mi esposo irlo a ver; pero de día en día sea pasado el tiempo, esperando alguna proclama, invitando a estos pueblos hasta hoy que resolvió irse; y habiéndose convenido con el P. Restrepo, ha empleado el día en convidar a varios vecinos de los que, como a las tres de la tarde, tenía ya un número de cuarenta, no habiendo podido ayudarle el muy activo P. Restrepo porque desde muy temprano fue llamado a una confesión. Los agentes del supremo viendo los pasos de Nisser se pusieron en alarma, y ahora como a las cinco de la tarde he sabido que han despachado a Isidro Mejía, con objeto de que inmediatamente dé aviso a Córdova para que corte el camino a los que vayan a reunirse a las tropas del gobierno. El viaje de Nisser y sus compañeros estaba determinado para la madrugada, pero con la noticia del posta que despacharon los agentes Henao y Soto, piensan irse esta noche. A las ocho de la noche hemos sabido que dichos agentes han armado a varios de los suyos con lanzas, machetes y algunas * 42

* María Martínez de Nisser armas de fuego, con el fin de impedir la salida de los ministeriales. Ahora me ha dado deseo de acompañar a Nisser, y lo he propuesto; pero me ha suplicado no me exponga. Con mayor sentimiento dejo ir a mi esposo sin mi compañía pues a su lado podía yo ver todo lo que le sucedía; y ¡ausente...! ¡Cuánto más penosa es la incertidumbre! De los cuarenta que iban, han resultado como a las nueve de la noche solamente ocho o diez. Volví a instar a Nisser me dejara ir a acompañarlo; pero me respondió sonriéndose, “en otra ocasión, o cuando yo no pueda ir le toca a ud”. Los ocho determinados entre ellos, el P. Restrepo, todos bien armados, dejaron el lugar a las nueve y media de la noche, resueltos a echar por tierra a los miserables que osasen impedir su marcha. Los jefes de la oposición en esta noche se cortaron y mandaron retirar las emboscadas; y para mi satisfacción como a las diez y media, supe que no habían tenido impedimento. * 43

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María Martínez <strong>de</strong> Nisser<br />

armas <strong>de</strong> fuego, con el fin <strong>de</strong> impedir <strong>la</strong> salida <strong>de</strong> <strong>los</strong> ministeriales. Ahora me<br />

ha dado <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> acompañar a Nisser, y lo he propuesto; pero me ha suplicado<br />

no me exponga. Con mayor s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to <strong>de</strong>jo ir a mi esposo sin mi compañía<br />

pues a su <strong>la</strong>do podía yo ver todo lo que le sucedía; y ¡aus<strong>en</strong>te...! ¡Cuánto más<br />

p<strong>en</strong>osa es <strong>la</strong> incertidumbre! De <strong>los</strong> cuar<strong>en</strong>ta que iban, han resultado como a <strong>la</strong>s<br />

nueve <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche so<strong>la</strong>m<strong>en</strong>te ocho o diez. Volví a instar a Nisser me <strong>de</strong>jara ir<br />

a acompañarlo; pero me respondió sonriéndose, “<strong>en</strong> otra ocasión, o cuando yo<br />

no pueda ir le toca a ud”. Los ocho <strong>de</strong>terminados <strong>en</strong>tre el<strong>los</strong>, el P. Restrepo,<br />

todos bi<strong>en</strong> armados, <strong>de</strong>jaron el lugar a <strong>la</strong>s nueve y media <strong>de</strong> <strong>la</strong> noche, resueltos<br />

a echar por tierra a <strong>los</strong> miserables que osas<strong>en</strong> impedir su marcha. Los jefes <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

oposición <strong>en</strong> esta noche se cortaron y mandaron retirar <strong>la</strong>s emboscadas; y para mi<br />

satisfacción como a <strong>la</strong>s diez y media, supe que no habían t<strong>en</strong>ido impedim<strong>en</strong>to.<br />

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