ANTOLOGÍA - Aula Avatares
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38 LUIS ELORRIAGA El género humano deambula entre amar y querer. Cuánto más de uno u otro, depende de cada individuo. Así llegamos a no diferenciarlos. A reconocer que son la misma cosa y no vale la pena hacer diferencias de ninguna naturaleza. ¿Para qué? Si el otro poco importa. Primero yo, luego el prójimo. La conclusión la tenemos a la vista: desconocimiento del amor como virtud de aceptación y apasionamiento en la entrega. Por lo cual, luego se sufre y padece las consecuencias de esta carencia. Cuando miramos la cara de nuestros congéneres, por ejemplo, en la calle, en el colectivo o en cualquier otro lugar público y también en lugares privados. ¿Qué pasa? ¿Qué nos pasa? Buenas preguntas pero con respuesta ausente, porque se mezclan los valores con las cosas. Lo intangible con lo tangible. Sería interesante manejar perspectivas hoy aletargadas o dejadas fuera, como que cada cosa en su nivel, en el lugar que le corresponde por orden justo y natural. ¿Y si volvemos hacia atrás? ¿Y si jugamos a ser niños? ¿Y si volvemos a ser frescos, espontáneos, sin dobleces? Sin duda como niños amaremos sin confusión posible. Amaremos naturalmente. Amaremos amar al amor por amor. BORB ORB ORBOTÓN ORB ÓN ÓN Nace desde aquí dentro. ¿Entiendes, no? Desde aquí: debajo del pecho, sobre el estómago. Es una sensación crispada de rabia, bronca y odio. ¿A quién? A todo lo que nos rodea. Me enseñaron, de chiquito nomás, “tu derecho termina donde comienza el de los demás”, pero ya de grande, veo como se ha subvertido este principio de convivencia. Entonces aflora la impotencia, la duda sobre como actuar. La revulsión crece y crece generando angustia. Y no siempre termina en una falsa paz o indiferencia sino que afloran borbotones de violencia que afectan a quiénes nada tienen
AVATARES II 39 que ver. Pero salen, se manifiestan y seguramente dañan. El alma individual y todo el cuerpo social está enfermo porque la intolerancia ruge y ataca a sus víctimas con saña e impudicia. CIT IT IT ITA IT “Todos los de aquí buscamos el paraíso perdido sin pensar demasiado que nunca existió”. POE OE OESÍA OE SÍA B LA BBRUMA B RUMA Fue como mirar a lo lejos, así de lejos, tan lejos, que todo era bruma. A poco de andar, sediento, con los ojos abiertos en las tinieblas, como avizorando la luz que marcara el designio. Fue duro, muy duro encontrar el sendero. Pero el sendero estaba, existía. Fue como dar en una puerta enorme, imponente, pero no había puerta. Eran colores y luces despidiendo fulgor, pero no había colores ni luces. Palpitaba en el ambiente una continua alegría y felicidad, pero no había alegría ni felicidad. Sólo había paz, serenidad, recogimiento, en esa luz brillante pero tenue al mismo tiempo, ofreciendo claridad humildemente. El sendero se abría ante los ojos del viajero, como invitándolo a adentrarse en si mismo.
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que ver. Pero salen, se manifiestan y seguramente dañan. El alma<br />
individual y todo el cuerpo social está enfermo porque la intolerancia<br />
ruge y ataca a sus víctimas con saña e impudicia.<br />
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“Todos los de aquí buscamos el paraíso perdido sin pensar<br />
demasiado que nunca existió”.<br />
POE OE OESÍA OE SÍA<br />
B<br />
LA BBRUMA<br />
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Fue como mirar a lo lejos, así de lejos,<br />
tan lejos, que todo era bruma.<br />
A poco de andar, sediento, con los ojos abiertos en las tinieblas,<br />
como avizorando la luz que marcara el designio.<br />
Fue duro, muy duro encontrar el sendero.<br />
Pero el sendero estaba, existía.<br />
Fue como dar en una puerta enorme, imponente,<br />
pero no había puerta.<br />
Eran colores y luces despidiendo fulgor,<br />
pero no había colores ni luces.<br />
Palpitaba en el ambiente una continua alegría y felicidad,<br />
pero no había alegría ni felicidad.<br />
Sólo había paz, serenidad, recogimiento,<br />
en esa luz brillante pero tenue al mismo tiempo,<br />
ofreciendo claridad humildemente.<br />
El sendero se abría ante los ojos del viajero,<br />
como invitándolo a adentrarse en si mismo.