Las Artes y los Oficios - Ministerio del Poder Popular del Despacho ...
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sean mayores es muy probable que el más pacífico vaya a ser boxeador<br />
y el más belicoso su empresario. El lugar común dice que “<strong>los</strong> barrios<br />
populares son el vivero de <strong>los</strong> boxeadores”, pero no dice por qué. Pregunten<br />
a un chiquillo de El Guarataro o de San Agustín si ha tenido<br />
compañeros ricos en la escuela, y ya se les irán aclarando las cosas.<br />
Segunda condición para subir al cuadrilátero: saber pegar. Es<br />
bueno aclarar esto aunque parezca una perogrullada, porque se dice<br />
con frecuencia que para dominar el arte <strong>del</strong> pugilismo no es tan<br />
necesario aprender a dar golpes como a recibir<strong>los</strong> o “asimilar<strong>los</strong>”;<br />
afirmación no ajustada a la realidad, puesto que todo boxeador sabe<br />
llevar leña por instinto; cuando un muchacho decide calzarse <strong>los</strong><br />
guantes es precisamente porque está cansado de recibir golpes, sobre<br />
todo de parte <strong>del</strong> hambre, y por lo tanto ya nada tiene que aprender<br />
al respecto. Otra cualidad que distingue al peleador es el buen oído,<br />
no sólo para la campana, sino para <strong>los</strong> consejos de su manager y para<br />
<strong>los</strong> “consejos” que éste recibe de ciertos señores. Por eso el lema<br />
<strong>del</strong> boxeador es “pega, pero escucha”. Junto al buen oído ha de<br />
poseer el púgil una bien timbrada voz y una dicción impecable,<br />
pues como se sabe parte de su labor consiste en hablar a través de<br />
<strong>los</strong> micrófonos de la radio y la TV para manifestar “creo que voy a<br />
ganar porque me siento muy bien, estoy en una forma bastante buena y aprovecho<br />
la oportunidad para mandar un saludo a la afición a la que le dedico esta<br />
pelea y esteee también quiero pedirle la bendición a mi mamá que está en<br />
Cabimas”.<br />
En cuanto a conocimientos, no sabemos con exactitud cuales<br />
son <strong>los</strong> indispensables para el aspirante a boxeador. De lo que si<br />
estamos seguros es de que NO le conviene saber demasiado de<br />
finanzas, por una sencillísima razón: un boxeador que sepa sacar<br />
cuentas jamás conseguirá quien lo patrocine. De manera que si usted<br />
sabe, haga como si no supiera; ocúpese usted de sus guantes y deje<br />
que el manager le administre <strong>los</strong> puños... Los puños de dinero, se<br />
entiende.<br />
Un punto muy especial en este capítulo es el de la imagen <strong>del</strong><br />
pugilista. “El boxeador debe hacerse respetar” afirman algunos ingenuos<br />
ANIBAL NAZOA<br />
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