17.05.2013 Views

Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...

Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...

Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

a quienes él revela su edad. De entrada saluda al dueño de la casa<br />

con una palmada en la espalda que le hace derramar la copa que<br />

sostiene en la mano. A la señora le arrebata la suya y se la bebe de<br />

un trago antes de saludar al resto de <strong>los</strong> presentes con un “!yiiipiii!”<br />

escalofriante seguido de un “¿qué hubo, pues, dónde está el muerto de<br />

este velorio?”, mientras avanza dándole un coscorrón a un caballero,<br />

ahorcando con la corbata a otro, dando ruidosos besos en la espalda<br />

a las damas de traje descotado, metiendo <strong>los</strong> dedos en la ensalada<br />

ajena para tomar un langostino o un rabanito. A poco de haber<br />

llegado ya le están haciendo rueda para verlo bailar el rock con la<br />

jovencita más apetitosa de la fiesta. Si tocan una “conga”, él se<br />

encarga de obligar a todo el mundo -empezando por el anciano<br />

profesor que no puede con su reumatismo- a formar una “cola” que<br />

atraviese toda la casa derribando floreros y encharcando el piso. Su<br />

consigna es que “aquí todo el mundo tiene que bailar” y por eso pide al<br />

encargado <strong>del</strong> tocadiscos que ponga un vals para bailarlo con la<br />

abuela <strong>del</strong> anfitrión, una pobre viejita que está sentada en un rincón,<br />

no porque le interese la fiesta, sino porque de todos modos no la<br />

dejan dormir. Si descubre un disco raro, como una danza rosa o un<br />

viejo foxtrot, no dejará de ponerlo cuando menos seis veces seguidas<br />

e iniciar él mismo el baile, animando a <strong>los</strong> demás a empujones y<br />

capirotazos para que se incorporen. Y cuando ya <strong>los</strong> bailarines están<br />

mediomuertos de cansancio y lo que quieren es reunirse en pequeños<br />

grupos para conversar en paz, entonces el Alma viene y propone un<br />

juego de salón con castigos infamantes para <strong>los</strong> perdedores, tales<br />

como salir a la calle y gritar “¡Viva la Reina de Holanda!”, hacer un<br />

strip tease, meterse vestido bajo la ducha o recitar “Los zapatitos me<br />

aprietan las medias me dan calor...”<br />

En caso de que estuviere presente un artista famoso,<br />

pongamos por caso un guitarrista, el Alma de la Fiesta procederá de<br />

acuerdo con la actitud de aquél: si se niega a tocar, el Alma insistirá<br />

en obligarlo a tocar, recurriendo si es preciso al auxilio <strong>del</strong> público, al<br />

cual animará a gritar a coro “¡Que-to-que, que-toque- que-toque!”<br />

acompañándose con rítmicas palmadas. Si, por el contrario, el hombre<br />

está deseoso de ofrecer un concierto, será cosa de correr el rumor de<br />

LAS ARTES Y LOS OFICIOS<br />

75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!