Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
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crea que se ahogó y empiece a correr como loca de un lado a otro<br />
llamándolo a gritos. El que cuando hay baile en su casa saca a bailar<br />
al perro y obliga a las parejas a aplastarse contra las paredes. El que<br />
en la escuela se pasa todo el período de recreo persiguiendo a las<br />
niñas con una cucaracha o un saltamontes en la mano. El que de<br />
pronto rompe a llorar desesperadamente, revolcándose por el suelo<br />
con gran dramatismo, para soltar la carcajada cuando su angustiada<br />
madre acude a preguntarle qué le pasa. El que siempre toma la<br />
iniciativa, en la escuela y en el barrio, a la hora de remedar o poner<br />
apodos al compañerito que tiene un defecto físico. Ese, con toda<br />
seguridad, nació para Alma de la Fiesta.<br />
Los padres, por supuesto, deben prestar toda su colaboración<br />
en el cultivo de las facultades <strong>del</strong> niño si desean que este llegue a ser<br />
el Alma de la Fiesta. Un padre con iniciativa en este sentido, enseñará<br />
a su niño, desde <strong>los</strong> primeros meses, a levantarle la falda a cuanta<br />
niña llegue a su casa, a agarrarles <strong>los</strong> mus<strong>los</strong> a las señoras y a acostarse<br />
en el suelo para verles las pantaletas y así demostrar que él es un<br />
muchachito no sólo gracioso sino también muy macho.<br />
Correlativamente, si se trata de una niña, la instruirá debidamente en<br />
el arte de prendérsele <strong>del</strong> pescuezo y ponerse a registrarle <strong>los</strong> bolsil<strong>los</strong><br />
a todo hombre que visite la casa e incitarla a eso que en el lenguaje<br />
popular se llama “bailar meneao” para hacer sonrojar a las otras niñas<br />
y poner nerviosos a <strong>los</strong> varoncitos. Conviene también entrenar a <strong>los</strong><br />
chiquilines de ambos sexos en tareas sencillas, como esperar que las<br />
personas estén descuidadas para gritarles al oído, taparles <strong>los</strong> ojos y<br />
preguntarles “¿Quien es?”, pero con las manos previamente<br />
embadurnadas de caramelo, chocolate o cualquier sustancia pegajosa<br />
similar, etc., etc. Esto hará buenas almas de la fiesta para el futuro.<br />
En su medio<br />
La fiesta ya ha comenzado. Hay bastante entusiasmo, pero<br />
no el suficiente. Falta algo, y ese algo es precisamente lo que está<br />
entrando en este momento: el Alma. Un caballero más bien maduro,<br />
pero increíblemente ágil para sus años según reconocen todos aquel<strong>los</strong><br />
ANIBAL NAZOA<br />
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