Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
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para volárselo cuando queda en la ruina, si nos hemos de atener a la<br />
imagen novelesca. Hasta en la vestimenta se distinguen, porque el<br />
apostador viste de acuerdo con las circunstancias, mientras el jugador<br />
va uniformado: hay adminícu<strong>los</strong> como la capa y el monóculo, que<br />
han quedado para el uso exclusivo de <strong>los</strong> jugadores de novela.<br />
La carrera<br />
Matemático, psicólogo, experto en estadística, criptógrafo,<br />
todo en una sola pieza debe ser el apostador. Una gran desenvoltura<br />
y un profundo conocimiento de las Relaciones Públicas le son<br />
indispensables para moverse dentro de <strong>los</strong> ambientes donde le toca<br />
actuar. Hoy está en el gimnasio, de franela apretada y cachucha a<br />
cuadros, al pie <strong>del</strong> ring de <strong>los</strong> entrenamientos, estudiando la pegada<br />
de un boxeador y arrancando secretos al manager y al sparring; mañana,<br />
en el hipódromo, de elegante terno inglés, prismáticos colgados al<br />
cuello, tratará de averiguar qué le están inyectando al caballo Tal y<br />
con quién fue que se peleó anoche en un cabaret el jinete Fulano.<br />
Unas horas más y ya lo tenemos en el stadium, en la piscina olímpica<br />
o en el ruedo de la pelea de gal<strong>los</strong>. El tiene que saberlo todo: cuántos<br />
pe<strong>los</strong> tiene cada caballo de <strong>los</strong> que corren el domingo, cómo están<br />
las relaciones <strong>del</strong> futbolista con su mujer, quien le pagó al boxeador<br />
para que se cayera solo en el tercer asalto.<br />
El apostador nace, no se hace. Desde su tierna infancia, en<br />
<strong>los</strong> bancos escolares, comienza a dar con la manera de desplumar a<br />
sus compañeritos. Con uno se apuesta la merienda a que esta tarde la<br />
maestra vendrá con pantaletas rosadas, a otro le va un real a que el<br />
bachiller Martínez se cae en el albañal <strong>del</strong> patio y se rompe la espinilla.<br />
A la salida de clases, si aparece una perra “salida” con varios perros<br />
atrás, el futuro profesional se apresurará a apostar su caja de creyones<br />
a que esa perra se “pega” con el blanco y marrón. Ya crecido, su<br />
imaginación no puede tener límites, porque el verdadero apostador<br />
está a toda hora actuando en función de su oficio, apostando a<br />
cualquier cosa y a como dé lugar. Si no hay a la vista ninguna pelea,<br />
ANIBAL NAZOA<br />
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