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Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...

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arbarie es conocido oficialmente como Guerra <strong>del</strong> Opio (1839-<br />

1842) y desde su conclusión fue elegantemente olvidado por las<br />

mentes occidentales, que no tienen inconveniente en considerar al<br />

opio como un componente esencial <strong>del</strong> “peligro amarillo”. Después<br />

el opio se convirtió en pura literatura y fue sustituido en <strong>los</strong> medios<br />

de alta cultura por sus derivados, <strong>los</strong> llamados opiáceos: morfina,<br />

heroína, codeína. Algo semejante ocurrió en nuestro continente con<br />

la coca, ampliamente utilizada por <strong>los</strong> piadosos conquistadores<br />

españoles para atraer a <strong>los</strong> rebaños <strong>del</strong> Señor y a <strong>los</strong> indígenas<br />

peruanos, ecuatorianos y bolivianos haciéndoles olvidar su hambre:<br />

para uso de <strong>los</strong> civilizados, la coca vino a ser sustituida por su<br />

alcaloide, la cocaína. Todos estos productos refinados son,<br />

comparados con las drogas de uso popular, como el caviar respecto<br />

a <strong>los</strong> frijoles. Su elevado costo <strong>los</strong> coloca definitivamente fuera <strong>del</strong><br />

alcance <strong>del</strong> pueblo bajo, manteniendo así el oficio de drogadicto a<br />

cubierto de la intromisión de la chusma.<br />

Otras drogas<br />

Hemos hablado de drogas de uso popular y éstas,<br />

efectivamente, existen. El drogadicto pobre, como no tiene acceso a<br />

<strong>los</strong> refinados néctares de la farmacopea moderna, se debe conformar<br />

con drogas de precio relativamente bajo aunque no por ello menos<br />

poderosas, tales como la televisión, las carreras de cabal<strong>los</strong> y, por<br />

supuesto, el humilde aguardiente. Sin olvidarnos de la política y las<br />

leyes, drogas en cuyo manejo debemos anotar que <strong>los</strong> venezolanos<br />

se cuentan entre <strong>los</strong> mejores técnicos <strong>del</strong> mundo. Se calcula, de<br />

acuerdo con procedimientos <strong>del</strong> American Institute of Blablalogics de<br />

Boston, Massachusetts, que el potencial estupefactivo de un solo<br />

discurso pronunciado por un diputado venezolano equivale a doce<br />

veces el volumen de morfina que se puede extraer de 18,2 hectáreas<br />

de adormidera. La política y la TV tienen además la ventaja de que<br />

una sola dosis de ellas alcanza para varios millones de adictos. Prueba<br />

de ello es que en Venezuela, a la hora en que se están transmitiendo<br />

las telenovelas, no se puede hablar con nadie ni arreglar ninguna clase<br />

de negocio porque toda la población está en viaje. En épocas de<br />

LAS ARTES Y LOS OFICIOS<br />

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