ANTOLOGÍA - Aula Avatares

AVATARES II 89
hoy siguen reuniéndose en torno al hoyo algún que otro domingo,
sin embargo no logran convencer a la paloma para que
hable. Tampoco creo que a ella le interese comunicarse con
unas aves que no vuelan.
¿Q
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¿QUÉ UÉ HA HA SIDO SIDO SIDO DE DE ÉL ÉL? ÉL
Repentinamente había decidido irse arrasando mil quimeras,
con mirada opaca no vacía de amargura. Todos lo lamentaron. En
el pueblo lo querían, realmente se trataba de un buen hombre.
Por otra parte la gente preguntaba: –¿y Boby? ¿Qué será de él?
Poco a poco los rumores se hicieron una romería. A él lo
llevaron al mejor salón, al más grande. Flores no faltaron. Al
igual que los amigos, todo el mundo dio el presente para acompañarlo.
Hasta Boby que entró corriendo con el diario en la
boca para su amo, lo dejó en el suelo y comenzó a aullar con
gemidos lastimeros. Tanto que los allí presentes se pusieron a
llorar. En medio de tal confusión él hombre se incorporó para
ver a su fiel amigo que, finalmente no se había perdido. Ya
más tranquilo se volvió a acostar en el ataúd. El encargado del
velatorio, para no seguir con las confusiones selló la tapa del
cajón. Y todos en largo silencio y a paso cansino –hasta Boby–
que aún sujetaba el diario entre los dientes, emprendieron la
marcha hacia el cementerio.
VUEL UEL UEL UELTA UEL
Pasado el cielo de su juventud había cambiado su manera
de pensar y sentir. Volvería a sus ancestros. El barco se deslizaba
por el río y en él, iba hilvanando un sueño. La niñez
desde el recuerdo se levantaba en fotografías dentro de su
cabeza y sintió nostalgia. Desde el barco miraba la costa de