ANTOLOGÍA - Aula Avatares
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116 Pensó una vez más en todo lo que la hacía sentir vacía y en aquel que le besó la boca, sus pálidos y finos labios, para ponerlo justo ahí, en el doble filo de la tentación, en el diente agudo de la conciencia. ¡Ah! qué peso el de esas manos, tan frágiles y temblorosas. Luisa ya había dejado el segundo descanso, su andar se oía con claridad y, llegando al umbral del estupor, comenzó a golpetear como la hacía siempre a la hora de la cena, la cuchara contra la ennegrecida bandeja plateada. La ventana abierta de par en par, y un cuerpo desnudo, enredado en la cortina sucia y descolorida, donde perlas de cristal caían en lluvia granizada. “Los traidores a sus cenizas”, había dicho la hermana de la infame a Luisa, días después, en esa misma habitación, cuando esta le dejaba una ennegrecida bandeja con la cena. Luego se recostó en la cama, y el crujir de la madera parecía entenderse con el gran espiral, por donde Luisa continuaba de regreso a la sala, encendió un cigarrillo, tomó su libro y, mientras se dejaba llevar por la “continuidad de los parques”, fumaba con un temblequeo familiar. POESÍA OESÍA JUAN VIAGGIO INTERIOR NTERIOR NTERIOR Los sueños maltratados, la huella de una estrella, la garganta avinagrada, el canto amargo, las pupilas endebles, la razón sin razón,
AVATARES II 117 el deseo impío, la sal del corazón, la pena enmadejada, el hilo de mi enredo, la oscura poesía, el día después. Las manos de la ausencia, las rodillas del temor, la compañía de nadie, la luna en un cajón, las uñas del llanto, los nudillos del “amor”, el ojo de la espina, la conciencia en borrador, los precipicios interiores, la saliva y el sudor, las fauces del tiempo, las noches sin vos. Las cercanas lejanías, los ramos marchitos, la copa hecha añicos, la fe pidiendo auxilio, el refugio en la nada, el verso que se niega, los párpados que pesan, los abismos del alma, las horas coaguladas, la sangre que no pasa,
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el deseo impío,<br />
la sal del corazón,<br />
la pena enmadejada,<br />
el hilo de mi enredo,<br />
la oscura poesía,<br />
el día después.<br />
Las manos de la ausencia,<br />
las rodillas del temor,<br />
la compañía de nadie,<br />
la luna en un cajón,<br />
las uñas del llanto,<br />
los nudillos del “amor”,<br />
el ojo de la espina,<br />
la conciencia en borrador,<br />
los precipicios interiores,<br />
la saliva y el sudor,<br />
las fauces del tiempo,<br />
las noches sin vos.<br />
Las cercanas lejanías,<br />
los ramos marchitos,<br />
la copa hecha añicos,<br />
la fe pidiendo auxilio,<br />
el refugio en la nada,<br />
el verso que se niega,<br />
los párpados que pesan,<br />
los abismos del alma,<br />
las horas coaguladas,<br />
la sangre que no pasa,