Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
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también obligado a hartarse de manzanilla aunque prefiera el ron y<br />
a tomarla de la bota aunque le dé asco.<br />
Detalles personales<br />
Quien aspire a vestir de luces tiene que poseer una serie de<br />
condiciones sin las cuales más le valdría meterse a topógrafo o a<br />
mecánico dental antes que pisar un ruedo en su vida. Ha de ser más<br />
bien bajo de estatura, pues de lo contrario corre el riesgo de que <strong>los</strong><br />
toros no luzcan lo suficientemente imponentes ante él (el torero<br />
venezolano Eduardo Antich, por ejemplo, habría llegado mucho más<br />
lejos a no ser por esos 1.85 que hacían que un Miura apareciera frente<br />
a él como un pobre chivo caroreño), pero también <strong>del</strong>gado, no vaya<br />
el respetable a tomarlo por el muñequito de <strong>los</strong> cauchos Michelín. Es<br />
absolutamente indispensable que tenga alguna superstición, una<br />
manía o ambas. Si usted, amigo matador, no piensa que el haber<br />
visto un perro negro y cojo el viernes anterior a la corrida es un<br />
anuncio de muerte, o no acostumbra frotarse la oreja izquierda con<br />
el lado amarillo <strong>del</strong> capote al terminar el paseíllo, escuche nuestro<br />
consejo y córtese la coleta porque usted no nació para torero. El<br />
torero perfecto, el ideal, es el que además de la superstición y la<br />
manía tiene un amuleto. Como Valentín Piñonate, mejor conocido<br />
como Esparadrapo de Málaga, que se negaba a torear si en el encierro<br />
había algún bicho con una mancha en forma de mapa de Nicaragua<br />
en el testuz, tenía la manía de arrancarle <strong>los</strong> pelitos a la montera<br />
mientras picaban al toro (debido a lo cual también se le conoció<br />
como “er de la montera sarnosa”) y nunca salía a la arena si no llevaba<br />
bajo la faja una araña de goma a la que él llamaba “Doña Sol”.<br />
En política el torero siempre es apolítico, esto es, derechista.<br />
Un torero de izquierdas, de llegar a existir, resultaría algo tan raro<br />
como un gaucho albanés. Correlativamente ha de ser “mu” beato,<br />
aunque nunca terminaremos de comprender cómo puede un buen<br />
cristiano encomendarse a la Vírgen antes de irse a torturar a un<br />
pobre cuadrúpedo que no le ha hecho ningún daño. En cuanto a la<br />
LAS ARTES Y LOS OFICIOS<br />
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