ANTOLOGÍA - Aula Avatares
ANTOLOGÍA - Aula Avatares ANTOLOGÍA - Aula Avatares
62 REL EL ELATOS EL OS OS CELIA LIPSKI CONFESIÓN ONFESIÓN Repentinamente te has ido. Después de una lucha intensa y larga te alejaste por un camino nunca antes recorrido. El dolor me atraviesa como un metal incandescente donde junto a la herida abierta la realidad me sacude honda y paradojal como un sueño profundo y casi infinito. Como tu sueño. Y ahora y ya ¿Cómo conformarse con la ausencia? ¿Cómo entenderla? ¿Cómo aceptarla? Cómo desacostumbrar los ojos a la mirada cálida que dice sin hablar. Cómo desacostumbrar los oídos a las palabras sabias, al consejo justo y a los oportunos silencios. Cómo desacostumbrar los brazos a los otros brazos y abrazos, al amor. Cómo desacostumbrar las manos a las caricias, a las palmadas en la espalda, al apretón que nos sobrepone, que nos devuelve la fuerza y la fantasía. Cómo desacostumbrarnos a la compañía ¿Cómo dejar de fantasear tu presencia? No estás. Pero en la ausencia estás presente aunque algunas líneas sobre papeles deshabitados y las flores que te llevo digan que has muerto, Mamá. CER ER ERCAN ER AN ANOS ANOS OS E INT INTAN INT AN ANGIBLES AN GIBLES Se presentaron en la noche que estaba oscura y lluviosa. Francamente estaba cansada y lo que menos deseaba era verlos. Pero nada pude hacer. Comenzaron a presentarse, cada uno con sus mundos, dudas, certezas.
AVATARES II 63 Cercanos e intangibles. Y yo, con la pretensión terca de ignorarlos me puse a contar corderitos. Ellos se empecinaron y no dejaron de desfilar, uno tras otro. Las horas pasaron y la claridad húmeda del alba despuntó. Recién entonces comenzaron a replegarse y debo confesar que sentí nostalgia cuando cerré los ojos para dormir un par de horas y ellos: los recuerdos finalmente me dejaron. D EN EL EL HORIZONTE HORIZONTE DE DE DDANTE D ANTE Frente a un paisaje descomunal, poblado de miradas impávidas, apasionadas, observando ríos de roja lava escurriéndose por las calles. Paralizado frente a lo sobrenatural no pude menos que sentirme insignificante. Lleno de desconcierto frente a las fuerzas del misterio, con aterradora curiosidad caí preso de la inmovilidad, mezcla de pánico y éxtasis. Inmerso en el dantesco espectáculo que se desplegaba por las calles y se expandía hacia el horizonte. Me sentí predeterminado por los arcanos de un tablero de ajedrez. Un desafío que no resolvería con explicaciones lógicas. Así que recurrí a mis instintos primarios y convoqué a la magia. Cerré fuerte los ojos y apreté los puños hasta lastimarme con mis propias uñas, convoqué la alquimia de Odín y de Morgana. Abrí mis ojos me vi. blanco y me sentí liviano, estaba montado sobre un Pegaso azul y comenzaba a elevarme por los aires –fue gracioso– mis conjuros habían resultado. Ahora era una nada más que una pluma montada sobre un caballo alado.
- Page 10 and 11: 12 ANA BAUCHIERO La anciana trató
- Page 12 and 13: 14 ANA BAUCHIERO El gordo increpó
- Page 15: MMMMMIGUEL IGUEL IGUEL IGUEL IGUEL
- Page 18 and 19: 20 -Es hora, por aquí muchacho ven
- Page 20 and 21: 22 MIGUEL CABRERO Si me mato solo y
- Page 22 and 23: 24 MIGUEL CABRERO ( SAN AN ANGRE AN
- Page 25 and 26: CUENT UENT UENTOS UENT OS , , CON O
- Page 27 and 28: AVATARES II 29 Apoyaste tu espalda
- Page 29 and 30: AVATARES II 31 especie de mantel bl
- Page 31: LLLLLUIS UIS UIS UIS UIS EEEEELLLLL
- Page 34 and 35: 36 LUIS ELORRIAGA Se abrió el desp
- Page 36 and 37: 38 LUIS ELORRIAGA El género humano
- Page 38 and 39: 40 LUIS ELORRIAGA Fue cuando de pro
- Page 40 and 41: 42 LUIS ELORRIAGA Versos míos que
- Page 42 and 43: 44 LUIS ELORRIAGA EEEEELORRIAGA LOR
- Page 45 and 46: CUENT UENT UENT UENTO UENT TÁCIT C
- Page 47 and 48: AVATARES II 49 -Desde, no sé... es
- Page 49 and 50: AVATARES II 51 lado de color gris o
- Page 51 and 52: RRRRREL EL EL EL ELAAAAATTTTTOS OS
- Page 53 and 54: AVATARES II 55 mi sonrisa quebrada,
- Page 55 and 56: AVATARES II 57 ...El miedo al dolor
- Page 57: CCCCCELIA ELIA ELIA ELIA ELIA LLLLL
- Page 62 and 63: 64 POESÍA OESÍA ¿Qué es una poe
- Page 64 and 65: 66 CELIA LIPSKI Buscar, luchar, sal
- Page 67: AAAAADRIÁN DRIÁN DRIÁN DRIÁN DR
- Page 70 and 71: 72 ADRIÁN MEREL Tan oscura y tan n
- Page 72 and 73: 74 ADRIÁN MEREL Al salir a jugar e
- Page 74 and 75: 76 tenció: “De haberlo sabido hu
- Page 76 and 77: 78 ADRIÁN MEREL Pero dicen que dic
- Page 78 and 79: 80 ó ADRIÁN MEREL UUUUUNNNNN PPPP
- Page 80 and 81: 82 CUENT UENT UENTO UENT ADRIÁN ME
- Page 83 and 84: CUENT UENT UENT UENTO UENT YO TAMBI
- Page 85 and 86: AVATARES II 87 ra lo sabía, nunca
- Page 87 and 88: AVATARES II 89 hoy siguen reuniénd
- Page 89 and 90: AVATARES II 91 Te escribo desde la
- Page 91 and 92: AVATARES II 93 saboreando el agua d
- Page 93: MMMMMABEL ABEL ABEL ABEL ABEL SSSSS
- Page 96 and 97: 98 MABEL SPINELLI los tallos, hasta
- Page 98 and 99: 100 MABEL SPINELLI Ya no se sentía
- Page 100 and 101: 102 MABEL SPINELLI Gruño... susurr
- Page 102 and 103: 104 POESÍA OESÍA MABEL SPINELLI M
- Page 104 and 105: 106 MABEL SPINELLI la injusticia, l
- Page 106 and 107: 108 MABEL SPINELLI llenar mi vida y
- Page 108 and 109: 110 MABEL SPINELLI gemela que viva
AVATARES II 63<br />
Cercanos e intangibles. Y yo, con la pretensión terca de<br />
ignorarlos me puse a contar corderitos. Ellos se empecinaron y<br />
no dejaron de desfilar, uno tras otro. Las horas pasaron y la<br />
claridad húmeda del alba despuntó. Recién entonces comenzaron<br />
a replegarse y debo confesar que sentí nostalgia cuando<br />
cerré los ojos para dormir un par de horas y ellos: los recuerdos<br />
finalmente me dejaron.<br />
D<br />
EN EL EL HORIZONTE HORIZONTE DE DE DDANTE<br />
D ANTE<br />
Frente a un paisaje descomunal, poblado de miradas impávidas,<br />
apasionadas, observando ríos de roja lava escurriéndose<br />
por las calles. Paralizado frente a lo sobrenatural no pude menos<br />
que sentirme insignificante.<br />
Lleno de desconcierto frente a las fuerzas del misterio,<br />
con aterradora curiosidad caí preso de la inmovilidad, mezcla<br />
de pánico y éxtasis. Inmerso en el dantesco espectáculo que<br />
se desplegaba por las calles y se expandía hacia el horizonte.<br />
Me sentí predeterminado por los arcanos de un tablero de<br />
ajedrez. Un desafío que no resolvería con explicaciones lógicas.<br />
Así que recurrí a mis instintos primarios y convoqué a la<br />
magia. Cerré fuerte los ojos y apreté los puños hasta lastimarme<br />
con mis propias uñas, convoqué la alquimia de Odín y de<br />
Morgana. Abrí mis ojos me vi. blanco y me sentí liviano, estaba<br />
montado sobre un Pegaso azul y comenzaba a elevarme<br />
por los aires –fue gracioso– mis conjuros habían resultado.<br />
Ahora era una nada más que una pluma montada sobre un<br />
caballo alado.