ANTOLOGÍA - Aula Avatares

CUENT UENT UENT UENTO UENT
TÁCIT CIT CITO CIT Y TIBIO
TIBIO
Allí, donde la luz de tus ojos intenta crear a (aún en contra
de ti misma) la sombra de un nuevo nacimiento.
Los fantasmas lloran, lamentándose a tu alrededor, queriéndote
resucitar. Pero te niegas impaciente y deseas gritar
desde adentro, expulsando las piedras de antaño que antes
fueron voces silenciosas. Entonces, comienzas a escupir y te
mareas. Los fantasmas negros se apartan y se disipan en pequeños
puntos luminosos.
Ahora te levantas, llegas hasta aquella cima del misterio y
dices desde tus adentros: déjate caer, déjate caer...
Hacia el umbral de la más alta inocencia o tal vez tan sólo
de la locura ves un pájaro de plumaje grisáceo que, con suaves
vuelos parece evocar con su graznido al corazón del mundo.
Y en ese preciso instante llora desde el cielo las gotas finas
que una tormenta ocasionó, como en un suspiro de libertad.
Es entonces cuando reaccionas, te recuperas y cierras la
ventana dejando el acto del suicidio sin sujeto.
Por detrás el sol entibia tu espalda.
ABANDON ANDON ANDONO
ANDON
...Y ya nadie más me mirará con ese sentimiento de clamor.
No pueden tener hijos –dijo el obstetra y de golpe la palabra
fin cayó sobre nosotros como si se tratara de una película,
pero no., nada tenía que hacer el celuloide entre nosotros. Sólo