Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
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que se creen entendidos. ¿Hacerse respetar? Tonterías. Al boxeador<br />
se le respeta aunque él no se haga. ¿Quién no va a respetar a un<br />
caballero que se gana la vida a trompada limpia? Su solo aspecto -<br />
orejas de “coliflor”, nariz quebrada, ojos hinchados, andar<br />
bamboleante- lo hace ya lo bastante respetable como para que nunca<br />
tenga que preocuparse <strong>del</strong> asunto.<br />
Suena la campana<br />
¿A qué se dedica, concretamente, un boxeador? A primera<br />
vista parece como si se dedicara a pelear con otros boxeadores pero<br />
en realidad la mayor parte de <strong>los</strong> golpes que un boxeador da en su<br />
carrera se <strong>los</strong> da a un aparato llamado punching ball o a un saco lleno<br />
de arena, y sólo de vez en cuando sube al ring para intercambiar<br />
guantazos con un colega. Su verdadero oficio no es el de pelear<br />
sino el de “mantenerse en forma”. En rigor, y por raro que les suene,<br />
un boxeador es de todo menos boxeador; en todo caso es un gran<br />
saltador de cuerda, campeón de carreras al trote, gimnasta, en fin<br />
un deportista completo que de tarde en tarde tiene una pelea por<br />
ahí. En esto se parece mucho a <strong>los</strong> políticos que se pasan el tiempo<br />
“cuidando la trayectoria” y no trabajan sino el día de las elecciones.<br />
También se parece al político en lo mucho que viaja, aunque con<br />
una diferencia: <strong>del</strong> político jamás se sabe para qué viaja.<br />
Además de “mantenerse en forma”, el boxeador tiene por<br />
misión poner en alto el nombre de la Patria cada vez que sube al<br />
ring. La Patria va en sus guantes y es la única razón que lo hace<br />
pelear, según dice siempre en sus declaraciones a la prensa y en eso<br />
no se parece en absoluto a <strong>los</strong> diplomáticos que se ocupan de poner<br />
en alto el nombre de la Patria por medios más refinados y menos<br />
arriesgados y cuando pelean más bien lo ponen por el suelo. Otra de<br />
sus grandes tareas es la de mantener las buenas relaciones con y entre<br />
una cohorte de sujetos extraños que siempre lo rodean: uno que lleva<br />
un balde, otro que le carga la bata, uno con cachucha a cuadros y<br />
botas de goma que anda con un palillo en la boca y una toalla sobre<br />
LAS ARTES Y LOS OFICIOS<br />
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