Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL ASTRONAUTA<br />
Una mirada al firmamento<br />
Nadie sabe quién fue el primer hombre que voló, pero es muy<br />
probable que haya sido un chino, pues fueron <strong>los</strong> chinos quienes<br />
inventaron <strong>los</strong> exp<strong>los</strong>ivos. Desde que este chino voló (en pedazos,<br />
por supuesto), nadie se volvió a ocupar <strong>del</strong> asunto hasta el siglo XV,<br />
cuando Leonardo da Vinci se puso a pensar en una manera más<br />
decente de volar. Leonardo no consiguió despegarse <strong>del</strong> suelo,<br />
afortunadamente para la humanidad, porque de haberlo conseguido<br />
es seguro que se hubiera partido la cabeza y tal vez ahora no<br />
tendríamos Mona Lisa. Pero sus estudios sobre el vuelo sirvieron de<br />
punto de partida para esta Era Espacial que estamos viviendo. Pero<br />
no vamos a ponernos a contar la historia de la Aviación, primero<br />
porque no tenemos lo que les sobra a <strong>los</strong> astronautas espacio, ¿Qué<br />
se creían ustedes? -y segundo porque el lector podría acusarnos de<br />
copiadores de enciclopedias, y tendría razón. Empecemos, pues, de<br />
una vez a hablar acerca de la noble y fantástica profesión de astronauta.<br />
“Basta dirigir una mirada al Firmamento y contemplar las<br />
maravillas de la Creación” para darse cuenta de que el término<br />
astronauta constituye una exageración puesto que, salvo <strong>los</strong><br />
norteamericanos que han visitado la Luna, ninguno de estos nautas<br />
viaja propiamente hacia <strong>los</strong> astros. Por ello <strong>los</strong> rusos prefieren el<br />
vocablo cosmonauta, con lo cual pecan de excesiva modestia; porque,<br />
bien vista la cuestión, si todos formamos parte <strong>del</strong> Cosmos, en rigor<br />
cualquier lanchero que navegue entre La Guaira y la Isla de Margarita<br />
vendría a ser tan cosmonauta como el que más. En definitiva el<br />
astronauta no es sino el hombre-bala <strong>del</strong> circo llevado hasta sus últimas<br />
consecuencias. O mejor dicho hasta las penúltimas porque de las<br />
últimas es mejor no hablar. Convengamos, pues, en que <strong>los</strong> astronautas<br />
se llaman así porque Son astros de la televisión y nautas al mismo<br />
tiempo.<br />
LAS ARTES Y LOS OFICIOS<br />
161